CRÓNICA J-21. Mucho frío para cerrar la primera vuelta de LaLiga 123 en el Ramón de Carranza. La visita a la Tacita del líder, el Granada, abría en la noche del viernes la jornada 21. Un choque en el que el Cádiz, ante los suyos, se imponía como primer objetivo el reencontrar su orden y solidez tras el traspiés del pasado domingo en el campo del Osasuna, y más o menos lo logró; y ya de paso, tratar de alcanzar el ecuador del campeonato en puestos de play off de ascenso, o muy cerca.
Con la baja de Garrido por acumulación de tarjetas (y una semana más, atrás la de Sergio Sánchez), Álvaro Cervera recurría a su once más esperable, con la incorporación de Edu Ramos en el centro del campo. Así, formaron el equipo titular: Cifuentes, en portería; Rober Correa, Brian Oliván, Kecojevic y Marcos Mauro, en defensa; Ramos y José Mari, en la media; y arriba, Álex Fernández, Jairo, Manu Vallejo y Lekic. Inicialmente, Salvi Sánchez, otra vez, en el banquillo.
Los rojiblancos, mejor visitante en lo que va de campaña (y arropados en la grada por unos 150 seguidores, entre los más de 11.000 cadistas), salieron al campo demostrando confianza en sus posibilidades ante los de casa, un tanto desnortados y acelerados.
Poco a poco, el Cádiz más centrado iba tomando la iniciativa (o el Granada, pasivo, pasó a no querer la pelota), y comenzaron a verse las primeras tímidas intentonas, como un disparo desviado de Oliván en el minuto 18.
No obstante, diez minutos después respondía Vadillo cabeceando dentro del área pequeña con intenciones. Y en el 35 volvían a asustar los hombres de Diego Martínez, con un peligroso lanzamiento de Adrián Ramos, que reincidía poco después; en un tramo de partido en el que los locales apenas lograban salir de su campo con criterio y no es que el rival achuchara. Lekic, con demasiada candidez, puso un poco de vidilla en la otra área con un cabezazo directo a las manos del portero. Y antes del 45, Brian Oliván arrancaba un “uyy” tras un lanzamiento de falta, alto.
Pese a las bajas temperaturas, la segunda mitad comenzaba con ambiente caldeado sobre el terreno de juego después de que el Granada no echara el balón fuera con Vallejo dolorido sobre el césped y luego, además, no devolvieran la pelota. El Cádiz mostraba rabia ante la prepotencia del conjunto visitante y, sin claridad, al menos parecía querer los tres puntos en litigio. Álex, a centro de Correa, estuvo cerca de colarla dentro en en el minuto 60. Y Salvi, por Lekic, entraba a refrescar la delantera.
El canterano chiclanero se inventaba una media ocasión en el 78, y a continuación era reemplazado por Dani Romera. Se entraba en la recta final, y los granadinos seguían moviendo la pelota en su defensa, sin decidirse a ver de cerca a Cifu. Y para los cinco minutos decisivos, y con los nervios y la incertidumbre sobrevolando el campo, Perea salía por Álex. Pero el 0-0 no se movió del marcador.
Un punto escaso aunque meritorio ante un rival conformista que se presupone superior. Aunque también es un punto más camino de esos 50 del objetivo prioritario (quedarían por sumar 17 en toda la segunda vuelta, para comenzar a pensar en otras metas…). “En el cómputo general el empate es justo y si buscas la letra pequeña hemos tenido tres o cuatro ocasiones”, resumía Cervera tras el choque, contento en general con el trabajo y las sensaciones dejadas por los suyos. DIARIO Bahía de Cádiz