Charlamos con un café mañanero por medio en una terraza cualquiera de San Severiano con quien aspira a relevar a José María González ‘Kichi’ como alcalde de Cádiz, “un compañero, un amigo” con el que lleva trabajando como asesor desde 2017. De sonrisa fácil y carcajada explosiva, de “quillo” como muletilla cuando se relaja la conversación, es un verdadero radical de conjugar la primera persona del plural, de hablar de lo común, de lo de todos, y así reivindica el proyecto que lidera como “el mejor para la mayoría social”.
De la Cruz nació en el verano del 87 en el entonces Hospital de Mora frente a La Caleta, hoy Facultad de Empresariales, pasó la infancia en extramuros en el seno de una familia numerosa, y más allá de su pasión futbolera (es un “cerverista” declarado) y su afición a correr y al ciclismo, estudió Periodismo en Sevilla y ejerció entre precariedad en varios medios, entre ellos en aquella aventura cooperativa frustrada, pero para envidiar, de El Independiente de Cádiz; antes de pasar por el equipo provincial de prensa de Podemos, y de entrar como cargo de confianza en el Ayuntamiento.
Casado con una compañera de profesión y con un hijo en el mundo, quizá le falta plantar un árbol (en su programa electoral promete un “bosque urbano” donde hoy está el clausurado cementerio), porque ya ha publicado un libro, ‘Antes que vuelva a morir’. O dos: durante la campaña ha presentado su ‘Diario de barrios’ tras recorrerse y empaparse de todos los rincones de la capital.
Una publicación que daba a conocer junto a Ángel Gago. Y es que, como ha dejado caer con guasa estos días, mientras otros alcaldables se pasean por Cádiz con sus líderes nacionales o regionales, desde Feijóo a Moreno Bonilla, pasando por Cuca Gamarra o Juan Espadas, él prefiere hacerse la foto con un cuartetero. Antes de activar la grabadora para esta entrevista, reflexiona que quisiera un debate con el resto de candidatos sin papeles preparados ni preguntas y bloques sabidos de antemano. El mismo De la Cruz se pregunta si alguna vez se hubiera imaginado verse como aspirante a la Alcaldía: “nunca”.
EN TITULARES
“Claro que siento presión, claro que siento muchas veces inseguridad y paso muchas noches sin dormir, y tengo ese nudito en la garganta”
“Kichi tuvo muy claro desde el primer momento que iba a cumplir su palabra, nunca puso sobre la mesa la posibilidad de continuar”
“Cádiz tiene 13 kilómetros cuadrados y 44.000 coches censado. Es imposible que haya aparcamiento para todos”
“Nos equivocamos suprimiendo las luces en Carnaval, la gente quiere iluminación o exornos acompañando la fiesta, y eso lo corregiremos”
“Me da miedo que una formación política, que no seamos nosotros, gobierne en el Ayuntamiento principalmente por el problema de la turistificación”
“Para frenar la pérdida de habitantes es fundamental pensar en términos de Bahía y en un proceso de reindustrialización”
“Soy cadista, me encanta el fútbol, pero la mercantilización que se está desarrollando con el fútbol no me gusta, y hay que denunciarlo”
“Con el pasodoble de ‘Los sumisos’ te das cuentas de que tú en ese momento eres el poder, y sobre las tablas cantan contra el poder”
“Tenemos que borrar esa percepción de alejamiento de la realidad: tenemos que tener un pie en las instituciones pero mil en la calle”
“Nosotros gobernamos para todos y todas porque defendemos lo que es lo común”
“Con el PSOE nos tenemos que entender. Lo que pasa es que el entendimiento no son sillones”
“Con la ultraderecha no tengo nada que hablar, simplemente la combato”
¿Con ganas de que acabe ya el partido, esta larga precampaña y campaña? ¿Está un poco harto de todo este camino que empezaba en noviembre cuando decidisteis quién sería el relevo de José María González ‘Kichi’? ¿Siente presión?
