DÍA 8 (8ª CLASIFICATORIA).
Sábado sabadete. Y en la tele puedes ver los Goya, que rima con fiesta del cine español. Y con olla. Haciéndole la competencia a la octava sesión de las preliminares del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2019).
Una tarde-noche de Falla con un menú irregular, pero ingredientes consistentes y peleones: empezando por el coro chiclanero ‘Los espectaculares’, cada concurso más hecho; las comparsas muy comestibles ‘Los cacerolas’, ‘El carromato de Max’, ‘La tierra prometida’ y ‘Músicos Sin Fronteras’; y las chirigotas muy masticables ‘La última y nos vamos’ y, sobre todo, ‘Los yayoflauta’. Ojo, cuidao con el cuarteto de Villanueva de la Concepción, no del todo digerible.
Hablando de Goya, su mejor peli es ‘Perro semihundido’. Raro que los de Pacma no se hayan quejado todavía. El fiscal, nuestro apuntador en estas jornadas de chimpún chimpún, me quiere imputar delito graciosete, pero se va a comer una… olla. Maripili, dame una p, y tira de la palanca, que se expanda por los interneses este cronicón analógico. Pero antes, un minuto sin beber, que lo dicta el Yuntamiento de Cádi.
‘Los espectaculares’, desiguales
Las 20.03 horas. Arriba el telón. Papá papá, llévame a circol… “cambié mis complejos por la libertad, aquí a nadie se le discrimina…”. Personajes circenses raros y singulares se suben a la vida… digo al coro chiclanero ‘Los espectaculares’, con letra compartida por José Manuel Alcántara, Enrique Rojas y J. Manuel Reyes, y música de Jesús Rivera. Metatango que resulta un metaensayo sazonado de experiencias, para la reentrada… “me doy cuenta de que el premio, lo tengo antes de cantar”. Y una segunda letra idealista y utópica, soñando con tachar del calendario todos los días que evidencian la desigualdad y las luchas sociales… “si recordamos estos problemas todos los días, es que algo estaremos haciendo mal… sólo juntos venceremos”. ¡José, te queremoh! Suena más que decente este grupo, sin creérselo. En los cupleses, dejando de fumar por medio de la hipnosis, de aquella manera; y duchita mascando letra observado por el OndaCádi, ¿no? La libertad de ser diferente es la que me hace más fuerte… si te ves cuando me miras, un giro dale a tu vida, siéntete espectacular. “Quiero que escuches de mi voz, cómo es este mundo lleno de imaginación, y contarte con detalles las mentiras y verdades, que cualquier tiempo pasado fue peor…”. Entra ese popurrí-metafora-vital contagioso, que termina trasladando el espectáculo al patiobutaca… “comienza tu show”. Ahí está moviendo el esqueleto también el fiscal. Le van a reñir los de sonido, verá tú.
‘Los cacerolas’, dando la lata
A la calle, con lo calientito que se está en el sofá con la batamanta… “y tú tráete tu cacerola, luchemos otra batallita más…”. Comparsa protestona e indignada la que llega desde El Puerto, ‘Los cacerolas’, atenta a convocar una mani por cualquier injustisia sociá que se precie. José Juan Pastrana Fernández es el autor de letra y Alejandro Díaz Oliva, de la música. Patriarcado en formato manzana, en el primer pasodoble, con una princesita pretendida en un callejón por un príncipe baboso, hasta que la mujer dice que no es no, y “ahí se acabó este cuento”. Y curioso ese segundo pasodoble paradójico, abordando el temita del niño caído al pozo, pero dándole palos a todo el que hizo caja con el triste suceso, mirando a la cara algún neopolítico y algún programa de las mañanas… “son ratas asquerosas que hacen su agosto con las tragedias…”, y por ello mismo, terminan con un ruego: “si aplauden mi letra, también seré yo, igual que esos miserables”. Se escuchan aplausos… Descubriéndonos a los ecosexuales en un cuplé, frota que frota; y presentando el nivel medio del votante de Vox, “ideología que resulta cuando se junta el patriotismo y la cocaína”, pummm. ¿Algún que otro silbido espÁñol? Molesta quien no protesta, y al que protesta, es música pa sus oídos. Comprometido ese popurrí pro-huelga, puño en alto.. “que no cierren nuestras bocas y que suenen nuestras cacerolas… y no te duermas que te embobas y luego se ríen de ti”. El fiscal llama a las fuerzas del orden, esta mani no ha sido comunicada.
‘La última y nos vamos’, ¿por qué, por qué?
