JORNADA 29. Con la moral alta tras la perseguida, meritoria y justa victoria, más de seis meses después, ante el Atleti, el Cádiz se presentaba ilusionado en la noche del viernes en San Sebastián para tratar de mantener las buenas sensaciones de los últimos encuentros y la esperanza de que se puede salir de abajo.
“El equipo cree que puede, ve que puede ganar, y eso es el gran triunfo del otro día, sobre todo en el aspecto anímico y mental”, remarcaba Mauricio Pellegrino en la previa del choque ante una Real Sociedad en un tramo liguero dubitativo; un técnico argentino que salía de inicio con el mismo once del último partidazo en el Nuevo Mirandilla: Ledesma, bajo palos; Iza, Javi Hernández, Ousou y Víctor Chust, en defensa: Alcaraz y Kouamé en el centro del campo, con Sobrino y Robert Navarro como extremos; y arriba, Maxi Gómez y Juanmi.
Con intensidad por ambos lados arrancaba el duelo en el Reale Arena, aunque la primera ocasión de peligro se la anotaban los de casa, un disparo desviado de Becker superando a Iza por velocidad. A partir de ahí, el dominio de los vascos se iba intensificando a base de un juego rápido ante un conjunto gaditano (con la equipación negra) sufriendo atrás e incapaz de merodear el campo rival.
Hasta el minuto 26 el Cádiz no metía cierto susto a la Real, en una triple ocasión con disparos, reguleros, de Kouamé, Iza y Navarro. Parecía que se desperezaba algo del acoso del rival. Sin embargo, en la siguiente acción Ledesma debía emplearse a fondo ante un tiro de Oyarzabal. Y en el consiguiente saque de esquina, los txuri-urdin aprovechaban una imperdonable falta de concentración de la defensa y marcaban con pillería el 1-0, tanto de Mikel Merino.
Poco después, además, Maxi Gómez con molestias pedía el cambio y entraba en su lugar Chris Ramos; delantero gaditano que daba otro aire arriba, y ya probaba de cabeza en el 39 culminando una jugada a trompicones. Un minuto después, un error de Alcaraz cediendo la pelota mal atrás casi le cuesta al Cádiz el segundo, pero perdonaba Oyarzabal solo ante el arquero argentino. Un 2-0 que también estaba cerca de subir a continuación, con un remate de cabeza a Le Normand rozando el palo. Al menos replicaban los de negro, y antes del ecuador Chris chutaba al cuerpo de Remiro y Juanmi no alcanzaba por centímetros un pase-chilena de Ousou.
EL ÁRBITRO Y EL VAR SACAN AL CÁDIZ DEL PARTIDO
Acabó vivo la primera mitad el equipo de Pellegrino. Y salía vivo pasado el descanso, con un disparo de Kouamé por encima del larguero. Aunque con el paso de los minutos, los de Imanol sin prisas volvían a mostrarse superiores y Conan salvaba con reflejos en el 56 un cabezazo con intenciones de Merino. Tres minutos después desde muy lejos Robert Navarro ponía en aprietos al portero local.
Pero tocaba cachondeo arbitral para desestabilizar la partida: en el 64, el árbitro perdonaba la roja a Zubeldia al derribar a Chris Ramos (con una ceja abierta) en un contragolpe. Para más inri, el VAR entraba y el de negro terminaba rectificando, viendo fuera de juego del gaditano y retirando la tarjeta amarilla al contrario. Todavía tratando de entender el lío, la Real Sociedad marcaba el segundo en un jugadón que culminaba Arsen Zakharyan, y otro taconazo de Mikel Oyarzabal.
Con el 2-0 en el marcador, al Cádiz ya le costó reaccionar ante una Real muy cómoda sin presiones. Y hasta pasado el 80 incomprensiblemente Pellegrino no meneaba el banquillo, retirando a Javi Hernández, Robert Navarro, Sobrino y Juanmi, dando entrada a Lucas Pires, Machis, Brian Ocampo y Sergi Guardiola. Sin embargo, poco pasaba sobre el verde hasta el descuento, en el que Conan Ledesma con otra estirada evitaba el tercero, un trallazo de Traoré.
Frenazo en seco en la escalada anímica del cadismo, antes de un nuevo parón por partidos de selecciones. El balón volverá a rodar en la noche del Viernes Santo en el Nuevo Mirandilla con la visita del segundo por la cola, el Granada. Todo lo que no sea ganar… DIARIO Bahía de Cádiz