JORNADA 26. Final no, finalísima en el Nuevo Los Cármenes. Coincidiendo con el festivo Día de Andalucía, derbi andaluz para rematar la jornada liguera, en este caso teñido de dramatismo y urgencias entre un Granada con cinco derrotas consecutivas a la espalda y que trata de no caer en el fondo de la tabla, y un Cádiz en descenso que pelea por emerger, y que desde la llegada de Sergio González al banquillo ofrece sensaciones de equipo vivo, aunque ni los resultados, ni los árbitros, están acompañando del todo. Un duelo clave para el devenir de unos y de otros.
Ambientazo en las gradas (con notable presencia de aficionados amarillos), los jugadores gaditanos saliendo al verde formando ¿casualmente? la bandera de Ucrania con una camiseta con el mensaje de “no a la guerra. Siempre con la gente de la calle”, y mucha mucha tensión en el ambiente, reflejo de la compleja situación clasificatoria de ambos.
Y el once cadista, manteniendo el novedoso sistema que se probaba la semana pasada con tres centrales, Luis Hernández, Fali y Chust, y de carrileros Akapo y Arzamendia (Pacha Espino no podía jugar por acumulación de amarillas); en el centro del campo, la pareja rescatada de Pucela, Fede San Emeterio y Rubén Alcaraz; y en posiciones ofensivas Lucas Pérez, Choco y Negredo.
“Que el equipo sea un bloque fuerte con alternativas ofensivas y defensivas”, deseaba el entrenador del Cádiz en la previa del encuentro, que comenzaba loco y con un mano a mano de Álvaro Negredo clarísimo que abortaba Maximiano. Y en el 20, era Lozano el que tenía cerca el primero asistido desde la banda por un Akapo que no daba por perdida una pelota en la línea.
Los granadinos tenían más posesión, pero no encontraban cómo hacerle daño al rival, muy pegajoso en la presión pero impreciso en los pases. Prácticamente la primera oportunidad de cierto peligro entre los locales se registraba en el minuto 25, en una acción individual de Luis Suárez, sin problemas para Ledesma. Como respuesta, un disparo a las nubes de Alcaraz y un cabezazo lejano del de Vallecas.
En el 32, Negredo volvía a ser protagonista luchando un balón, ganando la posición, y siendo derribado por el último defensor cuando ya enfilaba sólo la portería. El árbitro ni lo dudaba y sacaba roja directa a Domingos Duarte. Los de amarillo se veían jugando con uno más, con mucho partido por delante, aunque no se notó. Así, asustaba el Granada con un jugadón de Collado recorriéndose medio campo y poniendo en aprietos a Conan. En la siguiente, un pase largo lo recibía Lozano y probaba al guardameta del conjunto nazarí. Y para de contar: poco más daba de sí este embarullado primer tiempo de ¿Primera división?
Volvía a rodar el esférico, ya con el excadista Darwin Machís en el verde, y Choco Lozano se colaba en el área del Granada en una interesante acción individual pero no acertaba a la hora de asistir. El Cádiz pasaba a mandar, más o menos, aunque con excesiva parsimonia, lo que ayudaba a que los de Robert Moreno, en inferioridad, no se sintieran incómodos esperando en su campo. Y se movía el banquillo: entraban Iza Carcelén e Iván Alejo por Akapo y Fali, pasándose el dibujo gaditano al 4-4-2.
Los hombres de Sergio González parecían ganar algo de electricidad con las carreras de Alejo por banda derecha, mas seguían sin disparar a portería. Arzamendia disponía de una ocasión desde la frontal, aunque casi la manda a Sierra Nevada. Hasta el 68, no llegaría una doble oportunidad de verdad, primero en las botas de Negredo dentro del área chica, y luego un trallazo con intenciones de Iza.
Ahora sí apretaban los de la Tacita, y Perea se sumaba al pseudo-asedio, en el sitio del delantero hondureño. En el 77, de nuevo lo intentaba el lateral portuense, todavía desde más lejos, aunque Maximiano estaba atento. Y todo se pausaba de nuevo, y el Cádiz necesitaba darle otra vez velocidad al juego. Como último recurso, se incorporaban Álex Fernández y Sobrino por San Emeterio y Lucas Pérez. Y otro disparo a las nubes, ahora de Alcaraz, todavía con el sustillo en el cuerpo tras una estirada visitante. Había que ir a por la victoria pero ya se habían marcado los cuatro minutos de descuento y se echaba en falta un punto más de intensidad. Sobrino cabeceaba fuera un centro Alejo, y pitido final. La noche se había puesto propicia para ganar sí o sí y se empató. La permanencia se complica hasta el extremo.
“La expulsión nos ha puesto nerviosos. Creo que hemos generado situaciones para llevarnos el partido, pero nos ha faltado generar más sobre todo cuando estás con uno más. Desde el banquillo no hemos dado con la tecla”, reconocía el entrenador del Cádiz en el post-partido. Y pese al tono resignado, a decir de Sergio González “el mensaje es seguir creyendo, damos muestras de estar vivos, aunque no lleguen los puntos. Hoy hemos estado menos finos arriba, es verdad. Hay que seguir trabajando y creyendo”. DIARIO Bahía de Cádiz