A finales de 2021 se daba al fin por vaciado el túnel, que se inundaba en 2017 cuando avanzaba sus obras; y desde entonces se están comprobando las estructuras (mal) ejecutadas. Los primeros informes que maneja la APBC apuntan que harán falta 18 millones para arreglar lo construido, y otros 17 para terminar los trabajos.
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) ha obtenido los resultados preliminares de los trabajos de análisis del estado de las estructuras que componen el túnel de acceso a la futura nueva terminal de contenedores. Este informe calcula que la resolución de las patologías detectadas en su ejecución, que provocaron su inundación en 2017, podría costar “alrededor de 18 millones de euros”. Pero además, las obras pendientes de realizar “podrían superar los 17 millones”. Por lo que harían falta unos 35 millones para tener listo en unos años este subterráneo que conecta la avenida de Astilleros directamente con la terminal, que explotará Concasa. En este punto no hay que olvidar que la actuación se adjudicó hace ocho años por alrededor de 22 millones de euros.
Los estudios, que no han podido realizarse hasta que no se ha conseguido desecar el túnel a finales del pasado 2021, determinan que existen problemas derivados de defectos constructivos no visibles, agravados por la inundación, que comprometen la durabilidad de los materiales y que afectan a su funcionalidad.
A este importe habría que añadir el coste de terminar la obra en sí, que no se concluyó al rescindirse el contrato en junio de 2017 por múltiples problemas, siendo el más grave de todos esa inundación de la parte del túnel ejecutada, debido a defectos en la realización de las pantallas. Se estima que las obras pendientes superan todavía los 17 millones.
la APBC también recoge como costes adicionales el perjuicio económico derivado de la paralización de las obras, y otros “daños inmateriales”
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la APBC añade más costes: el perjuicio económico derivado de la paralización de las obras, como los gastos en los múltiples estudios que ha habido que realizar para determinar la naturaleza del problema de la principal vía de agua que provocó la inundación, así como el impacto en el calendario de puesta en servicio a pleno rendimiento de la nueva terminal, entre otros; “además de los daños inmateriales”.
En este momento, la Autoridad Portuaria trabaja en la finalización de las inspecciones y ensayos, así como en la adaptación del proyecto a las nuevas normativas y tecnologías existentes y en la definición de soluciones para resolver las patologías detectadas e incorporar todas las unidades de obra necesarias para su finalización. Se prevé obtener el proyecto constructivo a finales del presente año para, si no surgen nuevos contratiempos, licitar las obras e iniciarlas durante el primer trimestre de 2023.
CERCA DE UNA DÉCADA DE ODISEA
El vial que conectará la nueva terminal (que sigue sin entrar en servicio) con la avenida de Astilleros a la altura de la glorieta situada junto al Parque de Bomberos discurre en gran parte bajo los terrenos de Navantia en “falso túnel”, ya que este tráfico se considera incompatible con las labores en la propia factoría. Se trata de una vía de 1,2 kilómetros de longitud total, con 870 metros en túnel, cuya obra se adjudicó en noviembre de 2014 y se rescindió debido a distintos problemas en la ejecución con la constructora en junio de 2017, un mes después de que se inundara por completo.
En el momento en el que se rescinde el contrato, los trabajos sumaban un importe de certificación de 15,8 millones, el 73% del total previsto. A partir de ese momento, los técnicos se afanaron en solucionar el problema que había ocasionado la vía de agua, para lo que se realizaron multitud de estudios, en los que se ha contado con la colaboración del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas del antiguo Ministerio de Fomento (CEDEX).
Investigado el principal problema de la vía de agua se redactó y se licitó un proyecto de pantallas de pilotes secantes y vaciado del túnel, adjudicado a Constructora San José por más de 2,2 millones, iniciándose las obras en abril de 2019. Pero la complejidad de las reparaciones a efectuar, debido al estado en que quedaron las obras tras la resolución y a la cercanía de la vía de agua con el mar, obligaron a incorporar nuevas soluciones con empresas especializadas, lo que originó la tramitación de un proyecto modificado de las obras, suponiendo un sobrecoste de 870.000 euros.
Tras todas las obras y soluciones proyectadas, el 1 de noviembre de 2021 se daba al fin por vaciado el túnel, lo que permitía a los equipos de obra acceder a su interior para proceder a la limpieza y para implantar un sistema de alumbrado básico y de emergencia.
Desde entonces se están comprobando las estructuras ejecutadas y realizando ensayos a los materiales que la componen, con la dificultad de tener que implementar en paralelo nuevas soluciones para resolver los problemas de estanqueidad que van aflorando, fundamentalmente por defectos de ejecución en las juntas de las pantallas, que tras el largo periodo de inundación se han visto agravados. Parte de estas labores se adjudicaron por 368.000 euros a la empresa especializada Cemosa.