No, harto no estoy, la palabra no sería harto ni tampoco me siento especialmente cansado, la verdad. Sí sigo sintiendo el mismo respeto que tenía en noviembre. Sigo sintiendo esa incertidumbre, de cómo será, de qué pasará, de saber si lo estoy haciendo bien. Y por supuesto que siento presión, creo que es necesario reconocerlo. Muchas veces políticos, personajes públicos salen en modo superhéroe y yo creo que eso es dañino para la sociedad, porque hay mucha gente que siente presión, incertidumbre, miedo en el día a día… y hay que decirles que lo que sienten es humano y es normal, que todo el mundo lo sentimos. Hay que humanizar un poquito la realidad. Por supuesto que siento esa presión, no tanto individual porque estoy arropado por los compañeros y compañeras, es más una presión colectiva, la necesidad de que nuestro proyecto colectivo siga adelante y de que gane por el bien de la mayoría social. Pero claro que siento presión, claro que siento muchas veces inseguridad y paso muchas noches sin dormir, y tengo ese nudito en la garganta, y creo que es justo reconocerlo, no nos hace peores.
La pregunta que le habrán hecho demasiadas veces desde hace meses: ¿la sombra, la ‘mochila’ de ‘Kichi’, es alargada y pesada? ¿Influye en esa presión el tener como referencia a una figura carismática como el actual alcalde? ¿Se meditó en su organización si convenía o no que volviera a aspirar a la Alcaldía?
Igual que he sentido esa presión de exponerme públicamente cuando yo nunca he estado al frente, y de defender un proyecto que es el mejor para la mayoría social, la presión de sustituir a Kichi nunca la he sentido, porque ha tenido mucho que ver que ha sido un proceso muy natural, muy humanizado, muy transparente, colectivo, y le considero un amigo, un compañero de militancia, alguien de mi organización con el que voy a estar en el día a día.
Kichi tuvo muy claro desde el primer momento que iba a cumplir su palabra, nunca puso sobre la mesa la posibilidad de continuar. Hubo un tiempo, durante la pandemia, que sí necesitábamos un poquito frenar la especulación, porque si no, este proceso de sucesión tan importante se iba a hacer muy largo. Entonces, es verdad que él dejó caer la idea de que lo mismo seguía. Pero ese debate, en la interna, nunca estuvo ahí. Iba a cumplir su palabra y había que buscar un relevo.
“siento presión, no tanto individual porque estoy arropado, es más una presión colectiva, la necesidad de que nuestro proyecto colectivo siga adelante y de que gane por el bien de la mayoría social”
Desde que José María González confirmó que no se presentaría a la reelección ¿ha desconectado, como si hubiera dejado de ser alcalde? ¿Hay algo de cierto en esa sensación?
Lo llevan diciendo desde 2015. Es una cuestión que ha querido implantar la derecha, que tiene un componente clasista. José María González ahora mismo está en el despacho de Alcaldía, durante ocho años ha estado yendo a Alcaldía todos los días. Teófila Martínez, de la derecha, no puede decir lo mismo, entre otras cosas porque estaba dos días en el Congreso y otro como parlamentaria andaluza o como cargo del PP. A la izquierda le persigue esa idea de que trabaja menos, ese tópico que repite la derecha, como aquello de que Kichi había estado dos años de baja cuando daba clases. Y sobre ello hay que precisar que la baja laboral es un derecho y no puedes referirte como si fuera algo negativo. Pero Kichi, a día de hoy, sigue igual de implicado que como el primer día. Seguimos hasta el último día de mandato, desde el primero al último, sacando cosas que son fundamentales para la ciudad.
