La situación del Teatro Romano de Cádiz, dependiente de la Junta de Andalucía y actualmente cerrado al público sin fecha prevista de reapertura (se suspendieron las visitas a raíz del confinamiento), es para la concejala de Cultura, Lola Cazalilla, “el perfecto ejemplo del nulo interés que tiene el PP por la cultura y por Cádiz”.
“La ciudad de Cádiz nunca podrá tener su oferta cultural completa si los espacios que dependen de la Junta no se abren al público”. El Teatro Romano “es un espacio histórico, patrimonial y cultural único, y por eso no entendemos el poco interés que demuestra la consejería de Cultura con un espacio de estas características”, insiste esta edil de Adelante.
En esta línea, sostiene que “si miramos a nuestro entorno, vemos como en todas las localidades han abierto al público desde el primer día que se permitía espacios como el yacimiento de Baelo Claudia (que también depende de la consejería), pero aquí en la ciudad de Cádiz parece que a la Junta de Andalucía siempre le cuesta más abrir, ejecutar, poner a disposición de la gente”.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, Cazalilla incide en que el del Teatro Romano “no es un caso puntual”, toda vez que el Ayuntamiento sigue pendiente de varias gestiones relacionadas con la política cultural dependiente de la administración autonómica, como “la cesión de la antigua Escuela de Arte, en el callejón del Tinte, para desarrollar la ampliación del Museo, o la Fábrica de Salazones”. “Y no responden ni gestionan porque les da igual. No les importa, y Mercedes Colombo (la delegada territorial responsable) no muestra el más mínimo interés”, apostilla.
En este mismo sentido, lamenta que “hasta la fecha, el mundo de la cultura sólo se ha encontrado improvisación, trabas, dificultades y zancadillas por parte de la Junta”.
“Mientras tenemos que estrangular y exprimir las formas para sacar adelante las programaciones culturales, el PP le da carta blanca a las corridas de toros y a los espectáculos taurinos, y es que al final lo que ocurre con el Teatro Romano no es más que el ejemplo perfecto: la falta de interés, de conocimiento y la desidia y el castigo permanente a Cádiz”, reitera Cazalilla; al tiempo que deja claro que “este es un problema que se viene arrastrando desde la gestión del PSOE en la Junta y que ahora se ha multiplicado con el nuevo gobierno de la derecha”.
Sobre el Teatro Romano, la consejería de Cultura anunciaba el pasado julio que procedía a licitar el proyecto de conservación, restauración y puesta en valor de este monumento, por unos 1,6 millones de euros, de fondos europeos; incluye la ejecución de la primera fase de las obras previstas (la rehabilitación de la Posada del Mesón). Por delante quedarán, sin fecha, otras dos fases más relacionadas con la conservación de los restos arqueológicos y el nuevo cerramiento, actuaciones que elevarán la inversión global hasta los 5 millones.
El Teatro Romano de Cádiz se construyó en el siglo I a.C., por encargo de Lucio Cornelio Balbo ‘El Menor’ como parte del urbanismo de la nueva ciudad romana. Fue abandonado en las postrimerías del siglo III y sobre sus restos se asentó durante las siguientes centurias el núcleo de la ciudad medieval.
Desde su descubrimiento en 1980 las excavaciones han permitido recuperar parte importante del graderío (proedria, ima cavea y media cavea), así como de la orchestra y una galería anular de distribución con un recorrido de alrededor de 80 metros, una altura de 4,70 metros y 3 metros de anchura. A estos restos se añaden partes del edificio escénico que pueden observarse a través de pozos-sondeos realizados en el centro de interpretación. Su fecha de construcción y sus 120 metros de diámetro lo convierten en el más antiguo y en el segundo en tamaño de la Península Ibérica de los que se conservan. Se le calcula una capacidad de más de 10.000 espectadores.