Los dos equipos más en forma del grupo IV de Segunda B, Cádiz y Melilla, se encontraron en la mañana del domingo que estrenaba marzo en un choque que se puede etiquetar como el de la ‘solidaridad’, ante el llamamiento del club gaditano a favor del necesitado Banco de Alimentos. Había ganas de volver a ver ganar a los de amarillos, que sobre todo en la segunda mitad, fueron los únicos con ambición, buscando ese gol trabajado que se resistía, hasta que Jona pudo hacer el 1-0 de penalti; y en el descuento, el 2-0, un golazo de falta de Kike Márquez. Un marcador más que justo. A seguir liderando la tabla, sin necesidad de mirar atrás.
Los dos equipos más en forma del grupo IV de Segunda B, Cádiz y Melilla, se encontraron en la mañana del domingo que estrenaba el mes de marzo en un choque casi primaveral que se puede etiquetar como el de la ‘solidaridad’, ante el llamamiento del club gaditano a favor del necesitado Banco de Alimentos, regalando entradas de Preferencia por cada kilo de víveres donado, recogiéndose al final unas 4.000 toneladas. De este modo, alrededor de 14.000 personas –y un centenar de seguidores azulinos en Tribuna- dieron color a unas gradas del Ramón de Carranza con ganas de ver ganar de nuevo a los amarillos, tras el empate de la semana pasada, que puso fin a la envidiable racha de siete victorias consecutivas, que aupaba a los de Claudio Barragán a un liderato que ya ni quieren ni deben soltar.
Desde el minuto uno el control de la pelota casi siempre fue de los locales, aunque las llegadas a los dominios de Álvaro se hicieron de rogar. No fue hasta cerca del primer cuarto de hora cuando Villar asustaba de verdad a los norteafricanos. Poco después, tras un centro de Tomás por la derecha y un barullo en el área, a punto estuvo el balón de colarse en la portería; y en la misma jugada un defensa dentro del área lo desviaba con la mano, pero el árbitro no quiso ver nada.
Esta primera mitad trabada y luchada acabó convirtiéndose en un quiero y no puedo del Cádiz, que no paró de buscar en ningún momento abrir el marcador ante un Melilla bien posicionado y presionante –y cortando el juego con demasiadas faltas- que apenas inquietaba a Aulestia. Y con el cambio obligado de Garrido, con molestias, por Navarrete, se llegaba al descanso.
Como en el primer tiempo, el segundo comenzaba a calentarse tras un lanzamiento de Villar, que se iba por arriba. Llegaban así minutos de acoso amarillo, espoleado por la afición y con los azulinos encerrados en su campo, y Jona desperdiciaba dos ocasiones clarísimas. Pero más clara todavía era la que fallaba, en el minuto 25 Airam Cabrera. No, no estaba siendo el día de los delanteros. Poco después probaba de nuevo el hispano-hondureño desde lejos, pero nada, no había manera de hacer el primero.
Hasta que en el 33, Juan Villar caía en el área, el árbitro pitaba penalti y, ahora sí, Jona no erraba y subía al fin ese justo 1-0 al marcador manual de Preferencia. Más que justo, y es que los de casa eran, hasta ese momento, el único equipo en el campo que lo buscó.
En los minutos restantes, los norteafricanos intentaron abrirse, aunque casi sin conseguir llegar hasta los dominios de Aulestia. E incluso acabaron con diez hombres, por expulsión de Mahanan, y Kike Márquez marcando el 2-0, un auténtico golazo de falta al borde del área. No faltó, de propina, ni la tangana final, con el veterano Chota muy presente.
Este Cádiz extra motivado y con ambición, cuando no falla en defensa, parece imbatible. Tres puntos más para seguir consolidando el liderato, sin tener que estar pendiente de lo que haga el UCAM Murcia, el inmediato perseguidor, que aunque gane, seguirá a tres puntos de distancia. DIARIO Bahía de Cádiz