“Si algún día la alegría te abandona / y el cielo al despertar parece triste, / y el miedo a perder te devora / y el odio otra vez anda libre, / si los otros pueblos lloran, / es la hora, / Cádiz resiste…”. Retomando e inspirándose en versos de aquella presentación de ‘La gaditaníssima’, última comparsa de Juan Carlos Aragón, acaba de nacer en la capital gaditana la plataforma ciudadana Cádiz Resiste, buscando canalizar el “hartazgo” de los vecinos ante una ciudad que se va diluyendo, vaciando, perdiendo identidad, y convirtiéndose en otro parque temático sin alma para disfrute del turista y negocio de especuladores.
“Nos organizamos para luchar por nuestro futuro, por un Cádiz para vivir y no para huir”, remarcan desde Calle Viva, que ha funcionado casi como promotor de este movimiento intergeneracional y plural. A finales de mayo, convocaba una reunión abierta “para compartir malestares y buscar soluciones al turismo masivo y crisis de vivienda en Cádiz. Nuestros barrios están muriendo, ya no quedan vecinas ni olor a puchero en la escalera. Faltan panaderías y sobran tiendas de regalitos. No somos un souvenir”, apuntaba aquella llamada a “actuar” bajo el lema ‘Recuperemos nuestra ciudad’.
En aquel primer encuentro, con más participación de la esperada, se habló “sobre turistificación, gentrificación y el futuro que nos espera en nuestra ciudad, ya que desde hace unos años nos estamos convirtiendo en un parque temático y ya no podemos aguantar más”.
“Fruto de ese desánimo y ante la situación insostenible que estamos viviendo en la ciudad, es momento de volver a luchar contra la expulsión de vecinas de nuestros barrios, por una vivienda digna, por alquileres a largo plazo a precios asequibles y por un Cádiz para vivir y no para huir”, resumían desde Calle Viva aquella primera toma de contacto, que ha continuado con una nueva asamblea en la tarde del miércoles 12 de junio, de nuevo en las Bóvedas de San Germán (sede de la AMPA del colegio José Celestino Mutis) y con todavía más vecinos implicados buscando que “su pena cuente”.
“SIN PINES NI BANDERAS”
Asamblea con la que formalmente ha nacido Cádiz Resiste, “un colectivo de acción ciudadana en el que nos hemos unido todas las personas preocupadas por nuestra ciudad, sin pines ni banderas. Un colectivo intergeneracional que lucha por la dignidad de nuestras vecinas y vecinos y sus barrios”.
“Queremos que Cádiz sea para los vecinos, no estamos en contra del turismo, hay que dejarlo claro, estamos en contra de este modelo turístico que acaba con la ciudadanía, con la integridad de la ciudad, vemos la despoblación, el cierre de colegios… nos vamos quedando como parque temático. En Canarias, en Mallorca, en Donostia, el verano pasado en El Puerto frente al turismo de borrachera, somos muchos los que estamos hartos y saliendo a la calle. La indignación recorre todo el país, queremos un modelo turístico sostenible, no este invasivo que acapara todo, que acaba con las ciudades”, aseveraba tras la asamblea Jesús Ruiz, de Calle Viva; reconociendo que todavía no se han puesto en contacto con el Ayuntamiento, “es que acabamos de nacer”.
“Espero que esta plataforma sirva de altavoz y que nos escuchen. Si no salimos a la calle, esto nos va a seguir comiendo, el hartazgo es latente, y la mecha ya está encendida”, añadía a preguntas de periodistas este miembro (uno más) del flamante movimiento, todavía sin portavoz.
“ESTAMOS TAN HARTOS COMO MOTIVADOS”
Vecinos anónimos y colectivos diversos se unen en Cádiz Resista “para exigir responsabilidades y buscar soluciones” para poner fin “al vaciado de nuestros barrios; el cierre del pequeño comercio; la imposibilidad de acceder a vivienda; la mafia que especula, se enriquece y nos echa de nuestras casas; la insostenible relación con los turistas en las calles y en los vecindarios; la precariedad laboral y de derechos sociales propios de la economía sumergida de este modelo turístico depredador”.
En la información recogida por DIARIO Bahía de Cádiz, el flamante movimiento, que ya prepara su primera movilización para el sábado 29 de junio, insiste en que “estamos tan hartos como motivados, somos muchas las personas que queremos cambiar el rumbo de nuestra ciudad. Queremos barrios vivos, viviendas asequibles y dignas, vecinas en las casapuertas, panaderías y mercerías. Sin sus vecinas y vecinos, Cádiz muere”.
Entre sus objetivos a corto plazo están presionar para que se ponga freno a la turistificación de la capital apostando “por la regulación”: declarando la ciudad como zona tensionada (para controlar el precio de los alquileres) en base a la nueva Ley de Vivienda que la Junta del PP se niega a aplicar; no concediendo más licencias, “Cádiz no necesita más habitaciones turísticas ni hoteles”; y persiguiendo con más medios las viviendas de uso turístico “ilegales”.