Pero el mantra que repite la oposición (y sus altavoces mediáticos) acusando al actual gobierno de flojera, dejadez y sectarismo, ha calado…
Yo creo que no, que no ha calado, porque de diez pasamos a trece concejales, y de trece concejales pensando en el 28-M tenemos buenas expectativas. Al final, cuando tú cambias las circunstancias de vida de la gente, cuando ves que la ciudad no solamente está digamos que más humanizada, también se gestiona mejor, que se están conquistando derechos al tiempo que se reduce la deuda municipal, que no se está invirtiendo tantos millones en autobombo, publicidad y mamotretos, cuando viene un Congreso de la Lengua o una SailGP y nos felicitan los organizadores… al final la realidad cae por su propio peso. Por mucho que quieran extender un bulo, choca con la realidad, y la realidad es que Cádiz es hoy una ciudad mejor que hace ocho años, y es una cuestión objetiva en cuanto a cifras y subjetiva en cuanto a que la felicidad es un derecho que está más cerca y es un derecho que alcanza a más personas. Esto es una realidad y sólo se llega ahí trabajando.
“cuando tú cambias las circunstancias de vida de la gente, cuando ves que la ciudad no solamente está más humanizada, también se gestiona mejor… frente a los bulos, la realidad cae por su propio peso”
¿Antes de la era ‘Kichi’ no había problemas para aparcar, no había ni un papel en el suelo y ni un bache? Es otra de las recurrentes críticas de la oposición: falta de aparcamiento, de limpieza y de mantenimiento urbano.
Hay una cosa que es muy sencilla y que no ha cambiado en ocho años: Cádiz tiene 13 kilómetros cuadrados y 44.000 coches censado. O sea, es una cuestión geográfica puramente, es imposible que haya aparcamiento para todos. Como sabemos que tenemos espacio limitado, hemos abierto otras formas de movilidad. Se han peatonalizado espacios, se ha rebajado el precio del bonobús y tengo el compromiso de que se mantenga a 30 céntimos de forma permanente, se ha creado un carril bici. Ahora hay más alternativas a la hora de la movilidad; que no puede reducirse a hay aparcamiento o no, porque este problema se repite en todos los centros de todas las ciudades del mundo.
Respecto a la limpieza: Cádiz estaba igual de limpio o de sucio que lo dejó el PP porque tenía el mismo pliego de limpieza, es una cuestión matemática. Y desde hace unos meses sí está mejor porque entró la nueva contrata con un pliego mejor. Y aquí quiero ser autocrítico, porque el pliego ha tardado seis años en salir, junto a recursos y muchos palos en las ruedas, pero admito que este pliego teníamos que intentar sacarlo antes, no soy autocomplaciente en ese sentido. Aunque ahora mismo tenemos uno de los mejores pliegos de limpieza y ya estamos viendo sus efectos. Algún presidente de asociación de vecinos nos felicitaba recientemente porque nunca había visto el barrio tan limpio, y eso es otra realidad. Está claro que la gente quiere que su ciudad, que su barrio esté más limpio, pero también somos conscientes de que una parte de esa falta de limpieza no es más que una campaña mediática del PP que se ha repetido en otras ciudades del cambio, en Barcelona o en Valencia. Como el tema de las ratas.
En cualquier caso, te hablo de movilidad, de limpieza o de mantenimiento urbano siempre desde el margen de la mejora, no soy autocomplaciente. Escuchamos la crítica e intentamos responderla. Te pongo el caso del Carnaval con las luces, nos equivocamos suprimiéndolas, la gente quiere iluminación o exornos acompañando la fiesta, y eso lo corregiremos. Yo me decanto más por potenciar los exornos por diferentes puntos de la ciudad, y hacerlo a través de los artesanos del carnaval.
