El Palacio Provincial de la Diputación de Cádiz expone hasta el 28 de abril la muestra ‘La cabaña central’, dedicada a la trayectoria vital y literaria del poeta Carlos Edmundo de Ory, coincidiendo con el centenario del nacimiento del poeta gaditano e hijo predilecto de la provincia desde 2003. Una iniciativa en principio vinculada al Día de la Provincia de Cádiz (fecha instituida cada 19 de marzo), que también se ha incorporación como actividad paralela al Congreso Internacional de la Lengua Española.
La exposición, se repasa en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, se nutre de diversos bienes cedidos por la Fundación Carlos Edmundo de Ory: libros, revistas, cartas, fotografías, carteles, obra gráfica… contextualizados con diferentes paneles y reseñas explicativas. Hay referencias a los primeros años gaditanos de niñez y adolescencia, a su mirada de curiosidad y asombro, así como la influencia de su padre –Eduardo de Ory-; su estancia en Madrid y un trabajo prosaico que contrastaba con una creatividad literaria apasionada y heterodoxa, manifestada en nuevas inquietudes como el postismo; su vida en Francia y su aliento, desde su denominada cabaña en Amiens, a los nuevos talentos literarios y plásticos procedentes de España; y sus frecuentes retornos a Cádiz, ya en democracia, donde sus creaciones son ensalzadas por el mundo de las letras, la crítica, el teatro y las nuevas corrientes culturales.
‘La cabaña central’, que tras su estancia en la capital gaditana también se mostrará en París y en Amiens, da la bienvenida con una vitrina en la que se muestra uno de los sombreros del poeta, junto a su máquina de escribir Olympia. Una personificación que anticipa lo que se va conocer: “una cabaña de puertas abiertas”.
El comisario de la muestra, Juan Manuel Bonet, recordaba en su inauguración que el hogar en Amiens de De Ory y Laure Lachéroy (ahora presidenta de la fundación del que fue su marido) era conocido como la cabaña; “como un lugar de peregrinación” al que acudían nuevos creadores “en busca del mago de las palabras”. Para este crítico de arte y literatura, Carlos Edmundo se destacó por el uso “radical y rupturista del idioma”, con innovaciones como los aerolitos y con un uso magistral del dietarismo como demostró en sus diarios. Bonet considera que ‘La cabaña central’ narra “la aventura de un hombre enamorado de Cádiz, que echó a volar”.