JORNADA 16. Ganar o ganar (spoiler: no se ganó). No le quedaba otra al Cádiz, inmerso en una larga racha gris oscura casi negra, y para más inri, entre semana caía eliminado en la segunda ronda de la Copa del Rey ante un Segunda Federación, en el campo-piscina del Arandina CF. En la tarde de este domingo en el Nuevo Mirandilla se medía ante un Osasuna cuesta abajo, con dudas.
“Nuestro único objetivo es ganar. Somos los primeros dolidos, pero necesitamos un campo que esté hirviendo y que la afición -a la que volvemos a pedir disculpas- piense que su partido lo tiene que ganar en la grada para que nosotros ganemos nuestro partido en el campo”, manifestaba Sergio González en la previa del choque, y con su puesto en el banquillo cada rato más entredicho.
Rogando que “seamos el Cádiz de la primera hora en Vigo y el que hemos sido en muchos partidos en casa”, el técnico catalán recuperaba de inicio a Conan Ledesma para la portería, pese a las muy buenas intervenciones de David Gil en su ausencia. En el once titular, además: Iza, Javi Hernández, Fali y Momo, en defensa; Rubén Alcaraz y Álex Fernández, en el centro del campo; Alejo y Machis, en los extremos; y arriba, Roger Martí y Chris Ramos.
Estática y dura (de ver) arrancaba la primera mitad, con dos conjuntos estudiándose y sorteándose la pelota. Apenas un disparo desde la frontal de Iván Alejo en el minuto 10 se podía contabilizar como algo parecido a peligro. Hasta que, ya en el 19, el mismo extremo se escapaba por su banda izquierda, centraba al segundo palo y allí esperaba Roger para cabecear con todo, y con acierto, subiendo el 1-0 al electrónico.
Cinco minutos después el Cádiz estaba a punto de marcar el segundo, pero ni Fali ni Chris Ramos conectaron con un balón que se paseó por la portería tras una falta. Los de Arrasate intentaban hacerse con el control de la situación e irse arriba, sin embargo los locales concentrados atrás se mostraban intensos y con ganas de dar la puntilla a la contra.
Con todo, en el 33 Chimy Ávila probaba desde lejos y la mandaba muy cerca del palo, por fuera. Contestaba poco después un activo Alejo con un lanzamiento a las manos de Herrera. Y camino al descanso con más ruido que fútbol.
EL VAR, BUSCANDO PROTAGONISMO
La segunda parte se estrenaba, ofensivamente, con un disparo desde su casa de Álex, por si acaso; y Conan repeliendo un centro envenenando de los rojillos. Los amarillos parecían estar dejando sin ideas al Osasuna, al menos durante los primeros diez minutos; y es que en el 56 y el 57, el meta argentino debía emplearse a fondo, ante un cabezazo de Rubén García y un remate de Chimy. Y entraba Sobrino por un Darwín Machis una jornada más, desaparecido.
En el minuto 61, el disparo de Moi Gómez se estrellaba en el cuerpo de Iza y salvaba casi bajo palos el empate. La grada, algo más de 18.000 personas, empezaba a redoblar sus ánimos ante un Cádiz que no podía volver a pecar de meterse atrás más de la cuenta.
Y de repente, llegaba al minuto 67 y todos quedaban atónitos: desde el VAR chivaban al árbitro un posible penalti en el área cadista unos minutos antes: dedos de Momo que no tenían ninguna incidencia en el juego en un remate que iba fuera; y claro, siendo el Cádiz el afectado, no dudaba en revisarlo, lo pitaba, y marcaba Budimir. La sensación de robo volvía a sobrevolar al indignado Nuevo Mirandilla.
Tras el varapalo (de chiste), Sergio González buscaba darle otro aire al ataque, y probaba con Ocampo y Maxi Gómez, en el lugar de Alejo y Chris Ramos, además de meter a Lucas Pires por Javi Hernández. En una buena jugada, Roger la mandaba ajustada al palo, corriendo ya el minuto 82. Ya era el Cádiz el que exponía, con más rabia que juego, y los navarros se conformaban con el punto.
Entrados en la recta final (y seis minutos de añadido) la afición local presionaba y veía penalti en cada acción algo rara en el área rival, Momo fallaba-acertaba-fallaba de tanto en tanto, a Brian Ocampo se le notaba con ganas de chupar y reivindicar su necesaria calidad en este equipo… y sí, Momo Mbaye gozaba de la última ocasión antes del pitido final.
Otro punto insuficiente, otro choque más sin victoria para los gaditanos (ya van más de tres meses, o lo que es lo mismo, once jornadas) y de nuevo esa percepción de perder dos puntos, de hacer cosas bien y otras no tanto, y encima tener que lidiar siempre con arbitrajes cuanto menos sospechosos.
“Nos estamos cargando este bonito deporte porque el foco no está en las acciones de los futbolistas. Es difícil entenderlo y explicarlo. El VAR entra para las acciones claras y manifiestas, esta no cumple ninguna de ellas”, se quejaba ya en sala de prensa el entrenador amarillo, quien además resumía lo visto en el campo como “esa acción peculiar, de cachondeo, ha tirado al traste un gran partido y una gran labor del equipo, que ha demostrado alma, carácter, actitud, entereza, fútbol”. “Lo vamos a sacar. Estoy convencido”, sentenciaba el catalán pensando en la salvación. DIARIO Bahía de Cádiz