El Museo de Cádiz acoge hasta el 13 de septiembre la exposición ‘Andalucía’ del fotógrafo israelí Ilan Wolf; compuesta por una serie de imágenes realizadas con una cámara estenopeica que ofrecen una visión, en distintos formatos, de monumentos, lugares y personajes singulares de las ocho provincias andaluzas. Wolff retrocede a los orígenes de la fotografía.
El Museo de Cádiz acoge hasta el 13 de septiembre la exposición ‘Andalucía’ del fotógrafo israelí Ilan Wolf; compuesta por una serie de imágenes realizadas con una cámara estenopeica que ofrecen una visión, en distintos formatos, de monumentos, lugares y personajes singulares de las ocho provincias andaluzas.
La delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Cristina Saucedo, y el director del Centro Andaluz de Fotografía (CAF), Pablo Juliá, fueron los encargados de abrir esta muestra que ofrece una visión contemporánea que evoca las postales del siglo XIX. Se trata de un homenaje a la fotografía con una vuelta a los principios de Leonardo con una visión novedosa y actual como la que puede aportar la imagen mágica de los de monumentos, sin lentes y con un orificio practicado en una caja estanca.
Se trata de una producción del Centro Andaluz de la Fotografía que se inició en 2008. ‘Andalucía’ reúne imágenes en distintos formatos de monumentos, lugares y personajes singulares de las ocho diferentes provincias andaluzas, “que vienen a ser una visión muy personal de nuestra comunidad autónoma”.
El CAF quiere contribuir con esta visión del fotógrafo Ilan Wolff a rememorar ese mundo de bellas postales del siglo XIX con una visión contemporánea. Son imágenes “atractivas y extrañas de escenarios que nuestra retina tiene codificados y que nos hacen reflexionar sobre el lirismo que aportan, su poesía encadenada, su desapego de la realidad”.
Wolff retrocede a los orígenes de la fotografía para lograr impregnar sus imágenes de esa fascinación del mago, de la sombra, de la huella, pero además moldeada por su gesto. Las estrategias artísticas del israelí suponen una rebelión contra la arraigada creencia de que para realizar buenas fotografías es necesario todo un conjunto de dispositivos tecnológicos sofisticados. Por medio de sus simples cajas de cartón y latas de metal desafía el fetichismo con que envuelve sus productos la mercadotecnia de las empresas fotográficas; y demuestra que la fotografía puede llegar más allá del simple registro de la realidad exterior.
De forma similar a como los fotógrafos exploradores viajaban cargados con sus cámaras y laboratorio a lomos de mulas, Wolff retomó esa experiencia, llevándola aún más lejos. Habiendo convertido su furgoneta en cámara obscura y laboratorio para sus imágenes, se desplaza con ella y duerme dentro de ella. DIARIO Bahía de Cádiz
(puedes comentar esta información más abajo)