El surgimiento del movimiento Revuelta Escolar ha intensificado el debate en todo el país sobre la necesidad de “repensar” los entornos escolares, que muchos ayuntamientos están trasladando a programas y acciones concretas. Y es que la inquietud en la comunidad educativa por mejorar la seguridad al entrar y salir de colegios e institutos y los caminos escolares “no es nueva, pero está creciendo notablemente en los últimos tiempos”, entienden desde la Flampa Gades (federación de asociaciones de padres de alumnos de los centros públicos de la capital), y la asociación de peatones La Zancada.
De hecho, se añade, incluso el marco normativo estatal más reciente, tanto ambiental (Ley de Cambio Climático) como educativo (la nueva Lomloe), ha incorporado medidas para mejorar la calidad ambiental de los entornos escolares, garantizar los caminos escolares seguros y promover los desplazamientos sostenibles.
Y es que los entornos escolares son “puntos calientes de conflictividad de tráfico”. Hasta en la ciudad de Cádiz, donde la inmensa mayoría del alumnado se desplaza a pie a su centro educativo, “que una pequeña parte del alumnado sea traído o recogido en coche es suficiente para que se produzcan situaciones de inseguridad y colapsos de tráfico en los alrededores”. Además, las entradas y salidas se producen en horas punta, coincidentes con el comienzo y final del horario comercial o de la jornada laboral de muchas personas. “Esto añade frecuentes excesos de velocidad, estrés circulatorio y riesgos a los desplazamientos caminando o en bicicleta del alumnado”. Por ello, se entiende que “proteger los entornos escolares del tráfico motorizado y mejorar la seguridad de los caminos al cole es de vital importancia”.
A colación, en la capital hay dos casos concretos (el IES Drago y el CEIP José Celestino Mutis) que llevan años trabajando propuestas de mejora de sus entornos escolares y han conseguido que el Ayuntamiento, tras un proceso de participación, evaluación técnica y aprobación, ejecute algunas de estas medidas.
El propósito ahora de la Flampa y la Zancada, según se apunta en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, es trasladar a otros colegios e institutos públicos de Cádiz esa metodología de trabajo bajo el lema ‘El cole empieza en la calle’, “con el fin de elaborar propuestas de forma participativa con sus Ampas y sus comunidades educativas, y trasladarlas al Ayuntamiento solicitando su compromiso de ejecución”.
Así, “desde el diagnóstico de la situación, la definición de objetivos y líneas de intervención, a la elaboración de las propuestas constituirán un proceso compartido y consensuado con la comunidad educativa”. El proceso será coordinado por la Ampa de cada centro educativo, con el soporte metodológico y técnico de la Flampa Gades y La Zancada.
MÁS ALLÁ DE CREAR ENTORNOS SEGUROS
Esa mejora de los caminos y los entornos escolares “fomentará aún más los desplazamientos a pie y en bici del alumnado y de sus familiares acompañantes, y también del profesorado u otro personal de los centros”. Y, con ello, “promoverá la práctica de ejercicio físico y la consiguiente mejora de salud de toda la comunidad educativa”. La mejora de la seguridad de los itinerarios escolares en la ciudad, se incide, propiciará además “una mayor independencia y autonomía personal del alumnado”.
La Zancada y la Flampa Gades agregan que la protección de los entornos escolares frente al tráfico “supone protegerlos también frente a la contaminación del aire y el ruido, un serio obstáculo para el trabajo en clase, agravado durante la pandemia debido a la necesidad de mantener las ventanas abiertas”.
Y además, “permitirá crear espacios estanciales de calidad en el entorno de los centros, mediante la instalación de mobiliario urbano, la creación de zonas de sombra y la introducción de elementos vegetales”. Con estas actuaciones, colegios e institutos “estarán contribuyendo a mejorar sus barrios y la relación con el vecindario, ya que las mejoras de seguridad, accesibilidad y calidad del espacio público serán disfrutadas por todos”.