El rey de España ha pisado este jueves la Bahía de Cádiz, en plena tercera ola descontrolada de pandemia del coronavirus que precisamente ha obligado a cerrar perimetralmente la mayoría de sus ciudades, como la capital y Rota, las dos plazas a las que ha acudido la comitiva de Felipe VI.
En concreto, el Borbón se ha acercado durante la mañana al Instituto Hidrográfico de la Marina, en la zona de San Severiano, (un viaje que se lleva a cabo casi un año después de lo inicialmente previsto, ya que se tuvo que suspender el pasado marzo al estallar la crisis sanitaria), y posteriormente, ya en la Base Naval de Rota, se ha subido un rato al buque hidrográfico Tofiño de la Armada española. En uno y otro caso, sin convocatoria abierta a todos los periodistas, con la excusa del Covid-19.
El heredero de Juan Carlos I, fugado del país desde hace unos meses perseguido por presuntos delitos fiscales, llegaba al Instituto Hidrográfico antes de las diez de la mañana, donde una treintena de personas esperaba tras la escasa barrera policial con banderitas para gritar “viva el rey, viva la Constitución, viva España”.
En esta visita, Felipe VI estuvo acompañado por el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada, Teodoro Esteban, y por el comandante director del propio Instituto Hidrográfico, José Daniel Gonzalez-Aller, entre otras autoridades y personalidades de la Armada; recibió a su llegada honores a cargo de un piquete de la Guardia Militar. Entre las autoridades civiles, esperaban para saludarle el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín; la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García; y la presidenta de la Diputación, Irene García. No ha acudido el alcalde, José María González ‘Kichi’, y la derecha y sus voceros no han tardado en hablar de “desplante”.
El Instituto Hidrográfico de la Marina tiene como misión velar por la seguridad de la navegación en sus aspectos de obtener y difundir información sobre el mar y el litoral y contribuir al progreso de la Ciencia Náutica. Se equipara con el Instituto Geográfico Nacional y a su producción cartográfica se le confiere la categoría de cartografía de Estado y de documentación oficial y preceptiva utilización para el navegante.
Tras la presentación de las instalaciones a cargo del director del Instituto, Felipe recorrió este centro gaditano visitando las secciones de Hidrografía y Cartografía, los talleres de Artes Gráficas, la Escuela de Hidrografía, la sección de Apoyo Naval y el Archivo Histórico del Instituto Hidrográfico de la Marina. Finalizado el recorrido, el Borbón mantuvo un encuentro con la dotación del Instituto.
En 1943 ante la necesidad de potenciar la hidrografía, el servicio hidrográfico se independiza del Observatorio de Marina (en San Fernando) y nace así el Instituto Hidrográfico de la Marina, con sede en Cádiz y como organismo dependiente del Estado Mayor de la Armada, “para dar impulso a la cartografía y conseguir una más amplia acción en las funciones relativas a la hidrografía y la navegación”.
Posteriormente, la comitiva real se trasladaba a la Base de Rota, para supervisar las labores del buque hidrográfico Tofiño (construido a principios de los años 70 del siglo pasado en la antigua Bazán, en San Fernando); se trata de una de las unidades de la Flotilla Hidrográfica, bajo el mando del Comandante-Director del Instituto Hidrográfica de la Marina y encuadrado en la Fuerza de Acción Marítima de la Flota. Tiene como misión el efectuar la adquisición de datos, principalmente batimétricos, que permitan la elaboración de la Cartografía Náutica Oficial de España.
“KICHI REPRESENTA A TODOS LOS GADITANOS, AUNQUE ÉL NO QUIERA HACERLO”
La visita del jefe del Estado hubiera pasado todavía más desapercibida si no fuera por la ausencia del alcalde de la capital al acto, que el PP (y los medios afines) no ha tardado en usar para atacarle. José María González ha defendido que no era oportuno este acto “mientras mantenemos un cierre perimetral y les pedimos responsabilidad a los vecinos ante los contagios disparados de la tercera ola”. Y ha subrayado –según apuntan en periódicos del grupo Información- que “no se trata de un desplante, ni una falta de respeto”, agregando que “no tendría ningún problema en hablar con Felipe VI si existiera un propósito concreto”.
Ante ello, el principal partido de la oposición en el Ayuntamiento, en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, habla de “desprecio” del primer edil al rey Felipe VI. “No es admisible, bajo ninguna circunstancia, que un alcalde decline la invitación de la Jefatura del Estado para asistir a una visita de este calibre. No es Kichi el anticapitalista, es el alcalde de Cádiz y representa a todos los gaditanos, aunque él no quiera hacerlo. Que después de más de cinco años haya que explicarle esto da medida del sectarismo del personaje”, afirma con su habitual tono el concejal Juan José Ortiz.
Además, este edil de derechas considera “inaceptable” que la excusa puesta por González Santos sea las medidas sanitarias y de distanciamiento por la pandemia, y defiende que “las visitas oficiales como la de hoy se están realizando, y eso lo sabe perfectamente Kichi, bajo estrictas medidas sanitarias. Muy al contrario de lo que el alcalde hacía semanas atrás en sus relaciones sociales como pudo comprobarse por todos los gaditanos”.
Pero hay más: Ortiz se ve con autoridad de pedir disculpas “en nombre de todos los gaditanos” al Borbón “por la ausencia del que se supone debe representar a todos ellos en una visita oficial del rey”.
Y concluye exigiendo a al primer edil de Adelante Cádiz “que deje de una vez por toda de ser el sectario que es y asuma su papel institucional. No puede estar todo el día utilizando la Corporación que preside para proclamar el anticapitalismo, el odio al adversario político y su afán por dividir a la sociedad. Cádiz no merece un alcalde que solo quiere serlo de unos pocos”.