“Una ciudad para vivir, no para sobrevivir” ha sido uno de sus mensajes durante la precampaña. Pero cada vez es más complicado vivir en Cádiz. Y ya entramos en dos cuestiones: la turistificación y el problema de la vivienda. Y todo ello ligado al trabajo (la falta del mismo o su precariedad) y esa ultradependencia de los servicios que sufrimos. ¿Qué va a ser de Cádiz sin los gaditanos?, se preguntaba una comparsa de Tino Tovar hace años…
Me da miedo que una formación política, que no seamos nosotros, gobierne en el Ayuntamiento de Cádiz principalmente por el problema de la turistificación. Lo únicos que le han puesto coto a esta realidad pese a que el pleno votó dos veces en contra, hemos sido nosotros; PSOE y PP votaron no a la modificación puntual del Plan General que planteamos. Aquí hay que hacer un análisis serio y riguroso: esta ordenanza que sacamos ha conseguido cambiar la dinámica en Cádiz, mientras la media nacional es que sigue creciendo la implantación de pisos con fines turísticos un 22%, en nuestra ciudad se ha frenado la tendencia y está creciendo el residencial un 2%. Y según las últimas estadísticas, entre las ciudades donde más ha crecido este fenómeno, hay cuatro andaluzas, y no estamos nosotros. Así que podemos decir que nuestra medida ha tenido efectos y ha frenado esa proliferación indiscriminada y tan agresiva de pisos turísticos. Ahora bien, eso no es suficiente.
Decía el candidato del PP, Bruno García, que esta ordenanza no sirve porque está subiendo el precio del alquiler para residentes. Y sí, claro, también está subiendo el precio del pan. Y es que para frenar la subida de los alquileres hay que regular el precio del alquiler y hay que hacer una ley de vivienda mucho más ambiciosa que la del Gobierno central, y tiene que permitir que sea desarrollada desde los municipios, no desde las comunidades autónomas.
Así, hay que trabajar en tres vías para que la vivienda no sea algo inalcanzable: frente a la turistificación, regular el precio del alquiler y que la vivienda sea un derecho fundamental no un bien de mercado como incluso lo piensa el PSOE, y en tercer lugar, fomentar la construcción de vivienda pública. Nosotros, hemos hecho 140 en ocho años y debíamos haber hecho más, pero también es verdad que heredamos Procasa que estaba al borde de la quiebra.
“decía el candidato del PP que la ordenanza contra la turistificación no sirve porque está subiendo el precio del alquiler para residentes. Y sí, claro, también está subiendo el precio del pan”
Cuando escucha a otros candidatos prometiendo que van a levantar miles de viviendas en solares que no son ni municipales, en la Zona Franca, en locales comerciales o proyectos como un barrio flotante frente a la Barriada de la Paz…
Con esa propuesta de Ciudadanos en particular, es que me asusto, va contra la propia naturaleza y las señales que no está mandando. En este contexto de emergencia climática que llama a naturalizar los espacios, hay gente que piensa en echar cemento a los espacios naturales. Me parece una barbaridad. Pero hemos leído más, como aquella de crear una playa artificial para perros con un chiringuito chill out, la creación de hoteles en el Parque Natural, o tirar suelo industrial para crear barrios, eso nos condena el presente y el futuro, y la recuperación de las ninfas y los ninfos… Creo que es un desconocimiento absoluto no solamente de la ciudad, que ya por sí es peligroso, sino del contexto social y de la sociedad.
La experiencia de ocho años en el gobierno entiendo que da pie hacer un programa electoral con los pies en el suelo. En 2015 no tanto, pero ahora su espacio político conoce y sabe de las limitaciones de un ayuntamiento.
Y se intenta ser riguroso. Yo podría decir, por ejemplo, pongo el autobús gratuito, como han dicho otros candidatos, pero es que la Intervención del Ayuntamiento no lo permitiría. No sería sostenible. Al final, cuando haces un programa político es un ejercicio de honestidad para que la ciudadanía pueda fiscalizar tu gestión; y a mí no me sirve para ganar unas elecciones, me vale como guía para los próximos cuatro años, por eso tienen que ser propuestas rigurosas, sinceras, realizables.
¿Cómo afrontamos la imparable sangría poblacional y el envejecimiento de la ciudad?
