Unidad Popular, o sea IU, también ha demostrado su ‘tirón’ en Cádiz abarrotando el Palacio de Congresos de la capital, ante la presencia de su joven presidenciable, con un mitin celebrado en la tarde del festivo 8 de diciembre, con la implicación de colectivos sociales. Garzón elaboró un discurso que se resume en la defensa de “un nuevo país” solidario, laico, federal y republicano. Lucha obrera, derechos sociales, educación pública, sanidad universal, regenerar la justicia, la necesidad de una reforma constitucional, el no a la guerra… “Somos lo que somos porque venimos de dónde venimos y sabemos a dónde vamos. No nos disfrazamos por unos votos más”, arengaba a los suyos.
Como Ciudadanos a principios de noviembre y Podemos el pasado 4-D, el primer día de campaña electoral, Unidad Popular también ha demostrado su ‘tirón’ en Cádiz abarrotando el Palacio de Congresos de la capital -pese a lo que dicen las encuestas-, ante la presencia de su joven presidenciable, Alberto Garzón, con un mitin celebrado en la tarde del festivo 8 de diciembre, con la implicación de varios colectivos sociales (la Plataforma en Defensa del Agua Pública, la Asociación Pro Derechos Humanos, la Plataforma de Defensa de la Sanidad Pública, o el comité de empresa Navantia Puerto Real), y las intervenciones entre otros del candidato al Congreso por la provincia, Santiago Gutiérrez, y del coordinador provincial de IU, Manuel Cárdenas.
Un acto en plena campaña, y unas horas después de que Garzón fuera ignorado en el debate televisivo de candidatos a la Moncloa, con el que Izquierda Unida, y la plataforma ciudadana en la que se integra de cara al 20-D, quiso rebatir la “invisibilidad” a la que se les intenta condenar por parte de la mayoría de medios de comunicación. “No quieren que se escuche nuestro mensaje porque les da miedo la izquierda de verdad”, apuntaba Cárdenas. “El presidente de la CEOE decía que no le preocupaba nadie del debate. Así se entiende por qué no estábamos nosotros”, añadía el presidenciable, que era recibido como verdadero líder en su entrada al auditorio, donde se gritaba “¡qué viva la lucha de la clase obrera!”.
Alberto Garzón elaboró un discurso que se resume en la defensa de “un nuevo país” –es el eslogan de campaña- fraternal, solidario, laico, federal y republicano. Lucha obrera, derechos sociales, educación pública, sanidad universal, regenerar la justicia, la necesidad de una reforma constitucional, el no a la guerra “y el no a la OTAN”… Todo entró en su intervención.
“Queremos un país sin miedo a golpes de Estado, ni militares ni financieros; somos meros recursos humanos al servicio de un sistema capitalista criminal, somos personas con dignidad; la macroeconomía crece al 2% mientras la economía de la gente decrece un 5%; no hay políticas neutrales, o benefician a la oligarquía o a la clase trabajadora”, son algunas de las consignas lanzadas desde el atril, incidiendo en que esa oligarquía, que “temerosa por el desplome del bipartidismo, ha reaccionado. Quiere restaurar el sistema, pero podemos evitarlo. Tenemos que evitarlo”. “Los recortes no son un problema económico. Son un problema político, ideológico, de prioridades de clase”, apostillaba.
No dudó en proclamar el líder izquierdista, mirando a Podemos de reojo, que “somos lo que somos porque venimos de dónde venimos y sabemos a dónde vamos. No nos disfrazamos por unos votos más”. “Luchamos para mantener el hilo rojo de la historia y que las luchas anteriores no sean en vano; hay que convencer y concienciar a los de nuestra clase social. Los ricos siempre votan. Si los barrios más pobres votan, gobernará la clase trabajadora”, arengaba a los militantes y simpatizantes presentes. DIARIO Bahía de Cádiz
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