Ya está fondeado el primer cajón de los ocho que se construirán para la ejecución de la segunda fase de la futura nueva terminal de contenedores del Puerto de Cádiz, que conformarán los 510,45 metros de la línea de atraque de esta ampliación de la primera fase todavía no operativa, y que algún año permitirá trasladar a estos suelos ganados al mar las operaciones que se llevan a cabo en el muelle Reina Sofía.
La colocación de este primer cajón ha supuesto de entrada un crecimiento de la línea de atraque de más de 63 metros. El cajón tiene unas dimensiones de 63,68 metros de eslora, 24 metros de manga en el fuste (3 más en la solera) y 20,5 metros de puntal, ha sido fabricado por la cajonera Kugira y ha permanecido amarrado a muelle casi un mes hasta tener preparada la cimentación sobre la que descansa, la cual se ha formado mediante el dragado hasta la cota –17,5 metros, el posterior relleno con escollera y el enrase mediante grava creando una cama continúa y uniforme a la cota -16.
Según el relato desde la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, este cajón fue remolcado flotando, desde el amarre en el inicio del muelle de La Galeona hasta su situación definitiva, donde ha sido sumergido mediante el relleno de su interior con agua. Durante la maniobra final el bloque ha sido gobernado mediante potentes cabrestantes consiguiendo una precisión centimétrica en un elemento de estas enormes dimensiones y que pesa más de 15.000 toneladas.
Mientras tanto se continúa con la fabricación del resto de los cajones, que se construyen con un innovador cemento ecológico que reduce las emisiones de CO2 entre un 30 y 50% respecto a otros materiales ordinarios, y que llegará a su ecuador entre finales de agosto y principios de septiembre con la botadura del cuarto de ellos. También avanzan los trabajos de preparación de la banqueta que permita colocarlos según se vayan fabricando.
OBRAS EN MARCHA DESDE MARZO
Acciona se adjudicó estos trabajos por 66,1 millones de euros (más de 15 millones cofinanciados con fondos europeos). El proyecto ampliará el muelle ya ejecutado en la primera fase (que lleva lista desde más o menos 2017, pero sin funcionar a la espera del túnel de acceso y del tren) en una longitud de 510,45 metros, con lo que se obtendrá una línea de atraque total de 1.100 metros, con calado de 16 metros respecto al cero del puerto. La superficie de explanada se incrementará en aproximadamente 10 hectáreas, obteniéndose de esta forma una futura enorme terminal con un total de 40 hectáreas dedicadas al tráfico de contenedores (Lo-Lo).
La primera piedra de esta obra (en principio no deben prolongarse más de 28 meses) se ponía el pasado marzo. En cuanto al material de relleno del recinto generado entre el nuevo tramo de muelle y las infraestructuras existentes, se obtendrá del dragado general que se realiza frente al muelle, ejecutado para alcanzar las cotas necesarias para el tráfico marítimo en la terminal, y de una zona de la canal de navegación situada frente la actual bocana de entrada a la dársena.
Los trabajos se completarán con la ejecución de la superestructura del muelle, que incluye la viga cantil, elementos de atraque (defensas y bolardos), galerías de servicios, carriles para las grúas y servicios de abastecimiento de agua y protección contra incendios.
En este contrato no entra la pavimentación de la explanada ni los servicios asociados a esta, que deben ser realizados por la empresa concesionaria de la terminal: Concasa, que en su momento se hizo en licitación pública con la futura explotación tanto de la fase 1.1 como de las de las fases 1.2 y 2 de la nueva terminal.