No me sé exactamente las cifras, pero creo que los últimos años del PP se perdieron como dos mil y pico gaditanos y en los últimos cuatro años han sido como setecientos. La tendencia parece que se está reduciendo. En cualquier caso, la gran pérdida de población ha tenido que ver directamente con la situación de la Bahía. La primera gran sangría poblacional se produjo en los años 80 con la reconversión industrial del PSOE, y otra fue con la crisis de 2007 que se lleva por delante Delphi y parte de la industria, cierres que dejaron la comarca tiritando.
Por ello, para frenar esta pérdida de habitantes es fundamental pensar en términos de Bahía y en un proceso de reindustrialización, de trabajo verde, sostenible y sostenido. Si no hay empleo con valor añadido, si no hay trabajo estable, esa sangría va a continuar y no es una cuestión que afecta a la capital, y que se pueda abordar únicamente desde el Ayuntamiento de Cádiz. Nosotros podemos hacer cosas, ciudades más amables, fomentar la conciliación, espacios pensando en los niños, pero la solución debe buscarse mirando a la Bahía.
“podemos hacer cosas frente a la despoblación, ciudades más amables, fomentar la conciliación, espacios pensando en los niños, pero la solución debe buscarse mirando a la Bahía”
Todo el que aspire a ser alcalde de Cádiz debe dominar tres asuntos que parecen vitales para muchos gaditanos: Cádiz CF, Semana Santa y Carnaval. Hablemos un poco de ello. Sabiendo que David es muy futbolero, empezamos por allí: ¿Sergio González o Álvaro Cervera?
Tengo el corazón dividido. Partiendo de que Sergio tiene todo mi reconocimiento, me gusta mucho la propuesta de fútbol que está haciendo y de que tiene mucho mérito lo que lo que está consiguiendo, es que Álvaro Cervera nos cogió en Segunda B y nos dejó en Primera. Creo que deberíamos haber sido mucho más agradecidos, tiene un espacio en mi corazón cadista. Soy muy cerverista. Además, tengo una frase suya que a mí se me clavó, en la permanencia durante la pandemia (con los estadios vacíos) le preguntaron algo así como ¿por quién va esto?, y respondió aquello de por la afición que no ha podido disfrutar este año en Primera. Esa política de Cervera, esa la lucha no se negocia, y ese concepto de arraigo en la ciudad de Cádiz a mí me han ganado para siempre. Sin desmerecer a Sergio, es que Álvaro Cervera es una debilidad.
¿Antonio Muñoz o Manolo Vizcaíno?
Con Antonio Muñoz hay un componente de nostalgia, aquel Cádiz es el Cádiz con el que yo me he criado, el de Sambruno, Abraham Paz, Jesuli Velázquez… Era un Cádiz más cercano. Me acuerdo perfectamente siendo un niño, en la víspera de jugarnos el ascenso contra el Universidad de las Palmas, Sambruno antes de irse con el autobús bajó a San Mateo, que es donde nosotros parábamos, y allí con sus amigos todos le despedimos… Esa idea de futbolista cercano se ha perdido un poquito, y se echa de menos. En cuanto a lo deportivo, creo que hace mucho tiempo que el Cádiz no tiene una situación como la actual. Y en eso algo tendrá que ver la gestión de Vizcaíno.
¿El cadismo entendido como sentimiento tiene cabida en el fútbol moderno, en el fútbol negocio de hoy día?
Puedo estar en contra de decisiones de gestión y de política empresarial que toma un club, pero después, es mi equipo y mis colores y quiero que gane. Cuando entran las pasiones también es importante verlas desde un punto de vista crítico. No vale todo. Yo soy cadista, me encanta el fútbol, pero la mercantilización que se está desarrollando con el fútbol no me gusta, y hay que denunciarlo. Si tienes que dejar de ver un partido o no quieres ser cómplice de unos horarios o unos precios que hacen inaccesible ir al estadio, de un negocio que hace de este deporte absolutamente capitalista y deshumanizado, bueno, igual no tienes que formar parte, por mucha pasión que tengas.
