El Ayuntamiento de Cádiz ha recogido muestras de los cuerpos localizados en el cementerio de San José, y por otra parte ha realizado campañas para la extracción de muestras de ADN de familiares de represaliados y víctimas del franquismo con el objetivo de cotejarlas; son más de 70 los hisopados recogidos y entregados al laboratorio.
El Ayuntamiento gaditano ha entregado al laboratorio de Anatomía Forense de Granada un total de 38 muestras óseas de restos de cuerpos exhumados de las fosas comunes del cementerio de San José, durante la búsqueda de asesinados por el franquismo, que tenían evidencias de fallecimiento por arma de fuego.
El concejal de Memoria Democrática, Martin Vila, que ha acudido a este acto, resalta “la importancia de hacer entrega de estas muestras ya que suponen un paso esencial para su identificación de manera que podamos devolverles la dignidad que un día le arrebataron”.
De hecho, identificar los restos es un paso esencial para poder localizar a las familias de manera que les puedan dar sepultura y “cerrar las heridas que aún permanecen abiertas”.
Vila incide en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz en que desde el Ayuntamiento se ha trabajado en un doble sentido. “Por una parte, hemos recogido las muestras de los cuerpos encontrados y por otra hemos realizado diversas campañas para la extracción de muestras de ADN de familiares de represaliados y víctimas del franquismo con el objetivo de cotejarlas, tanto con los restos encontrados en Cádiz como con los del propio banco del laboratorio de Granada”.
Así, además de las 38 muestras óseas de cuerpos encontrados, se ha hecho entrega también de los últimos hisopados recogidos de familiares, con las que ascienden a 72 el número total entregado hasta ahora.
Finalmente, este concejal izquierdista sobresale el trabajo realizado por el personal técnico, tanto en las exhumaciones del cementerio en sus diferentes fases como en la recogida de ADN ya que “es una labor indispensable para poder entregar los restos a sus familiares” como ya sucediera con los restos de Augusto Curty Martínez, asesinado en agosto del 36 y que fueron entregados meses atrás a su nieto, o los de Dionisio Aretxabala Ulazia.