La ceramista, traductora y poeta italiana Nadia Consolani Mauro ha fallecido en Madrid a los 86 años de edad, tras una larga enfermedad; su relación con la Bahía de Cádiz era evidente, ya que fue esposa y compañera del escritor chiclanero Fernando Quiñones, y presidenta honorífica de la Fundación que lleva su nombre.
Nadia Consolani fue gaditana de adopción a partir de su matrimonio con el autor de ‘La canción del pirata’. Precisamente hace menos de dos meses, en la capital gaditana se abría una biblioteca con su nombre, promovida y gestionada por la Asociación Amigos de Quiñones (con la que colaboraba activamente), en una de las salas del antiguo Rectorado en la calle Ancha, ahora espacio municipal cultural: cuenta con 4.000 volúmenes, entre ellos la colección personal de Quiñones (hasta finales de abril se puede visitar en el Castillo de Santa Catalina ‘Te regalo Cádiz’, exposición en su recuerdo) y de su viuda.
Y también el pasado enero se trasladó a Madrid para seguir tratamiento médico, pero durante las últimas décadas ha mantenido su residencia en Cádiz.
CON INQUIETUDES PROPIAS
Nadia, tras su temprano matrimonio en Milán con Fernando Quiñones, teniendo como padrino de boda al poeta sevillano Aquilino Duque, llega a España en 1959, estableciéndose en Madrid, donde conoce a la intelectualidad del momento. Tiene dos hijos, Mariela y Mauro.
En la nota trasladada a DIARIO Bahía de Cádiz se destaca que pronto, a partir de un viaje a Latinoamérica junto a su marido, conoció la cerámica precolombina y sus ansias artísticas y creativas se orientan hacia dicha disciplina artística y la escultura, de la mano del matrimonio de escultores, Arcadio Blasco y Carmen Perujo, participando en numerosas exposiciones, tanto individuales como colectivas, en España y en el extranjero.
Al mismo tiempo, su creación plástica se va completando con la poesía. Una poesía íntima y universal que enlaza y completa su mundo creativo, enlazando sus raíces venecianas con la realidad inmediata en que se desenvuelve. Su obra actúa como nexo de unión entre el ámbito cultural italiano de la Gallería de San Lorenzo, a la que pertenece, con los grupos poéticos de su entorno más inmediato. “Alfarera de palabras, le llamó la crítica”, se subraya.
La Fundación Fernando Quiñones exhibió en el Museo de Chiclana, hace seis años, la exposición ‘Las miradas de Nadia Consolani’, comisariada por Jesús Carrasco.
“‘LA SIN SOMBRERO’ DE CÁDIZ”
Por su lado, la editorial jerezana Peripecias Libros, en la que Nadia publicó su último libro titulado ‘Poesía’, ha trasladado su pésame público, recordado a “una mujer que nos ha regalado, además de su poesía, numerosas muestras artísticas como ceramista, escultora, pintora, dibujante y, por supuesto, poeta”.
De ‘Poesía’ remarca que “se cuestiona desde el fondo del alma, no sólo su propio mundo personal e íntimo, sino la misma existencia como ser en el universo”. Es más, para esta editorial, “ha sido la eterna olvidada, ‘la sin sombrero’ de Cádiz, porque Nadia como tantas otras mujeres siempre estuvo a la sombra de su marido, incluso cuando este ya no estuvo”.
“Su poesía nos permiten viajar de Venecia a Cádiz mientras la alfarera de las palabras, con una creatividad desbordante, moldea los versos como si de sus esculturas se trataran”, se resalta.