Pasamos a la Semana Santa, esa que ‘Kichi’ decían que iba a prohibir y resulta que ha acabado impulsado su declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional ¿David de la Cruz es capillita? ¿Seguirá subvencionado con dinero municipal a las cofradías? Una cuestión que además ha sido motivo de roces en el seno del actual equipo de Gobierno.
No siento una gran pasión por la Semana Santa, sin embargo a mi hijo sí le gusta mucho. Aquí entra una cuestión que va más allá de los gustos, y es el reconocimiento. La Semana Santa tiene un potencial cultural, un arraigo a la tierra y a la cultura y una potencia patrimonial que hay que reconocer, cuidarlo, protegerlo y fomentarlo. Al final, parte de nuestra identidad se forja también en la Semana Santa. Y claro que seguirán las subvenciones, pero es que es una cuestión que revierte directamente en la ciudad. Pasa con todas las fiestas y con todas las expresiones culturales, tienes que cuidarlas, financiarlas, porque al final hay una devolución social.
Y vámonos caminito del Falla. Profesionalizar el carnaval, promover una industria alrededor del carnaval… ¿no va contra la esencia popular propia de la fiesta?
Yo más que de profesionalización hablaría de la dignificación del carnaval, son conceptos diferentes. Al final el Carnaval de Cádiz es una expresión cultural, artística y musical como cualquiera, y con un valor brutal. Que no se considere, por el hecho de ser popular, un arte menor, es un arte mayúsculo, y por eso hablo de la importancia de dignificarlo. Y respecto a la profesionalización, si hay gente que puede vivir de su obra, me parece super honesto, legítimo y justo. No creo que eso tenga nada que ver con la esencia del carnaval ni con las raíces de la fiesta. Va a seguir teniendo un carácter popular porque viene de la tierra, porque canta a la tierra. No creo que estén para nada en contradicción ambas cosas.
Uno de los que ha logrado vivir del carnaval, fundamentalmente, es Antonio Martínez Ares. Sus letras casi tienen más impacto y eco que el discurso de cualquier político… ¿Cómo se toma el equipo de Gobierno y el actual alcalde los palos recibidos de sus últimas comparsas?
Con el pasodoble de ‘Los sumisos’ en concreto te das cuentas de que tú en ese momento eres el poder, y sobre las tablas cantan contra el poder. Tú tienes que acatar la crítica, reconocerla, y tener margen de mejora. Esas críticas siempre hay que escucharla desde el respeto.
¿Pero ese pasodoble dirigido a ‘Kichi’ (aquello de “medio Cádiz está enfadao/ y te importa un carajo a ti/ no eres ni queriendo/ mi Salvochea”) lo asumisteis como una crítica que traslada el sentir de la calle, o como una letra que busca el aplauso fácil y los puntos del jurado?
Creo que Martínez Ares lo escribió desde de su verdad. No tiene que ser la verdad absoluta porque nadie tiene la verdad absoluta, pero él lo escribió desde su verdad y con honestidad, y tienes que encajarlo así, aunque duela. Creo que Kichi, nosotros, porque al final no es una crítica individual, es una crítica colectiva, tenemos que encajarla de esa manera. En ese momento lo escribe con el sentir y la percepción que tiene de Cádiz, y toca aceptarla. Cuando el carnaval canta, los poderes establecidos tiemblan. Ha sido así históricamente. Y es fundamental que nunca se pierda ese carácter crítico del Carnaval de Cádiz.
