JORNADA 21. El Atlético de Madrid, el fiable líder de LaLiga con diferencia, visitaba en la sobremesa del domingo el Ramón de Carranza y a un Cádiz que se sabe en uno de los tramos más complicados de la temporada encadenando partidos ante equipos muy superiores a priori, y que trata al menos de competir y tener posibilidades de arañar algún punto. Hay que ser realistas.
A punto de cerrarse el mercado invernal, de momento sólo se ha concretado la llegada del delantero Ivan Saponjic (ya en la convocatoria), y las salidas de Adekanyé y de Yann Bodiger, Nano Mesa y Álvaro Giménez (los tres últimos, a falta de confirmación oficial). Con este panorama, Álex con molestias y Pacha Espino todavía con coronavirus, Álvaro Cervera confeccionaba un once titular conformado por: Ledesma, bajo palos; Iza, Jairo, Cala y Marcos Mauro (recuperando el sitio ante Alcalá), en defensa; Jonsson y Fali, en el medio; Salvi y Perea por los costados y Choco Lozano y Negredo como hombres más ofensivos.
Un lanzamiento de Alberto Perea atajado de aquella manera por Oblak estrenaba el choque cuando todavía no se había cumplido ni un minuto. Mucha intensidad y mucho griterio (sin el ruido de la grada ni el murmullo de la megafonía, ¡vaya si se nota la tensión y las voces en el verde!), marcaron una primera fase más o menos igualada, con el Atleti mandando pero también un Cádiz concentrado atrás y queriendo no desprenderse de la pelota tan rápido a la hora de generar peligro (o de intentarlo).
Una doble ocasión visitante en el minuto 14 ponía un poco más en alerta a los de casa. Diez después era Choco el que cabeceaba bien una falta botada por Salvi. Hasta el momento, las infinitas diferencias de plantilla no estaban siendo abismales, como parecería lógico. Hasta que llegó el uruguayo Suárez en el 27, y la clavaba de falta directa. Un 0-1 doloroso.
No bajaron los brazos, y con persistencia ante un conjunto colchonero demasiado confiado, los de amarillo lograban el empate en el 35, firmado por Negredo, batallador y efectivo. De ahí al minuto 44 apenas pasó nada reseñable; entonces volvían a ponerse por delante los madrileños con un remate rocambolesco de Saúl tras un saque de esquina. Ya en el descuento, el árbitro, Gil Manzano, veía penalti en una mano de Koke dentro del área (apoyada en el suelo), pero tras pensárselo y revisar el VAR, reconsideraba su decisión, y el cadismo, indignado, se quedaba con cara de tonto. Todavía no le han pitado al Cádiz una pena máxima a favor en lo que va de campaña…
Y si la primera mitad se cerraba con un penalti a favor de los gaditanos anulado, la segunda comenzaba con otro, pitado y sin discusiones, en contra: llegaba tarde Mauro y arrollaba a Lemar. Y Luis Suárez no fallaba, haciendo el 1-3 en el 50.
Cervera movía el banquillo ante un Iza Carcelén con molestias, sacaba a Garrido y mandaba a Fali al lateral derecho. Álvaro Negredo, en el 55, tenía cerca el segundo, asistido por Salvi. Y en el 58 era el mismo Fali el que probaba desde lejos y la estrellaba en el larguero. El Cádiz, pese al mazazo del marcador, seguía mostrando buenas hechuras frente al equipo de Simeone, esperando en su campo como si fuera el pequeño.
Saponjic debutaba vestido de amarillo en el 64, sustituyendo a Lozano. Se mantenía la dinámica con los de la Tacita buscando el gol y los colchoneros reculando (¿queriendo o sin querer?, y en el 70 recortaba distancias el vallecano, metiéndole emoción al último tramo de encuentro.
En el 74, el mismo Negredo (partidazo el suyo), cabeceaba un centro de Fali, pero estaba atento Oblak. Cuatro después era el delantero serbio cedido por el mismo Atlético el que tenía el 3-3 muy cerca, a bocajarro. Y Fali no tenía fortuna en una falta directa en el 86.
Con los últimos cambios ¿inoportunos?, el Cádiz se tiraba a la desesperada al ataque: se retiraban Fali, Cala y Jairo, y entraban Augusto, Malbasic y el canterano Nieto. Mas de nada valió la soñada revolución, no llevaban ni un suspiro en el terreno de juego, y el líder hacía el cuarto, gol de Koke, aprovechando el desbarajuste atrás. Y se acabó el suspense.
La derrota era esperable ante un todopoderoso Atlético sin fisuras (aunque el Cádiz ha sido capaz de marcarle dos, y hasta ahora había recibido sólo ocho goles) y letal arriba; y se puede perder y perder, pero esta manera de caer deja en el cadismo sensación de orgullo y dignidad, pese a que al final los puntos sean los mismos: cero.
“Contento no me voy, pero ha salido lo que queríamos hacer, he visto lo que proponíamos, pero hemos perdido; imaginaba un partido así, pero no los goles de ellos en ese tipo de jugadas”, sentenciaba Cervera tras el encuentro, incidiendo en que “no está mal jugado, pero está perdido”. Sobre el penalti era claro: “no debo, no puedo decir lo que pienso”. “Si seguimos bien anímicamente, si no bajamos los brazos, vamos a conseguir la permanencia”, remarcaba. DIARIO Bahía de Cádiz