La sección de Bellas Artes del Museo de Cádiz se ha visto reforzada con la inclusión en su exposición permanente de tres obras de reconocidos autores procedentes de sus almacenes: ‘La predicación de San Juan Bautista’ de Luca Giordano, ‘Subida al zoco’ de Ricardo Arreondo y ‘Un corral de Sevilla’ de José de la Vega Marrugal.
Además, aprovechando la incorporación de estas nuevas piezas, el museo de la plaza Mina de la capital gaditana continúa con el “proceso de optimización de sus luminarias” de la sección de Bellas Artes, cambiando progresivamente las obsoletas lámparas halógenas por otras de tecnología led.
Éstas, apostillan desde la Junta de Andalucía en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, son “mucho más eficientes desde el punto de vista energético y permiten una mejor conservación de las obras al generar una menor radiación calórica y ultravioleta”. Este tipo de iluminación mejora la reproducción calórica y ultravioleta e intensifica la reproducción cromática, “lo que hace que la contemplación de las pinturas sea más cómoda y veraz para el visitante”.
LAS TRES NUEVAS OBRAS ‘RESCATADAS’
Entre las tres obras que salen de los almacenes y se pueden contemplar ya en el Museo de Cádiz está ‘La predicación de San Juan Bautista’, un óleo atribuido al prestigioso pintor barroco Luca Giordano (Nápoles 1634-1705). Giordano es un artista italiano con gran presencia en España, donde se le conoce como Lucas Jordán. Carlos II le encargó pintar los frescos del Monasterio de San Lorenzo del Escorial y tiene obras expuestas en grandes museos como el del Prado. Junto a los ya expuestos ‘San Miguel’ y ‘El Ángel de la guarda’, completa una trilogía de obras del mismo autor que junto con el Rubens, el Ribera y el único Pickenoy expuesto en España aumenta el caché de la sala dedicada al Barroco europeo de la institución gaditana.
La otra pintura es ‘Subida al zoco’, de Ricardo Arreondo (Cella, Teruel, 1850-Toledo, 1911). Es una tabla de pequeño formato y gran detalle que queda expuesta en la sala dedicada a la pintura costumbrista del siglo XIX del museo. Arreondo fue amigo de Berueta y Galdós y en su obra se aprecia claramente la influencia de Carlos de Haes y Mario Fortuny. Viajó mucho por España y Francia. El cuadro plasma la vista del Arco de la Sangre en Toledo, llamado así por encontrarse bajo la cofradía que acogía a los condenados a muerte.
Y ‘Un corral de Sevilla’ de José de la Vega Marrugal (Sevilla, 1827-1896), es la tercera obra ‘rescatada’. Este cuadro se ha expuesto en la sala dedicada a la primera mitad del siglo XX, compartiendo espacio con Sorolla, Zuloaga y Abarzuza, entre otros conocidos autores. De José de la Vega se tienen escasos datos biográficos. Fue discípulo de José María Romero y Eduardo Cano. La mayor parte de su producción artística está formada por lienzos sobre temas populares y costumbristas como esa escena cotidiana plasmada con gran maestría, en la obra que se ha incorporado al museo, con el fin de ofrecer a los visitantes “unos fondos pictóricos cada vez más completos e interesantes”.