A la espera de que el tranvía de la Bahía de Cádiz (ya con nombre comercial y todo, el TramBahía), comience a operar a lo largo de este verano, según las últimas promesas de la Junta, que promueve este proyecto y cuyas primeras obras se remontan a hace unos 15 años ya, la Agencia de Obra Pública de Andalucía licitaba el pasado mayo la compra y suministro de tres nuevas unidades para ampliar la flota, por hasta 30,8 millones de euros. Dinero que se sacará, como no, de fondos europeos; en este caso, fondos React EU para la Ayuda a la Recuperación para la Cohesión y los Territorios de Europa.
Y como era lo esperable, la única oferta presentada ha sido la de la Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), empresa que ya se encargó de fabricar las siete unidades anteriores años atrás, todas ya homologadas por la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria tras meses y meses de pruebas).
Esta futura ampliación de la flota del Trambahía, se afirma, “redundará en la mejora de la explotación y mantenimiento del servicio comercial, con una mayor disponibilidad de trenes con los que atender mejor posibles incidencias en los vehículos”.
Igualmente, se insiste en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, este aumento del parque móvil favorecerá la “captación adicional de demanda de viajeros” sobre la estimada inicialmente, proyectada en tres millones de usuarios anuales a partir del tercer año completo de explotación comercial (o sea, se entiende que eso será en 2026). Las previsiones apuntan a que la demanda anual podría incrementarse en hasta un 30% gracias a estos tres trenes más.
Esta ampliación de la flota estaba contemplada ya en el plan de operación y la obtención de estos fondos React EU ha permitido anticiparla en el tiempo, para mejorar así la disponibilidad de trenes, “beneficiándose así la calidad y fiabilidad del servicio de transporte público, además de posibilitar una mayor capacidad de transporte (plazas ofertadas)”.
DEBEN ADAPTARSE AL TRAZADO TRANVIARIO Y AL FERROVIARIO
Dada la singularidad de este sistema de transporte y del propio material móvil, diseñado exclusivamente para este transporte ferroviario híbrido que se adapta al trazado tranviario y al trazado ferroviario, el adjudicatario del suministro de las tres nuevas unidades deberá también obtener la homologación para su circulación comercial sin restricciones por la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG), de titularidad estatal. Igualmente, las nuevas unidades deben responder al diseño de los siete vehículos existentes, es decir, deben ser tranvías con autopropulsión con bitensión para circular con continuidad y sin paradas por el tramo tranviario, de 750 voltios, y por el ferroviario, de 3.000 voltios.
Además, las tres nuevas unidades deberán ser compatibles, técnica y funcionalmente, con las unidades existentes, sin ningún tipo de restricción, e igualmente deberán adaptarse a las instalaciones y herramientas de los talleres del Tranvía de la Bahía de Cádiz, en el polígono de Pelagatos en Chiclana. Estos talleres (que ocupan unos terrenos de 27.000 metros cuadrados y están dimensionados para acoger esta ampliación de la flota de unidades) obtuvieron también el pasado mes de marzo la habilitación por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria como centro de mantenimiento ferroviario.
Además del suministro de las tres unidades, el adjudicatario deberá de proveer de las piezas de parque necesarias para atender a la nueva flota, así como de las herramientas especiales y eventuales adaptaciones de los talleres y cocheras.
Esta línea del tranvía metropolitano de la Bahía (y parece que la única por mucho tiempo, aunque en su momento se proyectó otra entre la capital y Puerto Real cruzando el segundo puente) consta de un trazado de 24 kilómetros y 21 paradas, desde Chiclana a Cádiz atravesando el centro de San Fernando. El proyecto se encuentra desde el pasado 10 de junio en la fase de pruebas en blanco o de simulación marcha comercial en su recorrido completo. Todavía no hay fecha de inauguración.