“Como no me echeh un euro, lloramoh y lloramoh”. Presentación estruendosa que bien vale de despertador la de la chirigota de Chipiona ‘La última y nos vamos’. El padre con su niño en los cacharritos. Chúpamela, la piruleta. Lamento del hijo de padres separtados… “que sabe a poco tenerte sólo un fin de semana”, en un pasodoble un poco estándar temáticamente. En el otro, se llama “la vergüenza de todos los andaluces” al casi cincuenta por ciento del censo que pasó de votar el pasado diciembre, “me contaron que los andaluces, siempre lucharon por ser libre, eso quedó para la historia… dime para qué sirvió tanta batalla en blanco y verde”. Un cuplé huevón y otro homenaje a chanquete, o a tiburón, no queda clarinete. Tenemos un truquito que da resultado, lloramoh lloramoh lloramoh. Este vendaval pom pom pom pom tiene como autores a Francisco Javier Fuentes Romero y Javier Gómez Gálvez. “Si yo tuviera una escoba, le pegaba un escobaso”. El popurrí entra en la categoría de alboroto, con dinosaurio hinchable de propina… “no tengas prisa en crecer”. El fiscal está sufriendo un ataque epiléptico… que chute gratuito, primo.
‘El carromato de Max’, la vida es puro teatro
Max, nombre molón donde los haya, tiene un carromato y lo ha estacionado en las tablas del Falla, ya se sabe cómo está el aparcamiento en Cádi. “Vamos a hacer un función basada en la realidad, con la que muchas veces te sientes mal y luego ayudas a escribir el guión…”. Concepto de la comparsa marbellí ‘El carromato de Max’, con personajes circenses dictando sentencia. Máximo Gómez Padilla firma la letra, y Antonio Quiñones Campos, la música. Un pasodoble entre nostálgico y quejoso, ese niño gaditano que se prometió que de mayor haría carnavales, y ahora lo hace viniendo de fuera y se ve menospreciado… “hoy te lo digo a la cara, yo también tengo familia y por cantar en el Falla le he privado de una naná… soy aprendiz de tus cosas, ten cuidado picha, que esos mismos que humillas ya no pasen por taquilla…”. Uhhhh, me chivan que suena a pullita al Aragón. El niño caído en el pozo, día a día en el otro pasodoble… “no he visto tierra más fuerte ni más larga una semana…”. En los cupletillos, el torero Padilla y el crío enganchado al Fortnite, que acaba cargando escombros… Que tus dos besos, tiran más que dos carretas. “No es cuestión de lo que veas, es cuestión de lo que mires… hay sitio para otro monstruo dentro de mi carromato… vive y deja de actuar, que la vida es puro teatro”, sentencian estos artistas del circo de la vida. Y ya se sabe, la vida es asín la vida, la vida es asín la vida. El fiscal vive sin vivir en él y tan alta vida espera que muere porque no muere.
‘¡En Cádiz hay que vivir!’, qué pasa, pene
Esa flauta. Madre e hija, de limpieza en casa. Es la situación que presenta el cuarteto de la localidad malagueña de Villanueva de la Concepción ‘¡En Cádiz hay que vivir!’ y “más vale un caraho de mar que un caraho de menos…”, ejem. El marido y yerno se ve que es constructor y se quiere mudar a Cádi; el niño “no se toca” y se toca es mu gadita, y la vecina es… otra que aparece, a cotillear. Amago de cuarteteros paseantes hieráticos… “¡hola Olvera luque!”. Juan Antonio Martín, Emilio José Antúnez, Óscar Arrabal y Juan Antonio Martín firman la autoría de este momento tanatorio. O betadine. Ansiosos por darle un puntaso a un tramoyista. Lo que no me he traído es un estribillo. Tampoco. Qué sufrimiento, arriba, y abajo. Auto-intuyen que son un mamarasho. Siempre es un primer paso el reconocerlo… “vente con nosotros a cantar”. El fiscal me mira… ¿qué pasa, pene?
‘La tierra prometida’, refundando
Fenicios sincronizados desembarcando en Cádi hace tres mil años, y alguno más. En chanclas. Suena, y suena bien, la comparsa sevillana de Alcalá de Guadaira ‘La tierra prometida’, con letra y música de Luis Rivero y Juan Manuel Moreno Gandul. Paseo gaditano-carnavalesco, en el primer pasodoble, que se conocen Cádi de pe a pa desde la distancia sólo gracias a las letras de los copleros. Y otro niño de padres separtados, pero sin amargamientos, que papá y mamá mantienen al crío fuera de sus líos… “yo tengo una maleta cargada con mi vida, que siempre va a mi vera… y dos amores… que son mi padre y mi madre, soy feliz a vuestra vera, aunque me pase la vida, cargado con mi maleta”. Original el tratamiento. La maleta será de las de ruedas, opina el fiscal. El peaje a Sevilla arruina también a estos fenicios, y el “escape room pa mi es salir de casa mi suegra”, en los cupleses. Si algo que he aprendido en esta vida, que no hay tierra prometida si es que en ella no estás tú. Los fenicios fundaron Gadir y Cádi les acabó conquistando a ellos. El popurrí, promete.
