Seguimos con los polémicos pasos de peatones sobreelevados (que no badenes) colocados en la zona de la Alameda, de Cádiz. Ahora, diferentes colectivos y entidades locales ha instado a la delegada territorial de Fomento de la Junta de Andalucía, Mercedes Colombo, y al concejal de Movilidad del Ayuntamiento, Martín Vila, a buscar “una solución técnica” que no implique la eliminación de estos elementos para peatones y ciclistas ubicados en el anillo perimetral casco histórico: “aportan seguridad vial y garantizan la accesibilidad universal, pero también cumplen un papel primordial en el calmado del tráfico”.
“Renunciar a una medida que calma realmente el tráfico, que reduce el número de accidentes y la gravedad de las lesiones en caso de atropello, o por colisión, es sencillamente irresponsable”, se advierte.
Precisamente Vila ha remitido ya un escrito a la delegada territorial de Fomento solicitando que convoque “a la mayor brevedad” la comisión de seguimiento del carril bici con objeto de abordar este asunto, avanzado que la postura municipal es que estos pasos “se deben mantener y apoyaremos la sustitución de los materiales empleados (se han colocado de asfalto y no de adoquinado) bajo criterio de su dirección de obra por otros acordes a esta protección visual”.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la asociación gaditana de peatones La Zancada, la Asociación Gaditana de Personas con Discapacidad (Agadi), la Asamblea Ciclista Bahía de Cádiz, Agaden-Ecologistas en Acción, y la Federación Local de Madres y Padres de Alumnos (Flampa Gades), reflexionan que si en su momento, el área de Cultura y Patrimonio de la Junta aceptó un diseño para introducir varios kilómetros de bandas de asfalto en la ronda del centro histórico de Cádiz que suprimen 14.000 metros cuadrados de adoquinado, “no debería ser un problema mantener o adaptar pasos que garantizan un calmado real del tráfico y por tanto una reducción de la accidentalidad y la siniestralidad vial”.
Los pasos peatonales sobreelevados, también llamados reductores de velocidad “son la solución técnica más efectiva para lograr que el tráfico circule realmente a la velocidad limitada en el casco histórico”, máxima de 30 km/h. Este límite de velocidad está recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Comisión Europea, o la Dirección General de Tráfico (DGT), y es así porque el riesgo de muerte en un atropello a 50 km/h es ocho veces más alto que si se produce a 30 km/h. También se reduce el riesgo de sufrir lesiones graves.
Con esta medida, coinciden estos colectivos, “se protege a los colectivos más vulnerables, peatones y ciclistas. Y muy en particular, a las personas que temporal o permanentemente tienen reducida su movilidad: los niños, los mayores y las personas con carritos de bebés o en sillas de ruedas”. La medida “conviene incluso a los conductores de vehículos motorizados, porque reduce la accidentalidad en caso de colisión”.
Para La Zancada La Zancada, Agadi, la Asamblea Ciclista, Agaden y Flampa Gades, La simple semaforización de los pasos de peatones y ciclistas, que parece ser la idea alternativa que barajaría ahora la Junta, “no asegura el calmado de tráfico ni la continuidad de los itinerarios peatonales accesibles en los cruces”.
“Si a ello le unimos que el sistema de bandas de rodadura aumenta la velocidad del tráfico, se entiende bien que la solución hallada por los técnicos de la Junta y el Ayuntamiento implementando pasos sobreelevados sea la más acertada, porque es la que mejor permite neutralizar este incremento del riesgo”, se apostilla.