Que no pare la racha: este Cádiz despidió 2016 ganando y estrena 2017 sumando su cuarta victoria consecutiva, consolidándose en la zona de play off de ascenso a Primera y alejándose un poco más del descenso, que hoy por hoy, a un partido de cruzarse el ecuador de la temporada, se ve a 11 puntos. Los de amarillo se impusieron al Elche a domicilio (2-3) sin merecerlo, ante un rival que en la segunda parte y con uno menos puso en serios aprietos a los gaditanos perdidos sin Garrido, que contaron con la baza del infrautilizado Dani Güiza para desequilibrar la balanza en un alocado desenlace.
El Cádiz de Álvaro Cervera se fue de vacaciones navideñas en su mejor momento, tras tres victorias consecutivas y con la sensación de un ‘parón’ inoportuno. Pero en el regreso, este domingo en el Martínez Valero, se ha sabido continuar la racha –con su parte de suerte- que hace que el club en su regreso a Segunda, con disimulo, mire ya más hacia arriba que hacia abajo. Y es que el objetivo básico de la permanencia se va cumpliendo con creces: a una jornada de agotarse la primera vuelta se han acumulado ya 33 puntos cuando la obsesión era al menos pasar de los 50 al final del campeonato…
Este domingo en Elche, una plaza nostálgica para el Cádiz –donde certificó uno de sus primeros ascensos a la máxima categoría a principios de los 80 del siglo pasado-, Cervera –que sigue cumpliendo partidos de sanción- contó con el mismo once con el que dijo adiós a 2016; mantuvo a Nico Hidalgo en la banda derecha que se supone de Salvi y a Rubén Cruz en el lugar del lesionado José Mari: Cifuentes; Carpio, Brian, Aridane, Sankaré; Garrido, Abdullah, Rubén Cruz; Álvaro, Nico y Ortuño.
No sorprendieron los de la Tacita, y desde el minuto 1 dejaron el balón al rival y se dedicaron a tratar de sorprender a la contra: así los acercamientos gaditanos se repetían más que los ilicitanos. Hasta que en el 14, la defensa no estaba a la altura y apenas ofrecía resistencia en el gol de Pelayo.
Un 1-0 que puso las pilas a los de Cervera, sobre todo a raíz de la expulsión Rober en las filas del Elche por doble amarilla cuando apenas se habían disputado 23 minutos de choque. El Cádiz se hizo dueño de la situación, acorraló al contrario, y antes de la media hora Alfredo Ortuño establecía la igualada de cabeza a partir de un córner botado por Alvarito. Y poco más ofreció la primera mitad, salvo una tarjeta amarilla para Garrido, que conllevó a que el entrenador para evitar una posible expulsión los sustituyera en el descanso por Eddy Silvestre. Y se notó.
Ya en la segunda parte, pese a jugar los alicantinos con uno menos, los amarillos no eran capaces de tener la pelota ni de asustar, deambulando perdidos sobre el verde; mientras los de Alberto Toril exponían e iban a por el partido. Hervías y Nino pusieron cerco al área de Cifuentes que tuvo que emplearse en dos ocasiones para evitar el gol local. Sin embargo, cuando peor lo pasaba el Cádiz, aparecería como redentor el jerezano –ya en el campo sustituyendo a Nico-, y a diez minutos del final daba muestras de su calidad aprovechando un pase perfecto de Abdullah, plantándose solo ante el portero y poniendo en el marcador un injusto 1-2.
En este tramo final nadie sabía tranquilizar el partido, los blanquiverdes no bajaron los brazos, y en el minuto 42, gracias de nuevo a una defensa blandita, hacían el 2-2, con un cabezazo a placer de Armando. En la jugada previa eran Güiza y Salvi los que pudieron sentenciar… No obstante, el que fue internacional tenía ganas en una de sus pocas oportunidades esta temporada en liga, y en el 44 culminaba este desenlace de locura al no desperdiciar un pase de Álvaro y un error de la zaga local, subiendo el 2-3, para que el Cádiz sumara tres puntos más que le acercan al objetivo de la permanencia, y a lo que pueda venir después.
En una categoría tan igualada, un equipo que encadena cuatro victorias consecutivas, empieza a hacerse respetar. A pensar en la quinta, ante la visita del Valladolid a Carranza del próximo viernes. DIARIO Bahía de Cádiz
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