‘Músicos Sin Fronteras’, do re mi fa sol la sí
Enchufa el órgano, primo. “Suena, despierta, rompe ya el silencio que ciega al hombre, con tu música… uuuuuuuuh”. Potito saludo de la comparsa local ‘Músicos Sin Fronteras’. Embelesando. Suscribe la letra, Ramón Manuel Ruiz Lorenzo y José Martínez González, Pepito Martínez, la música. Simpatizantes del trío PP-Ciudadanos-Vox podrían cantar en sus mitines gran parte del primer pasodoble, mezclando envidia, odio, racismo, transfobia, patriotismo… “así es como el mundo se ha llenado de barreras, que aquí todos somos culpables, de levantar tantas fronteras”. Y una llamada a la educación para acabar con el machismo imperante y todo lo que de ahí se deriva, en la otra letrilla, “aquí hay que poner la solución desde la cuna, y dejarse de princesa y caballero de armadura, que sembrando las diferencias, después cosechamos basura”. Mu acertados estos musiquillas. El Lopetegui y el Guillermo Cano se dan la mano en un cupletillo, “quillo, a que da corahe”; y el grafitii del Juancarlo motiva el segundo… “quillo, a que da corahe”. Cádi no me hagas sentir un silencio entre tú y yo… por eso mis partituras, suenan sólo para ti, do re mi fa sol la sí. El popu es un viaje-muestrario de diversos sones de aquí, de allá y de acullá con su fondo comprometido por las esquinas, y sus bailesitos… “tan sólo con su presencia nos hace a todos iguales, hace que el tiempo se pare… cante, vive, grita, que tu música nos vale”. La música, ese idioma que derriba alambradas y muros, el remedio de todos los males. El fiscal busca pareja para echarse unas yenkas, que tiene alta la bilirrubina… vengan chicos vengan chicas a bailar, todo el mundo viene ahora sin pensar…
‘Los yayoflauta’, y las pensiones pa cuándo
Santa María FM, jeje. La función la despide la chirigota del barrio Santa María ‘Los yayoflauta’, luchando por las pensiones… “soy jubileta y radical… parezco el protagonista de un pasodoble los Carapapa… mi chirigota es la calle, porque no hay quien la calle, valiente como mi tierra… mucho cuidao con los viejos, que van a dar mucha guerra…. vengo que muerdo vengo que muerdoooo”. Roberto Gómez, Juan Pérez y José Juan Pastrana, en la autoría. Y la camiseta del Baguetina, tendida, junto a la foto del Juanymedio. “Ojito con lo que digo, que veinte años no son nada…”, advierte la primera letra, rememorando el doloroso pasado e instando hacer algo para que no vuelva la droga a Santa María. Che che che che. En el segundo, lamentando que obreros pierdan la vida por culpa del patrón… “es imperdonable que dos compañeros no vuelvan a casa y dejen su vida en los astilleros, qué más da aquí la seguridad, cuando pase ya se verá…”. Eso se llama rebañar bien los pasodobles, con fondo y trasfondo. En la tanda de cuplés, un amigo con dos mil manías, y la final del Falla, que también se irá a EEUU como el fútbol… Únete a nosotros y solidarízate. El popu, de Cádi Cádi, fresquito, chirigotero y siempre comprometido, aunque se echa de menos más pocavergüen… “que yo al pacto de Toledo le tengo miedo; aunque tú no lo creas, que la coma, que la coma es importante; vamos a jubilar al dietista de Romaní… en mi tierra, en febrero se lucha en la calle”, y ahí en el remate se sube a las tablas una representación pancartera de la verdadera Marea de pensionistas. Grupo que, como el pasado año, aprovecha hasta la bajada del telón para salirse del guión. Dando horquillasos. El fiscal, saca la libreta, no le amedrantan las dentaduras postizas.
La 0.57 horas. Baja el telón. “Si no sale el cuarteto, no me voy de aquí”, vocea un anónimo desde gallinero, fan de Villanueva de la Concepción. Un flan me comía yo ahora. Fiscal, ve buscándote el botón de off. Y mientras tanto, una frase célebre para acompañar los dos o siete cubatas, sin, que te vas a tomar antes de la cama: “No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”, dicen que dijo el político, escritor, periodista y médico argentino-cubano, Ernesto Guevara. El de las camisetas, el mismo. Dany Rodway
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