JORNADA 27. Soleado choque de sábado con la permanencia en juego en Mendizorroza, en horario anti-fútbol (las dos de la tarde) y con eco en las gradas: ya llevamos un año sin afición, sin calor, en los estadios. Y se nota. “Ellos buscan respirar mejor y nosotros buscamos una comodidad que no tenemos”, analizaba Cervera en la previa de la visita al Deportivo Alavés, el penúltimo clasificado. Tras los tres puntos amarrados ante otro rival directo, el Éibar, el Cádiz tenía por delante la posibilidad de dar un salto a zona tranquila en casa de un competidor más necesitado todavía.
Ante la baja de Iza Carcelén, la única duda en el once titular era quién se colocaría en el lateral derecho. Finalmente, el técnico apostaba por Fali, aunque su idea duraba apenas cinco minutos, ya que Marcos Mauro se retiraba con molestias, el valenciano pasaba al centro de la defensa junto a Cala y se recurría a Salvi para la banda, con Pacha en la izquierda. Además, lo esperable: José Mari y Jonsson en el centro del campo, Perea y Álex en los costados, y Sobrino y Negreo como jugadores más ofensivos.
Los de amarillo salieron a lo suyo, a esperar atrás juntitos, dejando la iniciativa forzosa a los hombres de Abelardo. Apenas pasaba nada de nada, la situación ideal soñada por Cervera. Y hasta pasado el minuto 20, los visitantes no se acercaron con alguna jugada mínimamente elaborada al área vitoriana; una de ellas la acababa el roteño probando, mal, desde lejos.
El momento clave de esta primera mitad insulsa llegaba en el 33: Ledesma, en modo fallo-infantil, no terminaba de blocar una pelota que parecía sencilla y propiciaba una medio ocasión de Joselu, abortada por Juan Cala. Y en la siguiente jugada, parece que con el equipo contagiado de ese error, Salvi Sánchez cometía un penalti de párvulos, y lo transformaba el mismo Joselu.
Con el 1-0 en el cuerpo en una acción aislada y tonta, al menos se intuyó hasta el descanso a un Cádiz que cuando trataba de trenzar jugadas, podía hacerle cierto daño a los albiazules. Así, en la recta final Álvaro Negredo disponía de un par de oportunidades, o algo parecido.
El escenario de la segunda mitad arrancaba con un Alavés que ya no quería la pelota sólo para él, pensando también en hacer daño a la contra, y un Cádiz que debía tenerla y exponer un poquito para buscar la igualada. Pero el primer aviso lo daban los locales: Edgar, con un disparo en el área que atrapaba Conan, y un tímido remate de Pellistri desde la frontal que se iba fuera.
A los gaditanos les costaba un mundo ver de cerca al portero vasco, aunque dicen que la intención es lo que cuenta: un disparo fuera de José Mari, un centro de Pacha Espino al que no llegaba Negredo al primer palo y otra asistencia, ahora de Salvi, que tampoco consigue conectar con el de Vallecas. Y para de contar.
Hasta que en otra acción tonta y aislada, como en el primer tiempo, el árbitro pitaba penalti sin dudarlo en un salto con codos de Manu García dentro de su área, una acción que además venía precedida de otra falta por juego peligroso de este mismo jugador, que se veía en apenas dos minutos con dos amarillas y a la caseta. Álex Fernández no fallaba desde los once metros en el 83, y se igualaba el marcador.
Con uno menos y el varapalo del empate en la recta final, el Alavés se sintió hundido y el Cádiz fue, sin locuras, a por el segundo. Y lo tuvo Filip Malbasic en el 87, pero… su remate fue de todo menos un remate serio. Unos minutos antes, el serbio había sustituido a Sobrino y Saponjic a Negredo. Y ya en el 90, Garrido y Jairo reemplazaban a José Mari y Alberto Perea.
El 1-1 supone al final un puntito (y ya hay 29 en el saco) contra un rival muy directo en un partido malo, sobre todo en ataque. “El resultado es bueno, pero no hemos jugado bien, no hemos tirado casi a gol e íbamos perdiendo. A partir del empate hemos hecho más”, reflexionaba tras el duelo Álvaro Cervera en rueda de prensa, evidenciando que “el gol de ellos es un error nuestro y el nuestro es un error de ellos. El que menos errores comete se lleva esto”.
“Este Cádiz está compitiendo, no somos de los mejores, pero estamos compitiendo en esta liga, e intentando hacer los puntos suficientes para salvarnos. Generar un poco más necesita que nos quedemos en Primera. Defender es la base para quedarnos, para atacar hay que tener dinero para comprar otros jugadores, y de momento no lo tenemos”: dejaba el técnico de recado a los que piensan que el equipo no juega a nada. DIARIO Bahía de Cádiz