CRÓNICA J-17. Tras caer con dignidad en Copa ante el Espanyol, y olvidado el torneo del ko (propicio para darle minutos a los menos habituales), tocaba centrarse en la liga y si es posible, alargar lo máximo posible la racha victoriosa. Y es que después de esta visita del Rayo Majadahonda a Carranza, el Cádiz terminará el año con dos choques ante ‘gallitos’: el Málaga y el Dépor.
Con un césped de aspecto envidiable, banquillos de estreno, homenaje a la jugadora del Cádiz CF femenino Teresa Mérida (entre las recientes campeonas del mundo sub17 con la selección española) y unas 13.000 personas en las gradas a las cuatro de la tarde del domingo, el conjunto amarillo salía con un once inicial condicionado por las notables bajas de las dos ‘balas’, Salvi y Jairo. Así, Cervera recurría de entrada a: Cifuentes, bajo palos; Correa, Brian Oliván, Marcos Mauro y Sergio Sánchez, en defensa; Garrido y José Mari, en el centro del campo; y arriba, Lekic en la delantera, con Manu Vallejo algo más atrás, y las bandas para Agra y Álex Fernández.
El choque comenzó sin mucha tensión pero movido en ambas áreas, con un disparo de Lekic por un lado, y de Martínez salvado por Mauro y de Galán, repelido por Cifu, en el otro. Los madrileños querían llevar la iniciativa y los de casa no se veían muy cómodos. Sin embargo con el paso de los minutos, la balanza ofensiva se iba decantando por el lado amarillo.
En el 21, Álex perdonaba lo imperdonable, a puerta vacía, tras una jugada personal de Vallejo que también probaba a Basilio. En la siguiente, volvía a ser el serbio el que disparaba desde la frontal. Y antes de la media hora de juego, Álex Fernández gozaba de un mano a mano y estaba muy cerca el 1-0, pero el portero tuvo reflejos. Y Oliván, poco después, con un trallazo al borde del área. Los únicos que atacaban desde hace rato eran los de amarillo, hasta el descanso.
La partida se reiniciaba con incertidumbre, y una clara oportunidad de Aitor, que remataba alto con todo a favor. Los entrenados por Antonio Iriondo se veían con más ímpetu que los de casa. Y entre medias, en un encontronazo en el área, el portero albaceteño tenía que ser atendido por un golpe en el rostro y el choque se interrumpía durante eternos minutos. Finalmente no hubo cambió y se solventó la incidencia con un aparatoso vendaje en la cabeza, y a seguir jugando…
En el 65, tras el saque de una falta que parecía inocente, una mano precisamente de Cifuentes, el capitán, evitaba el gol en contra. El técnico cadista quería otra cosa, y movía el banquillo, dando entrada a Carrillo y Romera por Lekic y Agra. Álex desde lejos caldeaba algo el frío ambiente, motivado en parte por el largo parón durante la lesión del arquero, y en parte por un Cádiz que se veía espeso e incapaz de penetrar entre un compacto conjunto madrileño. Hasta que en el 75, Dani Romera se veía con el balón dentro de área grande, no se lo pensaba, y la colocaba dentro de la portería. El 1-0 subía al marcador, y qué trabajito.
Para el último tramo de encuentro, que se preveía largo, el canterano chiclanero dejaba su sitio en el campo a Aketxe. Tocaba sufrir: en el 86 el palo salvaba el empate, aunque la jugada estaba invalidada por fuera de juego. Y en el 90, justo en el momento en el que el cuarto árbitro mostraba la tablilla indicando que el descuento duraría nueve minutos, Iza daba otro susto, con un balón que se fue alto.
El Cádiz intentaba salir de su campo y mantener el máximo tiempo posible la pelota lejos de su meta, y culminar alguna contra, sin embargo el Rayo Majadahonda no lo ponía fácil, insistía e insistía, y los nervios eran evidentes en la grada y en el verde. Y Romera se escapaba, quedaba solo ante Basilio y la pegaba en el poste, y en el rechace, Carrillo de cabeza se la echaba en las manos al portero.
No había tiempo para más, tras la interminable ‘propina’, y Carranza explotaba celebrando la sufrida séptima victoria consecutiva. Ya van 29 puntos, y 21 por delante para alcanzar el objetivo de los 50… y entretanto, el equipo metido en playoff. Y pensar que hace dos meses este Cádiz estaba en zona de descenso y con apenas siete puntitos.
“Nos han faltado muchas cosas y ellos han logrado jugar a lo suyo y nosotros no a lo nuestro; sigo diciendo que no somos buenos a otra cosa. Sin hacer un gran partido, hemos ganado”, reconocía Álvaro Cervera ya en rueda de prensa postpartido, donde ha apelado a “nuestra raza”, como un plus de su equipo para hacerse con la victoria. DIARIO Bahía de Cádiz