“Martínez Ares escribió (el pasodoble de ‘Los sumisos’) desde de su verdad. Nadie tiene la verdad absoluta, pero él lo escribió desde su verdad y con honestidad, y tienes que encajarlo así, aunque duela”
Aprovechamos para seguir profundizando en la propia izquierda. En otoño de 2022, en los orígenes de lo que ha acabado siendo Adelante Izquierda Gaditana, en unas jornadas de autoevaluación del gobierno local de ‘Kichi’ se escucharon sentencias como “se podría haber hecho más y mejor si hubiera habido más trabajo en equipo, mejor comunicación con la ciudadanía, más complicidad con los movimientos sociales; no ha habido proyecto de ciudad sino muchas improvisaciones; ha faltado escucha, ha habido alejamiento de la realidad…”. ¿La autocrítica escuece más que un pasodoble de Martínez Ares?
Cuando las críticas vienen de tu lado, desde la izquierda, claro que duelen, y hay que escucharlas pensando en que son críticas constructivas. Por ejemplo, en el concepto de participación tenemos que profundizar más que durante estos dos mandatos, es verdad que ha faltado. También en parte porque las instituciones son máquinas antiguas, administraciones que no están adaptadas a los nuevos tiempos, es muy difícil aplicar políticas de participación en una institución así. Y por supuesto que tenemos que seguir con una cosa que es incuestionable, borrar esa percepción de alejamiento de la realidad: tenemos que tener un pie en las instituciones pero mil en la calle. Lo dijimos en 2015 y en 2023 sigue siendo tan necesario como entonces. Si ese es el concepto que tiene la gente de la izquierda, la gente que nos vota, la gente que nos defiende en las malas y nos exige en las buenas, pues hay que analizarlo y mejorar por ahí.
En el rutinario día a día político, el rival/oponente siempre remarca lo malo en el otro. ¿Me puede contar algo bueno/positivo de la oposición en estos últimos años?
(Se lo piensa) No ocurrió lo mismo en otras administraciones, pero por ejemplo, cuando se tenía que defender que Valcárcel fuera universitaria, toda la oposición lo entendió, y se remó en la misma dirección. O con el Congreso de la Lengua también hemos sentido ese respaldo y pienso que eso también es parte de su éxito. Con determinados eventos, con determinadas cuestiones de ciudad, en general la oposición ha sido responsable y al final eso beneficia al conjunto de la ciudadanía, y también beneficia a la propia oposición. Por eso no entendemos que durante la mayor parte de los ocho años que llevamos en el gobierno, hayamos tenido una oposición que se ha dedicado más a destruir que a construir, cuando esa construcción también beneficia a la ciudad y a ellos. Hay cuestiones que son fundamentales: no puedes votar en contra de una ordenanza para frenar la turistificación, y cuando votas a favor es porque el problema ya ha estallado.
La estrategia de moderación de Bruno García del PP es repetir que gobernará “para todos”. ¿Adelante Izquierda Gaditana gobernará también para la Cádiz de derechas?
Mira, es que lo que común, lo que es público, es para todos y para todos. Y eso es lo que no entiende el Partido Popular. Tú no puedes gobernar para todos si esquilmas y recortas en lo común. Quien gobierna para todos y para todas es quien defiende la sanidad y la educación públicas, el espacio público y las plazas y la calle, y es quien defiende el medio ambiente. Quien seca Doñana, quien recorta en la educación pública y en la sanidad pública, quien el espacio público no lo considera de todos, no puede gobernar para todos y para todas. Gobierna para una minoría. Nosotros gobernamos para todos y todas porque defendemos lo que es lo común. La libertad y el liberalismo que ellos defienden en realidad es egoísmo y sálvese quien pueda. Si no se defiende lo público, lo que es de todos, no se puede gobernar para todos. Es una cuestión de cajón.
“quien seca Doñana, quien recorta en la educación y en la sanidad pública, quien el espacio público no lo considera de todos, no puede gobernar para todos. Gobierna para una minoría”
David de la Cruz es periodista. ¿Qué le preguntaría al popular Bruno García, y al socialista Óscar Torres?
