(*) “Asumo toda la responsabilidad y pido disculpas. Teníamos que haber garantizado que el alumbrado estuviera a tiempo”. Es parte de la enésima carta-reflexión pública del alcalde epistolar de Cádiz, José María González ‘Kichi’, cuando el pasado 22 de diciembre, al fin, la Navidad terminaba de ‘encenderse’ en la capital gaditana; tras varias semanas de consumismo compulsivo en penumbra en las que los gaditanos de bien han sido conscientes leyendo los periódicos que tienen que leer de que el que haya bombillas de colorines en las calles es su principal preocupación.
No, ni el paro y precariedad, por culpa de los flojos de Podemos; ni la vivienda e infravivienda, porque Podemos no recoge ni un desconchao; ni la falta de aparcamientos engullidos por el carril bici que se está haciendo Podemos para pasear a sus perros; ni la deuda del Ayuntamiento que está recortando Podemos cuando debería seguir entrampándose con los bancos, que tendrán que comer los chiquillos; ni los baches, jardines-selva, invasión de ratas y cacas de perros, que persiguen a los de Podemos; ni que en el mástil de la plaza de Sevilla no esté soldada la bandera patria (o la de Arabia Saudí) porque Podemos querría colocar la de Venezuela; y ni siquiera los desagradecidos catalanes con cuernos y rabo que quieren separtarse con el aplauso de Podemos, de Pdr Snchz, de los supremacistas, los proetarras, los veganos en salsa y los terraplanistas.
Nada, nada, el gran problema de los gaditanos es el no-alumbrado extraordinario. “Yo es que si no veo lucecitas, no me oriento, ¿gasto o no gasto?”, reconocía a este periódico a mediados de diciembre un vecino desorientado, con su inocente niño de la mano, en una calle sin iluminar aún del casco histórico. Desgarrador. Terrible. Inenarrable. ¡Cuánto sufrimiento gratuito! De hecho, ya se ha abierto una recogida de firmas en change.org exigiendo el cambio del sobrenombre a Cádiz: de ‘ciudad más antigua de Occidente’, a ‘ciudad más oscura en navidades gracias ar Kichi’.
Esta zozobra está muy presente también en los pasillos de San Juan de Dios, y más teniendo en cuenta el horizonte electoral: en cinco meses se celebran las municipales, y la redentora Teófila no estará entre las papeletas… Aunque se aparente rutinaria normalidad, la cafetera no da abasto en el despacho de Alcaldía. Salvochea lleva dos semanas sin pegar ojo. DIARIO Bahía de Cádiz ha podido conocer que ya se ha celebrado un gabinete de crisis urgente, tras una cabezadita (porque los podemitas reniegan de España y tienen alergia al olor a naftalina de Vox, pero también duermen la siesta), para abordar la compleja cuestión, y dejar sin palabras a la bienaventurada oposición política, mediática, trolls y haters virtuales.
¿Y qué se ha dirimido en dicha reunión? La información está embargada hasta el 6 de enero, aunque confiamos en que nuestros lectores guardarán el secreto hasta entonces. ¡Shiiii! Se le ha dado un ultimátum al alcalde desde su propio equipo de confianza: “¡escribe otra de tus cartas, Kichi, picha, dando la buena nueva!”, fue la orden literal. Carta que, además, se trasladará a cada vecino. Un funcionario ha bajado ya a Correos a comprar 118.000 sellos de 0,55 euros. No hay ni un cabo suelto en esta operación.
En esa misiva, el primer edil, de puño, letra y corazón viñero, anunciará que, para compensar a los gaditanos por las deficiencias del alumbrado durante las fechas prenavideñas, habrá luces extraordinarias en las calles, plazas y plazoletas de Cádiz durante la Semana Santa, del 14 al 21 de abril, e incluso en fechas de cuaresma “si os portáis bien”. Ningún vecino ni crucerista despistado, viendo ese alumbrado santo, olvidará comprar torrijas, roscos, alcauciles, arroz con leche o algún capirote de última hora, reactivándose el comercio local y generando empleos, dos o tres a media jornada. Además, para esas fechas de recogimiento y penitencia, el Consistorio negocia mantener la pista de patinaje en San Antonio (el consejo de Hermandades ha levantado ya la mano para poner sillas alrededor y explotarlas), y la organización de una batalla de coplas en el paseo marítimo (para no entorpecer el paso de las procesiones) con un condicionante: las agrupaciones carnavalescas solo podrán cantar pasodobles de Quiñones.
Este medio ha querido sondear las impresiones de PP, PSOE y Cs sobre esta iluminada propuestas del bipartito (Ganar Cádiz en Común, socio de gobierno de Podemos, apelando a su coherente laicismo, dice estar de acuerdo con que se ponga el alumbrado en Semana Santa, pero “que no se encienda”). Los populares ya tienen medio redactada la denuncia que presentarán, y es que “mientras media ciudad estaba sumida en la oscuridad y en el caos provocado por los fascistas antifascistas, el Kichi tenía ya puesto el árbol de navidad en su casoplón de 40 metros cuadrados”. Los socialistas preparan una nota de prensa para dejar claro que la medida ya la pensaron ellos antes, “es cuestión de gestión, ¡¡de gestión!!”. Y desde la formación naranja han llamado a la central a Madrid para que manden a las franquicias el argumentario contra Catalunya de esta semana, mientras piden un café en un chiringuito de la playa, en pleno invierno, sí.
(*) sí, fue nuestra inocentada del 28 de diciembre; nos encanta esta tradición, y que no se pierda…
Buena idea pero, eso quién lo paga?
Patética inocentada. Se rien los miles de parados de esta ciudad mientras esperan a que les llamen desde algún comercio para trabajar estas fiestas. Unos eurillos que podrían haber desagobiado la maltrecha economía de muchísimos gaditanos. Los que hacen cola en los comedores y parroquias para recoger alimentos, también se parten a risotadas.
Jajajajajajja, que carnavalesco….
faltaban por salir los ofendiditos… llegará el día en el que no se pueda hacer una broma con nada, solo caca, culo, pedo, pis… yo pondría luces en las cabesas de algunos.