Gimnàstic de Tarragona y Cádiz abrieron la jornada en Segunda división el viernes con un frío partido en el Nou Estadi que termina dejando helada a una afición amarilla que veía ilusionada a su equipo acercarse a los puestos de arriba tras una racha de siete semanas sin conocer la derrota. Pero está llegó en tierras catalanas (1-0, gol de Uche tras error de Aridane) tras un mal encuentro, y peor todavía de los gaditanos, que no quisieron aprovechase de un rival hundido.
Gimnàstic de Tarragona y Cádiz abrieron en la tarde noche del viernes la jornada 16 en Segunda división con un frío partido en el Nou Estadi que termina dejando helada a una afición amarilla que, sin demasiadas confianzas, veía ilusionada a su equipo acercarse a los puestos de arriba de la tabla tras una racha de siete semanas sin conocer la derrota. Pero está llegó en tierras catalanas tras un mal encuentro, y peor todavía de los gaditanos, que no supieron –ni parece que quisieron, salvo un rato tras el descanso- aprovechase de un rival hundido anímicamente y colista.
Cifuentes; Carpio, Aridane, Migue, Brian; Garrido, José Mari, Abdullah; Salvi, Aitor y Ortuño formaron el once titular de Álvaro Cervera, que no podía contar, por lesión, ni con Álvaro ni Sankaré. Y desde el minuto uno, el Cádiz cedió la iniciativa al Nàstic y se hacía fuerte en defensa, para, a partir de ahí, tratar de buscar alguna contra rápida. Nada nuevo.
El primer susto se vivía en el área cadista y bien pronto: un centro de Gerard en el minuto 2 lo cabeceaba Álex López, pero Alberto Cifuentes reaccionaba con reflejos bajo palos. Mientras la réplica de los visitantes llegaría cumplido el cuarto de hora, tras un error infantil de la defensa y la recuperación de Salvi que pasaba a Ortuño dentro del área que lograba un disparo que se marchaba pegado al palo. Y poco más ofreció la primera mitad, salvo un posible penalti no pitado para los catalanes y la lesión del local Álex López, sustituido arriba por Uche, que, curiosamente, resultaría decisivo tras el descanso.
La segunda mitad se iniciaba con una peligrosa falta frontal de Muñiz, por encima del larguero. Y tras minutos de acoso de los de casa, se sucedieron los mejores momentos amarillos: daba un tímido paso adelante y parecía que quería ir a por el partido. Y Alfredo Ortuño, tras un buen centro de Brian, gozaba de una ocasión inmejorable cabeceando un balón en el área pequeña… que se iba por arriba.
Pero la igualdad sobre el campo, sin grandes alardes de unos y de otros, se acabó en el minuto 20 cuando un fallo de Aridane, al no llegar a despejar a un balón que parecía accesible, ponía en bandeja el gol al nigeriano Uche, el 1-0.
Tanto que pesó y mucho al Cádiz que no supo reaccionar ni buscar el empate con convicción, ya con Eddy, Nico y Gorka Santamaría en el campo, reemplazando a José Mari, Aitor y Abdullah. Y el partido terminó muriéndose entre las lógicas pérdidas de tiempo del Nàstic, que toma aire con estos tres puntos ansiados para comenzar a salir del fondo de la clasificación.
Un partido que podría haber terminando como empezó y con reparto de puntos, pero que se llevó el conjunto que más lo necesitaba ante otro que se mostró demasiado tiempo conformista y falto de ambición. Tarde para olvidar casi todo y comenzar a pensar ya en el choque del sábado que viene en el Ramón Carranza, ante el Real Zaragoza, otro histórico. DIARIO Bahía de Cádiz
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