JORNADA 30. Pasada la “desconexión” por los partidos de selecciones, regresó LaLiga. Y el Cádiz, respirando fuera del descenso a Segunda después de muchas semanas, visitaba Mestalla con el reto de seguir igual de enchufado que antes del parón. “No hemos hecho nada, hemos dado un paso de gigante, nos hemos dado el aire fresco que necesitábamos y todo lo que sea salirnos del guion será equivocarnos. No podemos perder nuestra esencia”, apuntaba en la previa del choque Sergio González.
Llegó el domingo y durante un rato lo único importante estaba en el campo, tras días de alegrón por la victoria ante el Villarreal pero hablando poco de fútbol y mucho de otros asuntos alrededor: la filtración de sueldos de la plantilla, con Andone como el mejor pagado pese a que apenas juega; la renovación de Negredo mientras no se sabe nada sin tendrán futuro en la Tacita Álex Fernández, Salvi o Akapo; y sobre todo los dimes y diretes sobre ese proyecto de “ciudad digital” que la entidad amarilla dice pretender desarrollar en los suelos de Delphi al tiempo que trata de comprarle al Ayuntamiento el Nuevo Mirandilla.
Con pocas novedades en el once del equipo gaditano, todos los nombres esperables salvo el de Lucas Pérez por el habitual de Choco Lozano, acompañando arriba a Álvaro Negredo; con Idrissi y Alejo en los extremos; Fede San Emeterio y Rubén Alcaraz en el doble pivote; Akapo, Hernández, Chust y Espino, en la defensa; y Ledesma bajo palos.
Igualdad e intensidad, con escaso protagonismo de los porteros, fueron la tónica de casi toda la primera mitad, en la que el Cádiz volvía a competir de tú a tú, sin complejos, frente a un rival que se presume superior, y al que ya dejó en evidencia en los cuartos de final de la Copa.
Hasta que en el 35 los de Bordalás daban un susto gordo, y la mandaban al travesaño, en un remate de Maxi en un centro de Guedes. Eran momentos en los que parecían sentirse más cómodos los de casa, aunque en el 39 pudo subir también al marcador el 0-1 en un testarazo de Negredo asistido por Lucas Pérez, que despejaba a córner de forma espectacular Mamardashvili. Y a las duchas.
La segunda mitad se iniciaba con alternativas en ambas áreas: una buena jugada amarilla y un disparo con intenciones de Idrissi; y poco después, un lanzamiento de Maxi que atrapaba Ledesma en dos tiempos. Y en el 64, Iván Alejo, con tarjeta amarilla, era sustituido por Sobrino, que en casi su primera intervención se quejaba de un posible penalti en un forcejeo en el área, que ni el árbitro ni el VAR quisieron ver.
El encuentro, camino de su desenlace, iba compaginando instantes eléctricos sin profundidad y otros feos de pausa y tanganas. Para los últimos diez minutos entraban Choco y José Mari por Lucas Pérez y San Emeterio, y para los seis de descuento se incorporaba Perea por Idrissi, y Rubén Sobrino desperdiciaba una oportunidad que se veía clara. El roteño, al borde del 96, se iba a la caseta antes de tiempo al ver la segunda cartulina amarilla. Y Diakhaby, qué raro, liándola. Poco más: reparto justo de puntos.
“Un punto muy trabajado, que nos refuerza y ante el Valencia. Compitiendo así tenemos cosas que decir para poder salvarnos”, reflexionaba el técnico del Cádiz CF ya tras el duelo, incidiendo en que si además acompañan el resto de resultados de la jornada, “bienvenidos sean, pero nosotros tenemos que hacer nuestro partido”. Han perdido Mallorca, Alavés, Elche y el Granada ha rascado un empate in extremis. DIARIO Bahía de Cádiz
/ FOTO: Cádiz CF