CRÍTICA. Hubo lleno en el acogedor Claustro del convento de Santo Domingo de Cádiz, sede este año del ciclo ‘Las Noches Clásicas’ organizado por el Ayuntamiento. Ya no es sorpresa la elevada concurrencia a estos conciertos del verano gaditano, que ha consolidado formato y objetivos y que, sin duda, es uno de los grandes atractivos culturales de la ciudad para las noches de julio y agosto. El ciclo se inauguró con un concierto pianístico de Marc Heredia, que emocionó con los Nocturnos chopinianos interpretados en la primera parte y que fascinó con su interpretación de las versiones de Liszt sobre obras de Richard Wagner en la parte final del concierto.
El claustro reúne condiciones insuperables para un concierto de música clásica en verano: recinto amplio, despejado y cómodo para la audiencia; pero tiene sus inconvenientes, como en este concierto inaugural del ciclo, que comenzó con el piano de Marc Heredia, fruto excelente del Conservatorio Superior de Música del Liceo y de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de piano.
El instrumento sonó aligerado en graves, con la resonancia perdida en el espacio abierto del bonito claustro y con la coloratura algo desvaída. Fue otra performance del programa, diferente a la esperada en los auditorios habituales, sin altibajos sonoros, pero con un resultado sonoro suficiente para que el público saliera satisfecho. Un concierto bien programado para que cada parte encontrara el remate apoteósico y brillante que motivara al encendido aplauso del público, especialmente enfervorecido al final del concierto por la exhibición de Marc Heredia en la versión de Liszt sobre la Obertura de Tanhäuser.
Comenzó el concierto con el Nocturno Op. 9 nº 1, como para abrir boca y concentrar la atención del público. Melodía en la mano derecha, arpegios armónicos en la mano izquierda, ambas sin escorzos técnicos. La regularidad del acompañamiento arpegiado contrasta en esta pieza con la expresividad y libertad rítmica de la melodía y ambas configuran una obra para la interiorización musical, potenciada por el pianista con un ritmo sosegado y un toque leve, sin afectación.
La segunda pieza, Nocturno póstumo, más conocida por el público gracias a varias películas en las que la incluyen, especialmente por la película El Pianista de Polanski, inició el cambio hacia otros Nocturnos de mayor empaque emocional. Con la ejecución de las ráfagas melódicas de la coda en escalas ascendentes y descendentes en la mano derecha en esta pieza, comenzó el camino hacia el final apoteósico, donde el público comenzó a valorar en su justa medida la elaborada técnica y virtuosismo del joven pianista. Tras el Nocturno en sol menor, la interpretación de Marc Heredia nos recordó la equivalencia entre nocturno y expresividad, con un fraseado más colorista, insuflando emoción con tendencia al lirismo apasionado en la exposición melódica del Nocturno Op. 48 nº 1.
La creciente expectación del público decayó un poco en el arranque de la segunda parte, con la interpretación de la obra de Mompou, Paisajes, compuesto por tres piezas complementarias y provenientes de fuentes de inspiración alejadas entre sí. Supone una síntesis estilística de Mompou, más cercano a la música descriptiva en La fuente y la campana, cuyo tañido reproduce, y en línea con la libertad surgida de la música atonal y la vanguardia musical de entre guerras mundiales en Carros de Galicia.
El programa trajo un cambio de registro con las versiones de Liszt sobre óperas de Wagner que entusiasmó al público. No tanto con la versión sobre la muerte de Isolda, que no alcanza la profundidad y dramatismo elegiaco de la pieza original y que la memoria musical hace desmerecer el gran trabajo de Marc Heredia. Fue con la versión de Liszt sobre la Overtüre zu Tanhäuser de Wagner, más cercana al espíritu ampuloso, envolvente y enfático, tremendamente espídico, donde el público se entusiasmó con el despliegue de recursos pianísticos de la pieza. que alcanza el paroxismo en los compases finales. Con las dos versiones de Liszt, se ganó definitivamente al público, que le aplaudió fervorosamente al final de su interpretación.
FICHA DEL CONCIERTO:
Las noches clásicas 2014.
Marc Heredia, piano. Programa: I- Frédéric Chopin (1810-1849) Nocturno en si bemol op. 9 nº 1 / Nocturno en do sostenido menor op. Post. / Nocturno en sol menor op. 37 nº 1 / Nocturno en do menor op. 48 nº 1 II- Fedrico Mompou (1893-1987) Paisajes (La fuente y la campana / El lago / Carros de Galicia) Richard Wagner / Franz Liszt (1811-1886) Isoldens Liebestod aus Tristan und Isolde S.447, R.280 / Overtüre zu Tanhäuser S. 442.
Lugar y día: Claustro del convento de Santo Domingo en Cádiz, 7 de julio de 2014. Asistencia: lleno.