JORNADA 15. El RC Celta, que todavía no ha ganado como local en el presente campeonato liguero, recibía en la noche del lunes en Balaídos poniéndole el lacito a la jornada a un Cádiz que hasta la fecha no ha ganado como visitante. Duelo de necesitados, en la zona baja de la tabla, que empiezan a estar ansiosos por cosechar una victoria que se les resiste desde hace unos tres meses, para tomar aire.
“Tenemos que mantener la tensión competitiva. No pedimos cosas raras, sino cosas que los jugadores nos han demostrado y que ya hemos hecho. Tenemos que controlar los errores no forzados. Ante el Celta va a haber muchas ida-vuelta”, apuntaba en la previa del choque Sergio González.
Todavía con Conan Ledesma de baja, en el once titular el suplente David Gil volvía a tener otra ocasión para demostrar su valía en la portería. Y le acompañaban: Iza, Javi Hernández, Chust y Fali, en defensa; Alcaraz y Álex Fernández, en el centro del campo; Sobrino y Alejo, de extremos; y en la parte de arriba, Roger Martí y Chris Ramos. Y ¿Brian Ocampo?: ni en el banquillo.
No empezó mal la primera mitad el Cádiz, con camiseta y calzonas amarillas, bien plantado y ordenado, dejando que los nervios afloraran más en el rival. Y pese a que Larsen avisaba a los gaditanos con dos ocasiones peligrosas en el minuto 9 y en el 15, en la siguiente acción el incombustible Chris Ramos se adelantaba a todos en el área gallega para cazar un buen centro lejano de Iván Alejo por la derecha y establecer el 0-1 en el marcador.
Un tanto que ponía más en tensión a los vigueses, y en el 20 David Gil salvaba el empate ante el disparo desde el borde del área de Mingueza.
Pero llegaba una acción clave: pasado el minuto 30, los amarillos se quedaban con un hombre menos por una polémica roja directa a Víctor Chust por supuestamente derribar a Aspas, aunque no era último defensor. Ante la injusta pérdida del central, Sergio movía el banquillo y daba entrada a Momo Mbaye, sacrificando en la delantera a Roger Martí. El mismo Aspas hacía trabajar a fondo a David Gil en el 40, aunque el portero tenía reflejos. Y la recta final hasta el ecuador se eternizaba con seis minutos de añadido, el Celta yéndose arriba y el cadismo indignado hasta el extremo con el arbitraje de Gil Manzano.
EMPATE Y A RESISTIR
Y pese a que la segunda parte comenzaba con un acercamiento cadista, desde pronto este periodo se convertía en un esperable asedio, al menos en las intenciones, de los hombres de Rafa Benítez sobre el Cádiz, que con uno menos pecaba de recular más de la cuenta.
Hasta que en el minuto 56 subía el empate en una acción puntual de desconexión, gol de Larsen ante una no-defensa de Momo; quien también se mostraba blandito en el 71 ante el mismo noruego que ponía a prueba de nuevo a Gil, que repelía la pelota con fortuna.
Acercándose el 80, y con el Celta arriba pero sin agobiar, los gaditanos se refrescaban con un triple cambio: Zaldua, Lucas Pires y Maxi Gómez entraban por Alejo, Sobrino y Chris Ramos. Ya en los cinco minutos (y algo más) de descuento, con los gaditanos resistiendo y perdiendo tiempo sin compasión, David Gil insistía en aguarle la noche a los de celestes, desesperados, con un paradón ante el cabezazo de Bamba.
El 1-1, el reparto de puntos, no dejaba satisfechos ni al Celta ni al Cádiz, que prolongan una jornada más sus rachas sin conocer la victoria. Quizá se iban a casa algo más sonrientes los gaditanos tras no perder, pese a que el partido condicionado por la roja tempranera se había puesto muy de cara para el rival. Y a pensar ya en el duelo del domingo en el Nuevo Mirandilla ante el Osasuna, aunque antes, el jueves, toca pasar por Aranda de Duero y ponerse a prueba en Copa frente al Arandina de la Segunda Federación.
“Es un día para estar orgullosos, los jugadores tienen raza, carácter, han demostrado que quieren quedarse en Primera. Hasta la expulsión hemos sido mejores, y el resto ha sido un ejercicio de suficiencia. Los árbitros nos están midiendo con una vara distinta, nosotros nos jugamos la vida y en mi caso, mi puesto en el banquillo con mi equipo técnico”, terminaba subrayando el entrenador cadista, Sergio González, en el postpartido. DIARIO Bahía de Cádiz