A Bruno le preguntaría si está en política por una cuestión vocacional o profesional. A Óscar… (se lo piensa), le preguntaría qué sintió cuando durante la lucha del metal su Gobierno de España sacó tanquetas a la calle.
Hablando de Óscar: ¿Adelante Izquierda Gaditana y David se entenderán con él y el PSOE si dan los números tras el 28-M? Los socialistas exigen ya entrar en ese hipotético gobierno…
Nos tenemos que entender. Lo que pasa es que el entendimiento no son sillones. Es uno de los principales problemas con el PSOE, que solo entiende la política desde los sillones, desde los cargos. Y me he sentido muy identificado siempre con la militancia del PSOE, incluso con el PSOE de campaña, pero luego… Por su puesto que hay que llegar a entendimiento, a acuerdos, pero eso no significa llegar a pacto de gobierno. Ellos y nosotros tenemos modelos de sociedad distintos, que chocan en lo profundo y en lo sustancial. Por lo tanto, creo que lo más lógico sería en primer lugar evitar un gobierno de la derecha por todos los medios, de la extrema derecha, la derecha ultra liberal, que hay hasta cinco partidos de derecha actualmente; y en segundo lugar, que la lista más votada dentro del espectro de la izquierda gobernara en solitario con acuerdos y una oposición, por parte del otro partido de la izquierda que quede fuera, constructiva, legítima, que ponga en el centro el interés común.
Y volviendo al David periodista, ¿qué le preguntaría al candidato de Vox? ¿Y a Marina Liberato de Podemos? ¿Y a los líderes de esos partidos que se venden sin ideología, a Ismael y a Belgrano?
Yo con la ultraderecha no tengo nada que hablar, con quienes tienen un discurso del odio, enfrentan al último contra el penúltimo, hacen una política racista y niegan la violencia machista, no tengo nada que preguntar, simplemente lo combato.
A Marina… no tengo que reprocharle ni preguntarle nada, sólo asegurarle que tendremos que trabajar y construir juntos porque al final tenemos un horizonte de sociedad muy similar.
No meto a Ismael Beiro y a Eugenio Belgrano en el mismo saco, en el primero hay un ultraliberalismo muy agresivo, y le preguntaría de dónde sale la financiación de su campaña, no sé, hay muchos rumores y me genera mucha curiosidad. Y a Belgrano le recriminaría el odio desmesurado de su candidatura, de su campaña. La mentira y el odio nunca pueden ser el eje central de la política.
¿Y a David de la Cruz aspirante a la Alcaldía qué le preguntaría David periodista?
(Se lo piensa, y mucho) ¿Qué me preguntaría…? No sé, la verdad… Si alguna vez me esperaba ver en esta situación. Y me respondería que nunca me lo hubiera imaginado.
“a Ismael le preguntaría de dónde sale la financiación de su campaña, no sé, hay muchos rumores y me genera mucha curiosidad”
En los últimos años como asesor del equipo de Gobierno se ha dedicado a escribir los discursos del alcalde. ¿Alguno que recuerde de forma especial, del que se sienta más orgulloso?
(Se ríe). Eso lo tienes que preguntar a Kichi, está feo que yo lo diga. Es verdad que puedo mirar atrás, y todos los discursos los he escrito con toda la honestidad, me quedo con eso, más que con uno en concreto.
Y la última: Congreso de la Lengua, los Premios Max, la SailGP, la Gran Regata, la Cumbre Iberoamericana en el pasado… ¿apostaría Cádiz por acoger también Eurovisión si ganara Televisión Española algún año?
Siempre que haya un carácter público de los eventos, siempre que haya una repercusión social, y la ciudadanía y el tejido de Cádiz estén integrados en esos eventos, hay que aspirar a cualquiera a nivel nacional o internacional, mientras que no sean eventos de espaldas a la ciudadanía, si no que se desarrollen junto a la ciudadanía. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway