Se desveló la interrogante que ha tenido en vilo al mundo carnavalero en los últimos tiempos, tras el año 2021 en blanco por el dichoso coronavirus y con un par de claves sobre la mesa: “ser realistas” y “asegurar lo máximo posible que se pueda desarrollar el Carnaval de Cádiz 2022 en toda su extensión, tanto el Concurso como la calle”.
Así, en la tarde de este martes, en una nueva convocatoria de los foros del Carnaval de Cádiz (herramienta participativa no ejecutiva creada tras prescindir del Patronato), con todos los actores implicados a la vez, el Ayuntamiento ha anunciado su decisión de aplazar la fiesta grande de la ciudad al mes de junio (del 9 al 19, justo antes del verano), y a su vez, trasladar el inicio del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) poco después de Semana Santa, en torno al 25 de abril.
La concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla, ha defendido la inesperada decisión adoptada, en la que se lleva trabajando meses. “Se empezó a trabajar con la intención de que se mantuviera el Carnaval en su fecha tradicional, y a medida que avanzábamos en ello nos dábamos cuenta de los inconvenientes”; a partir de ahí empezaron a contemplarse distintas alternativa bajo dos premisas claras: “el derecho a la cultura y la salud como prioridad”.
El Consistorio sostiene que la celebración del Carnaval de Cádiz en junio asegura que haya mejores temperaturas, “con las posibilidades que ello abre”, que mejore la situación alrededor de la pandemia respecto a ahora y que se hayan puesto ya las terceras dosis de vacunas en aquellos casos en los que se estime oportuno. Además, tampoco se adentra en el verano, con lo que las agrupaciones participantes podrían disfrutar de sus habituales contratos en temporada estival.
Respecto a la decisión de otras localidades de proseguir con la idea de celebrar su carnaval en febrero, Cazalilla ha apuntado que, “con el máximo respeto, entendemos que el de Cádiz no tiene parangón y que lo que sucede aquí no es comparable con lo que ocurre en otras localidades”. “El Carnaval de Cádiz debe estudiarse, valorarse y entenderse con su identidad única, y considerando la repercusión que tiene en la vida de la ciudad, que es muy amplia. Sabemos que es posible realizar en sus fechas aún estando en pandemia, y desde el Ayuntamiento lo sabemos bien porque hemos mantenido el Festival Iberoamericano de Teatro o el Cádiz en Danza, por ejemplo, pero el Carnaval y su dimensión no tiene comparación con estos eventos culturales”, ha reiterado.
“Teniendo en cuenta cómo ha transcurrido la pandemia -ha incidido la concejala responsable-, hay muchas más posibilidades en junio que en febrero de que el Carnaval en la calle se pueda desarrollar de la forma más similar entre las posibles a como lo hace habitualmente, teniendo en cuenta que tendrá que estar en cualquier caso adaptado a la normativa sanitaria”. Y en relación a las habituales fiestas gastronómicas, la intención es la misma que en 2020: que se celebren en fines de semana durante el Concurso.
UN CONCURSO DEL FALLA MÁS LARGO TODAVÍA
Durante su encuentro con carnavaleros en el Baluarte de la Candelaria, según detallan desde el Ayuntamiento en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, Cazalilla ha abundado además en que los principales problemas que entraña la organización del COAC para febrero son “los ensayos, ya que ensayar implica reuniones en espacios reducidos en los que es posible que se den contagios y se propague el virus”; que además “hay grupos que todavía no tienen la seguridad de contar con un espacio para ensayar como habitualmente tenían”; la posibilidad de que se desate una sexta ola coincidiendo con el final de Navidad “y, por ende, con el inicio del Concurso y el aumento de la intensidad de los ensayos”; y las numerosas implicaciones que podría tener esa sexta ola de Covid-19 en la fiesta, “entre ellas la reducción de aforo en teatros”.
“Si hubiéramos optado por mantener la fecha habitual de celebración del Carnaval, y con todos los condicionantes que se van a aplicar a la edición de 2022 como la reducción de agrupaciones por sesión, el Falla tendría que empezar el 8 ó 9 de enero, lo que significaría que habría que empezar a ensayar ya, con la situación actual, y lo que es más importante, que el inicio del COAC podría coincidir con un nuevo pico de la pandemia tras la Navidad y las reuniones que se dan en esas fechas, tal y como ocurrió el pasado año”, ha insistido la edil de Cultura y Fiestas.
Por otro lado, ha destacado la “especial situación” que se vive en la cantera como otro de los motivos del aplazamiento: “es un sector de la población que aún no está completamente vacunado y, de hecho, los niños no tienen en la actualidad actividades extraescolares para reducir riesgos. Nosotros entendemos que la cantera es fundamental, y convocar el Concurso en febrero ahora mismo los excluiría porque ni están vacunados todos los jóvenes ni es posible en el contexto actual, ya que muchos funcionan en grupos burbuja”.
Para la edil de Adelante Cádiz, este aplazamiento a junio de la fiesta “ofrece una nueva oportunidad a la cantera”; la idea, “sería celebrar su Concurso los fines de semana en sesiones matinales en las mismas fechas que el transcurso del COAC de adultos, siempre que mejore el porcentaje de vacunación de jóvenes y niños y se genere un nuevo contexto en esa franja de edad con nuevas dinámicas”.
La celebración tardía del Carnaval de Cádiz 2022 conlleva que el próximo Concurso del Falla empezaría en el mes de abril, poco después de Semana Santa; la fecha definitiva se decidiría en función del número de grupos inscritos (en paralelo a grandes ferias de primavera como la de Sevilla o Jerez). En todo caso, se planifica “un Concurso largo”, de más de un mes (empezando a finales de abril y terminando a principios de junio), con funciones más cortas, con un máximo de seis agrupaciones por sesión, “lo que alargaría la fase de preliminares”. “Entendemos que es más seguro que haya sesiones más cortas, aunque para ello tengamos que extender el Concurso en el calendario”.
ALGUNAS NOVEDADES EN LAS BASES
La concejala de Fiestas ha desgranado además algunas de las novedades que figurarán en las remodeladas bases del COAC (el de 2022 será el primero que asume el Ayuntamiento sin el Patronato), a falta de que se presenten de forma definitiva y de que puedan modificarse en algún aspecto.
Por ejemplo, para acceder al Gran Teatro Falla se exigirá a cada componente y figurante de las agrupaciones que presenten certificado de vacunación o test de antígenos realizado en horas previas. Y en previsión de que puedan surgir imprevistos que obliguen a reprogramar algunas sesiones, después de la celebración de cada fase se contemplan varias jornadas sin coplas, dejando así margen temporal para reubicar sesiones que pudieran verse afectadas por situaciones derivadas de la pandemia.
Asimismo, otra de las novedades se refiere a la Gran Final, que en la próxima edición del COAC se dividirá en dos noches con ocho agrupaciones como máximo en cada una, a fin de que no se prolongue en exceso y en un espacio cerrado como es el Teatro. El orden y día de actuación se fijaría por sorteo puro.
Tres de las novedades que presentarán estas bases por rematar fueron propuestas en la primera edición de los foros, celebrados la pasada primavera, y han sido asumidas directamente por Fiestas. Todas tienen que ver con el jurado oficial. Por un lado, se establecerá un jurado independiente por modalidad que se reunirán en grupos burbuja bajo la dirección, todos ellos, del presidente, quien deberá nombrar, a su vez, a una vicepresidencia de entre quienes conformen el jurado para que ejerza ante cualquier eventualidad. Por otro, se va a añadir un nuevo baremo de puntuación bajo el concepto de valoración general que tratará de recoger aspectos no técnicos en la percepción de las agrupaciones. Además, se introduce el voto de calidad del presidente.
Cazalilla ha sentenciado que la decisión municipal “está respaldada por un intenso trabajo que se ha desarrollado durante meses contemplando distintos escenarios y alternativas”, y ha agradecido al mundo del Carnaval su “comprensión” ante la situación excepcional que se vive por la pandemia y su disposición para afrontar los cambios de cara al año que viene, “con la intención siempre presente de volver a febrero en cuanto pase esta situación extraordinaria”. “Al final en la balanza se contrapone la tradición con la seguridad, la salud y la viabilidad. En junio es mucho más viable poder celebrar un Carnaval lo más parecido posible a lo que se vivía antes de la pandemia”, ha reiterado.