Uno de los mayores atractivos que alberga el Museo de Cádiz es, sin duda, la pareja de sarcófagos fenicios. El masculino se localizó en los terrenos de la llamada Punta de Vaca hace ya 133 años; y hace ahora 40 años, en 1980, apareció el femenino en unas obras en la calle de Ruiz de Alda.
Estos sarcófagos antropoides son los únicos ejemplares encontrados hasta la fecha en España, y en toda Europa sólo existen, además de éstos, algunos en Sicilia. La mayoría de los investigadores piensan que las piezas gaditanas son importaciones del Mediterráneo Oriental o del sur de Italia, que confirman el destacado papel de Gadir en el mundo fenicio. No obstante, también se ha defendido la presencia de un taller local.
Precisamente, en el marco de las actividades programadas por el Museo alrededor del 40 aniversario del último descubrimiento, en la tarde del jueves se celebraba una conferencia sobre el estudio antropológico de los restos óseos de ese sarcófago femenino, en el que se profundiza sobre quién estaba enterrado ahí.
La charla estaba organizada por la Universidad de Cádiz y suponía el colofón a esta efeméride. La arqueóloga y antropóloga Milagros Macías López y la profesora titular de Prehistoria de la UCA, Ana María Niveau-de Villedary y Mariñas fueron las encargadas de impartirla.
Según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, el estudio se encuentra incluido dentro de las actividades desarrolladas por el Grupo de Investigación HUM 509-Phoenix Mediterránea en el marco del proyecto internacional Paleogenetic Study of the Phoenician Period, codirigido por los doctores Pierre Zullua de la Universidad Americana de Beirut (Líbano) y Lisa Matisoo-Smith, de la Universidad Otago (Nueva Zelanda) que busca investigar las pautas de distribución genética de los fenicios y evaluar los impactos biológicos culturales y ambientales de su colonización en el Mediterráneo, mediante el análisis del ADN de individuos fenicios del yacimiento del Líbano, Italia, Malta, Túnez y España (Ibiza y Cádiz).
En el transcurso de la conferencia se exponía que el análisis con metodología actual de los restos óseos inhumados en el sarcófago antropomorfo femenino ha arrojado interesantes resultados en cuanto al sexo de dicho individuo, así como estimaciones de la edad, estatura y corpulencia, además de información sobre las diversas patologías que sufrió en vida.
Así, tras el estudio antropológico “se puede afirmar que pese a la creencia generalizada la persona inhumada es, sin ningún género de dudas, un varón robusto de unos 45-50 años”.
Los datos objetivos, en principio sorprendentes, permiten reflexionar sobre la presencia en el extremo Occidente de este tipo de contenedores funerarios de lujo en un momento histórico (el siglo V a.C.) en el que Gadir se inserta de lleno en las redes comerciales mediterráneas con sus afamadas salazones de pescado.
En este contexto, los sarcófagos antropomorfos de mármol que estaban en principio destinados en exclusiva a la realeza sidonia, llegarían a Cádiz como ‘regalos’ o ‘dones’ que sellaban los pactos y tratos comerciales entre estados. Al no tratarse de encargos personalizados, las figuras esculpidas en las tapas no tenían que representar a sus destinatarios finales, ni siquiera de forma idealizada. Por otro lado, el hecho de que se entierre a un varón en un sarcófago femenino “podría deberse también a una reutilización posterior del mismo”.
En cualquier caso y como conclusión fundamental de este estudio, los resultados de las analíticas en curso “podrán ir mostrando más luz sobre este hecho” y se desvelarán con toda seguridad “datos y secretos, que hasta ahora estaban muy bien guardados” alrededor de este sarcófago femenino ‘cuarentón’.
Un primer avance de los datos obtenidos en este estudio se presentó ya en el XI Coloquio Internacional del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos celebrado en Ibiza en noviembre de 2019.
Este sarcófago (conocido como la Dama de Cádiz) está compuesto por dos piezas, caja y tapa, ahuecadas interiormente con forma de silueta humana. Sobre la tapadera están labrados en relieve los rasgos de una mujer: pies, brazos, senos, cuello, rostro y peinado. La mano derecha está extendida y la izquierda sostiene un alabastrón con tapadera. Por su técnica y estilo corresponde a la serie de sarcófagos antropoides sidonios. En su interior –según se anota en la web del Museo- se encontró un ajuar funerario formado por dos pares de pestañas de bronce, cinco amuletos colgantes en forma de ureus, un escarabeo y cuatro clavos de bronce.