JORNADA 16. Pasado el trámite copero ante el Villa de Fortuna (goleada por 0-7), el Cádiz volvía a la cruda realidad este domingo visitando el Martínez Valero, jugándose más que tres puntos frente al Elche, un rival directo en la lucha por la permanencia.
Ya avisaba Álvaro Cervera en la previa que iba a ser “un partido complicado” ante un equipo que viene de cambiar de entrenador, y “con una de las mejores plantillas de la zona de abajo”. Y de entrada, los de amarillo (con su equipación azul), saltaban al verde con: Ledesma; Akapo, Haroyan, Chust y Espino, en defensa; Jonsson y Álex Fernández, en el centro del campo; Iza y Perea, por las bandas; y Sobrino y Choco Lozano como hombres más adelantados. Y Salvi y Fali, ni convocados parece que por problemas físicos.
El encuentro comenzaba con una fugaz primera llegada de los gaditanos, un balón al área que remataba con cierta dificultad Víctor Chust; y replicaban los de casa con una buena jugada y Lucas Boyé mandándola al palo. No pasaron muchos minutos y ya se intuía a un Elche más eléctrico y metido en faena, y encima en el 12 se encontraba con un dudoso penalti a favor sobre Lucas Pérez, que Fidel no fallaba.
Al Cádiz le tocaba, una vez más, remar a contracorriente. Apenas se advertía reacción alguna, pero en uno de los arreones, en el 22, el árbitro pitaba otra pena máxima, ahora en el área ilicitana, sobre el Choco. Álex lanzaba y… enviaba el cuero a la madera, para más inri.
Con el doble mazazo moral, el del gol encajado y el del gol errado, los de Cervera completaron una primera mitad para olvidar, dando la sensación otra vez de derrotados antes de tiempo, de verse ya irremediablemente en Segunda, ante un Elche limitadito que se sentía cómodo, ofreciendo al menos intensidad y ganas.
Y para colmo, la segunda mitad se estrenaba con un susto gordo, un remate de cabeza de Fidel que se iba fuera. Pese a ese arranque, con el paso de los minutos se intuyó a un Cádiz que parecía buscar la igualada ante un rival con evidentes dudas, y así se sucederían un buen centro de Pacha Espino al que no pudo llegar el delantero hondureño; un remate sin fuerza de Sobrino en el segundo palo; y en el 55, un disparo lejano del Choco que se estrellaba en el larguero.
Empezaba a entenderse un empate como lo más justo, pero en el 75, en una acción puntual, los franjiverdes hacían el segundo: Tete Morente se plantaba solo en el área, ganándole la espalda a Chust y driblando a Conan.
Si ya lo tenía complicado, con el 2-0 en el marcador el sacar un mínimo punto en Alicante era ya toda una odisea. El entrenador se conformaba además con hacer sólo tres cambios bien entrado este segundo tiempo: Negredo por Iza (que se retiraba con molestias), Álvaro Jiménez por Sobrino y Martín Calderón por Jonsson.
Ya en los últimos suspiros, Álex Fernández la peinaba de cabeza en un saque de esquina para acortar distancias y ponerle un mínimo de emoción al tiempo de descuento… para nada, ya que en el 93 era Josan el que sentenciaba haciendo el 3-1.
El Cádiz cierra una jornada más (11 goles encajados en los últimos tres choques) sin identidad, perdido sobre el campo, ni intenso ni defensivo, sin rumbo… bueno sí, el de LaLiga Smartbank (o como el banco de turno la bautice el año que viene). Y lo peor, con jugadores y entrenador, y hasta un gran sector de la afición, que parecen asumir que, hoy día, este equipo no tiene solución. DIARIO Bahía de Cádiz