El PP en el Ayuntamiento de Cádiz insiste en demostrar su obsesión contra el nudismo, a la hora de presentar alegaciones a la nueva ordenanza municipal de usos y disfrute de las playas de la ciudad, que se aprobaba de forma inicial en el pleno de marzo (con su único rechazo y la abstención del resto de la oposición).
La norma, que “gira desde un marco de prohibiciones a un marco de convivencia”, busca revisar y mejorar la actual ordenanza, que data de 2009, de tiempos de Teófila Martínez. Desde el Gobierno local de Adelante Cádiz se defiende que es fruto de un proceso de participación para adaptar el texto normativo “a las necesidades de la sociedad y atender a los cambios producidos en el ordenamiento jurídico y el progreso científico-técnico”. Entre otras novedades, la que más ha llamado la atención a diferentes medios y voceros conservadores es la referente al naturismo. Y es que se reconoce abiertamente como zona de “práctica habitual” del nudismo, informando sobre ello, la existente entre el Ventorrillo El Chato y Torregorda. Al tiempo que ya no se prohíbe expresamente en el resto de playas urbanas.
Frente a ello, la derecha presenta alegaciones para, “entre otras cosas, evitar que vuelvan a crear un problema donde no existe y el naturismo se practique donde siempre se ha hecho en Cádiz”.
En un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el concejal popular Juan José Ortiz afirma que la nueva norma municipal, “por mucho que estén intentando confundir, deja claro que a partir de ahora se permite el nudismo en todas las playas, urbanas, naturales, y a cualquier altura, y nosotros creemos que debe estar restringido a Cortadura y en el tramo en el que se ha practicado siempre”.
Por eso, el PP quiere imponer, como ya hizo cuando gobernaba, que se persiga a los potenciales nudistas en la Victoria, Santa María del Mar y La Caleta; o lo que es lo mismo, que en el artículo 33 se refleje que “se prohíbe la práctica del nudismo en las playas que tengan la consideración de urbanas”; y que “en las clasificadas como naturales sin protección especial, se podrá practicar el nudismo siempre y cuando exista una zona habilitada para ello”.
Ortiz, que se erige en vocero de “una inmensa mayoría de gaditanos”, afirma que “consideran más apropiado que las playas urbanas, que tienen un carácter eminentemente familiar, se mantengan tal como han estado hasta ahora, y que el nudismo se practique en el tramo que va del Chato hacia Torregorda”.
Pese a ello, este mismo concejal admite la evidencia: que una cosa es que no esté prohibido ir sin bañador y otra cosa es que quien practica naturismo/nudismo vaya a acudir a una playa llena de familias: “los naturistas también están de acuerdo en que no estarían cómodos en La Caleta o Santa María, y los gaditanos ya lo han dicho de manera clara”. Por lo tanto, ¿para qué prohibir algo que la gente no hace en una playa textil por sentido común?
OTRAS ALEGACIONES
El principal partido de la oposición también contempla otra serie de alegaciones a la futura norma municipal. Por un lado, incluir dos acuerdos plenarios, promovidos por el mismo PP: ampliar hasta finales de octubre los servicios de playa (similares a los de la temporada baja), y ubicar dos retenes de salvamento permanentes en la playa Santa María del Mar y en la playa de Cortadura.
Asimismo, se recogen aspectos que van desde la obligación de limpiar la arena de manera mecánica durante todo el año hasta contemplar la ampliación de la temporada de baños parar otras prácticas que se regulan en la norma. Especial atención tienen estas alegaciones a la posible presencia de perros en playas de nueva creación que se puedan habilitar en el término municipal, no ya en tramos de las playas existentes y habilitadas como tal; en concreto, se hace referencia al arenal que se forma en la entrada a la Punta de San Felipe.
Esta formación de derechas también demanda que los deportes náuticos se sigan practicando en los horarios y canales establecidos, pero que, en el caso del surf, se establezca un tramo balizado en Cortadura, lo más cercano posible a El Chato, teniendo en cuenta las condiciones de oleaje necesarias para practicarlo, donde el horario sea ilimitado.
También se pide que en los dos puntos donde se practica habitualmente, Santa María del Mar y La Victoria en el tramo anexo a la muralla de Cortadura, se permita esta práctica hasta las 11.30 y después de las 19.30 horas; “en el tramo de la Victoria con balizamiento, y en Santa María, donde es difícil balizar, atendiendo a la prioridad de los bañistas y con las pertinentes medidas preventivas para evitar daños a otras personas usuarias de las playas”.
Y respecto a la accesibilidad a las playas de las personas con movilidad reducida, aunque en la nueva norma se contempla en preámbulo y en la generalidad “indicando que se atendrá a la normativa existente, algo que es obvio”, para Ortiz una ordenanza de playas en una ciudad como Cádiz “debe desarrollar de manera específica un articulado que sea garante de este derecho que tienen las personas con discapacidad a no sentirse menos que nadie, a no quedar excluidas como pasa en otros ámbitos en la ciudad, como el transporte o la cultura”.