En la capital gaditana ningún alcaldable repite con respecto a 2019. Del “todos contra el Kichi” (y su estigmatizada “flojera” que tanto gusta repetir desde la oposición) se pasa a la interrogante alrededor de David de la Cruz, la duda de si este periodista militante metido a político, asesor en la sombra en estos años del propio alcalde, será capaz de movilizar y reilusionar a los gaditanos que hace ocho años confiaron en la novedad fresca y rompedora frente al más de lo mismo mustio de Teófila Martínez.
Que De la Cruz, al frente de la refundada Adelante Andalucía (sin Podemos e IU), esté más o menos cerca de ser el sucesor en el cargo de su compañero José María González podría depender mucho de que se logre la confluencia con la nueva marca Izquierda Gaditana (donde sí están IU, Podemos y Ganar Cádiz, y que incluso ha presentado a su eventual candidata, Helena Fernández, hoy edil de Asuntos Sociales); una comunión que dicen desear y perseguir ambos actores, pero que no termina de encajar ni fructificar. Que quienes llevan dos mandatos cogobernando la ciudad, sin grandes sobresaltos salvo roces puntuales, lleguen a presentarse al 28-M por separado no lo entendería casi nadie de sus potenciales electores, y aumentaría la desafección al sospecharse que en el trasfondo lo único que existe es una pugna por colocar “a los nuestros” lo más alto en la lista, más que pensarse en Cádiz.
Observando con atención los movimientos a su izquierda, el PSOE ha confiado, tras primarias (y no dar el paso José Pacheco, el hoy subdelegado del Gobierno), en su actual portavoz municipal Óscar Torres, quien no duda en venderse como el candidato “de las cosas normales”, de “la política del día a día”; y ya ha dejado caer que si Adelante necesitara de nuevo sus votos en la investidura, en esta ocasión los socialistas pedirían entrar en el equipo de Gobierno.
Mientras, siguiendo la táctica de la supuesta “moderación” de Juan Manuel Moreno Bonilla, que tan bien les funcionó en las últimas elecciones andaluzas, el PP ha buscado un perfil amable y ha impuesto en la ciudad como alcaldable a Bruno García, nacido políticamente en los brazos de Teófila y actual presidente provincial del partido. Este jerezano tiene como reto que no se note mucho que su partido es de derechas (pero luego ‘habla’ el veterano José Blas Fernández, y le hunde el plan), y repetir una y otra vez que “gobernará para todos”.
Y en cuanto al resto de opciones: Ciudadanos busca no diluirse donde en 2019 logró hasta tres ediles con Juan de Dios Sánchez como número uno (el exparlamentario naranja se promociona como “sin ataduras con el pasado”). Y la extrema derecha de Vox, soñando con lograr su primer escaño en San Juan de Dios, ha colocado como cabecera a un desconocido funcionario de la Diputación, Francisco Miguel Martín.
Además, Pacma (al partido animalista lo votaron hace cuatro años casi 800 vecinos) se ha decantado como candidato por Marcelino Laínez, funcionario jerezano.
Y se estrenan entre las papeletas las de Ahora Cádiz, partido “ni de izquierdas ni de derechas” al que “le duele lo que están haciendo con Cádiz” liderado por Eugenio Belgrano (que en 2019 concurría en la lista de la franquicia naranja, y que ahora promete sobre todo sembrar la ciudad de aparcamientos en altura). Y la otra opción de corte populista, Cádiz sí, es el experimento apoyado por AxSí con el granhermano Ismael Beiro al frente; igualmente sin ideología definida, dice aspirar a “cambiar el rumbo de la ciudad desde Cádiz y para Cádiz”.
En las elecciones de mayo de 2019, con una participación que superó el 62,5%, Adelante Cádiz sumaba 13 concejales (al borde de la mayoría absoluta); el PP se quedaba con 6, con Juan José Ortiz de alcaldable; el PSOE cosechaba sus peores resultados en la ciudad con Fran González de candidato conformándose con 5 representantes; y Ciudadanos lograba 3, aunque su cabeza de lista, Domingo Villero, abandonaba pronto el proyecto y se ha pasado estos años como edil no adscrito. DIARIO Bahía de Cádiz