La demorada obra del segundo puente sobre la Bahía de Cádiz comienza su recta final con las operaciones de izado de la última dovela del tramo atirantado. En la jornada del lunes post-electoral los trabajos eran supervisados por el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento. A partir de aquí se procederá al inicio de los trabajos finales de colocación de juntas, afirmado, señalización, pruebas de carga, instalación de barreras e iluminación. La ministra Ana Pastor aseguró a principios de mes que el puente estaría listo a finales de agosto.
El secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, ha asistido el lunes siguiente a las elecciones municipales al inicio de las operaciones de izado de la última dovela del tramo atirantado del futuro segundo puente sobre la Bahía de Cádiz. En la visita ha estado acompañado por el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre; no se ha visto por la zona a la alcaldesa en funciones, Teófila Martínez.
El tramo atirantado es la estructura más singular de este puente, con sus 1.180 metros de longitud y una luz entre pilonos (grandes pilas) de 540 metros, la mayor de España. Los pilonos tienen una altura de 185 metros y sirven de anclaje de los tirantes de acero que sustentan el tablero. El gálibo vertical bajo el tablero es de 69 metros para permitir el paso de grandes embarcaciones.
Por lo que se refiere al propio tablero del tramo atirantado, está constituido por 63 tramos de acero (dovelas) de 20 metros de longitud media. Estas dovelas se preconstruyen en taller, se transportan a obra, se terminan de montar, se elevan hasta su posición mediante carros de izado y se sueldan con las colocadas previamente, de manera que el tablero va avanzando en voladizo desde ambos pilonos al mismo tiempo que se van instalando los tirantes que proporcionan sustentación. Las primeras dovelas, tres en el pilono de tierra y cuatro en el de mar, se colocaron empleando grúas de grandes dimensiones.
Seguidamente se elevaron los carros de izado y las plataformas desde donde ejecutar las soldaduras. En el caso del pilono de mar la grúa fue flotante (cabria). Una vez colocadas estas primeras dovelas, el resto se elevaron empleando los propios carros de izado.
La última dovela que se iza, según informan desde Fomento en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, tiene una longitud excepcional de 50 metros y un peso de 1.000 toneladas, y permite conectar el tramo atirantado con el tramo desmontable que se elevó en enero.
Tras el cierre del tablero del tramo atirantado, queda pendiente terminar el hormigonado que se está realizando con un carro de encofrado en el tramo de hormigón. Posteriormente, se procederá al inicio de los trabajos finales de colocación de juntas, afirmado, señalización, ejecución de pruebas de carga, instalación de barreras e iluminación, y acabados de obra.
No se apunta nada al respecto ahora, pero a principios de mes, días antes del inicio de la campaña electoral, el PP convocaba a los periodistas en un confuso acto en la nueva rotonda del futuro puente, en el que la ministra de Fomento, Ana Pastor, prometía el final de la demorada obra para agosto.
Esta controvertida y publicitada infraestructura, cuyas obras se adjudicaron en 2007 por unos 270 millones de euros y un tiempo de ejecución de 45 meses, ya ronda los 500 millones de inversión, a la que hay que sumar el coste de dos proyectos complementarios aprobados por el Consejo de Ministros a finales de marzo por más de 50 millones. La misma empresa Dragados, presidida por Florentino Pérez, ha llegado a paralizar o ralentizar unilateralmente los trabajos en varias ocasiones exigiendo más dinero al Estado por cambios en el proyecto original.
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