El IMD del Ayuntamiento de Cádiz ha aprobado la adjudicación de la terminación de las obras del pabellón Francisco Blanca, por casi 191.000 euros. Las instalaciones deportivas están sin uso desde 2012, cuando comenzaron estos trabajos afectados por los impagos municipales, que en 2014 se abandonaron a medias. El concejal de Deportes confía en que este equipamiento en Guillén Moreno pueda reabrir tras el verano.
El consejo rector del Instituto Municipal de Deporte (IMD) del Ayuntamiento de Cádiz ha aprobado la adjudicación del contrato para la terminación de las obras del pabellón Francisco Blanca, por casi 191.000 euros; el importe de licitación era de 252.000 euros. Las instalaciones deportivas están sin uso desde 2012, cuando comenzaron estos trabajos, que en 2014 se abandonaron a medias.
Será la empresa cordobesa ICC la encargada de acometer estos trabajos, que consisten en la terminación de la gradas (con capacidad para 260 personas), la instalación de saneamientos y la finalización de trabajos de fontanería en los vestuarios, además de la colocación de las barandillas del graderío y la escalera, un sistema de ventilación en los aseos, vestuarios y pista deportiva, y también un sistema de contribución solar para proporcionar agua caliente. Asimismo, se realizarán tareas de carpintería, cerrajería y adecentamiento.
El proyecto también recoge dotar al edificio de infraestructura básica de telecomunicaciones y megafonía, sustituir las luminarias actuales de la pista deportiva por otras leds, y adecuar la instalación eléctrica a la normativa actual.
El plazo máximo previsto de ejecución es de tres meses a partir de la firma del acta de replanteo. Esta misma semana se pretende firmar el contrato y acto seguido la empresa deberá elaborar el plan de seguridad para poder iniciar las obras. La intención es que el pabellón esté terminado en septiembre, señalan desde el Consistorio en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Nueve empresas presentaron su oferta a las obras de terminación de estas instalaciones deportivas, ubicadas en el barrio de Guillén Moreno, y hasta 24 empresas solicitaron información al IMD sobre este proyecto el pasado mes de abril.
A finales de julio de 2016, la anterior concejala de Deportes, María Romay, anunciaba que las obras empezarían “rápidamente”. Sin embargo, en octubre se declaró desierto el concurso tras haberse presentado únicamente dos empresas, quedando ambas excluidas, una por presentar un presupuesto al alza, y la otra por retirar su oferta por incumplimiento del requerimiento efectuado a efectos de documentación, según reveló Ciudadanos.
Ahora el actual concejal de Deportes, Adrián Martínez de Pinillos, muestra su “satisfacción” por el hecho de que, por fin, vayan a finalizarse la reforma de este pabellón. “La terminación de esta instalación deportiva es una reivindicación del barrio de Guillén Moreno y del deporte, especialmente del fútbol sala”, ha recordado.
Destaca que el pabellón estará “a pleno funcionamiento” la próxima temporada. “Desde luego no es así como lo dejó el anterior equipo de Gobierno”, apostilla. Y concluye afirmando que actuaciones como ésta “reafirman el compromiso del actual Gobierno local con los vecinos y con el deporte”.
UNA LARGA REFORMA DESDE 2012
Haciendo un poco de memoria, en el año 2000 se redactó el proyecto de ejecución de estructuras y cerramiento para la cubrición de pistas en Guillén Moreno por encargo de la concejalía de Juventud y Deportes. El objeto de estas obras era realizar la cubrición de las pistas existentes con objeto de favorecer la práctica deportiva dotando al barrio de un equipamiento deportivo de mayor calidad. Estas obras finalizaron en diciembre de 2002.
Una década después, en enero de 2012, salieron a licitación las obras de ejecución de gradas y vestuarios en este ya pabellón de las que fue adjudicataria la empresa Santa Infantes. No obstante, en marzo de 2014, tras un plazo de inactividad en la obra se decidió la resolución del contrato, quedando el edificio en el estado en el que se encuentra actualmente.
Los “reiterados impagos” del Ayuntamiento en 2013 –entonces todavía con Gobierno del PP- a la empresa constructora de las obras provocaron la paralización de esas actuaciones. Así, la constructora registraba en mayo de ese año un escrito reclamando la suspensión del contrato. El presupuesto de los trabajos inicialmente contaba con un plazo de ejecución de 3,5 meses, ascendía a unos 280.000 euros más IVA. Previamente, ya habían sido aplazados en dos ocasiones, a petición del propio Consistorio y como consecuencia de la falta de pago de certificaciones.
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