El programa La Sexta Noche invitaba este sábado al alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, para hablar de la ciudad y de sus primeras semanas al frente del Ayuntamiento. Entrevista para toda España que, eso sí, aportó pocas novedades y es que la mayoría de asuntos propuestos por los tres encargados de hacer preguntas los ha abordado ya González Santos en medios gaditanos o en otras entrevistas anteriores: la bandera, el cuadro de Salvochea, incluso el vestir del primer edil, su sueldo, la política antidesahucios… y como no, Monedero y Venezuela: “a mí la Venezuela que me importa y la que me quita el sueño es la que está en el barrio de La Viña”, repitió.
El programa de televisión La Sexta Noche, de La Sexta, invitaba este sábado al alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, para hablar de la ciudad y de sus primeras semanas al frente del Ayuntamiento. El primer edil de Por Cádiz sí se puede se ponía la tarea de usar esta entrevista a nivel nacional –el último fin de semana este emisión cosechó una audiencia superior a los 700.000 espectadores- para “poner a Cádiz en el mapa; no se puede desaprovechar una oportunidad como esta para promocionar la ciudad”.
Finalmente, esta entrevista a tres -interrumpida por dos largos y desesperantes bloques de anuncios casi consecutivos- aportó pocas novedades y es que la mayoría de asuntos propuestos por los encargados de hacer preguntas (Francisco Marhuenda de La Razón; Hilario Pino, de Telecinco; y Ana Pardo de Vera de Publico.es) los ha abordado ya González Santos en medios gaditanos o en otras entrevistas anteriores. De hecho, la charla acababa con el presentador del programa, Iñaki López, repreguntando a Kichi sobre Venezuela, y es que al parecer a todo miembro de Podemos hay que cuestionarle sobre aquel país. Como en pasadas ocasiones, el ahora alcalde insistió: “a este humilde alcalde no le compete condenar las cosas que ocurren tan lejos de aquí como en Venezuela. A mí la Venezuela que me importa y la que me quita el sueño es la que está en el barrio de La Viña, la calle que hay junto a la calle Paraguay; hay tenemos exclusión social, infravivienda, paro”.
Por otro lado, volvieron a salir por enésima vez los manidos temas de la bandera y del cuadro de Juan Carlos I –sólo faltó que se volviera a hablar del bulo del cónsul alemán-. Sobre el primer, José María González recordó una vez más que la macrobandera de España de la Plaza de Sevilla, como cada vez que hace levante fuerte, se retiró días antes de que él fuera investido y subrayó de que a raíz de esta polémica conoció que existía una empresa externa que cobraba 150 euros por “darle a la manivela” para izar o arriar esta enorme tela; “es el primer servicio que hemos municipalizado”, añadió. Respecto al cuadro de Fermín Salvochea que ahora ocupa el lugar en el despacho de Alcaldía de otro del ya exrey, defendió que “no es que me incomode el retrato del rey, es que me inspira el retrato de Salvochea, que es muy conocido y querido en la ciudad. Fue el alcalde de los pobres; y la monarquía es otra institución salpicada por una crisis de legitimidad”.
Marhuenda incluso llegó a censurarle al primer edil su forma de vestir, relacionándolo con la llegada o no de inversores a Cádiz y sacando una foto en la que saludaba a un militar en la pasada ceremonia del regreso de Elcano al puerto gaditano sin chaqueta ni corbata. “No estoy seguro de que las inversiones dependan de cómo vaya vestido”, replicó Kichi, antes de comentar que todos sus concejales han decidido comprarse un traje “para las bodas”. Y sobre el debate del cambio de nombre del estadio municipal Ramón de Carranza, para que se cumpla la ley de Memoria Histórica, evidenció que “no es una prioridad”, pero sí lo es para su bipartito el actuar en la exhumación de víctimas de la Guerra Civil del cementerio para que reciban un entierro digno.
Cuestionado por su gestión, González Santos subrayó que “en una ciudad marcada por el desempleo y la exclusión social”, lo primero es “luchar contra el paro, poner políticas capaces de atraer talento, y después establecer un plan municipal de vivienda, con una política antidesahucios, y por último mejorar la vida de nuestros vecinos en general, generar bienestar social”. Además no dejó de resaltar en varias ocasiones su primera medida, con la colaboración de la Junta de Andalucía: un plan de continuidad alimentaria para que los niños de familias con problemas puedan seguir comiendo durante el verano cuando cierran los comedores escolares. Como igualmente presumió del ahorro de unos 300.000 euros con respecto al pasado mandato que se ha logrado en la organización política del Ayuntamiento, en sueldos y asignaciones a los partidos; y de su sueldo de menos de 1.900 euros al mes, lo mismo que cobraba como profesor, y que no saldrá de las arcas municipales, sino de su papel como diputado en la Diputación. El sobrante de esta nómina, mucho mayor, la destinará cada mes a una causa solidaria.
“SOY EL ALCALDE PERO SOY UNA PERSONA”
Sobre los veinte años de Gobierno de Teófila Martínez, según recoge DIARIO Bahía de Cádiz, insistió en la “losa” que deja en el Consistorio de unos 275 millones de euros de deuda, de los que 60 son de pago a proveedores. “Cada gaditano al nacer ya debe 1.750 euros”, repitió, criticando que la exalcaldesa del PP haya puesto a Cádiz en el mapa situándola como “la ciudad del paro”. Y cuestionó la política de “obras faraónicas innecesarias para la gente”, como la Tribuna del Carranza o la pérgola de Santa Bárbara, y, aunque no es un proyecto municipal, se preguntó “cuánto se podría haber hecho con los 511 millones que está costando el segundo puente”, cuyo presupuesto casi dobla lo inicialmente previsto.
Además, no dejó de lamentar los millonarios gastos en publicidad y autobombo del anterior Ejecutivo del PP utilizando el Ayuntamiento, poniendo como ejemplos las pantallas led o la propaganda que inundaba los buzones “que decían lo bien que iba la ciudad mientras las neveras estaban vacías”. Eso sí, reconoció que Cádiz está más limpia que cuando él era chico, aunque matizó: “hay dos formas de limpiar, con lejía o echando la basura debajo de la alfombra. Yo me estoy encontrando con lo segundo, por los datos socioeconómicos de la ciudad”.
“Cuando estás 20 años en coche oficial y rodeado de guardaespaldas pierdes la noción de la realidad”, añadía Kichi y ante la pregunta de si se había reunido con Martínez en estas semanas para el traspaso de poderes, reconoció que no, y agregó que cuando llegó el equipo de Gobierno saliente “se estaba dando a la fuga, no había hecho la tarea, ni aprobó los presupuestos de este año, y por no dejar no había dejado ni batería en el teléfono del despacho”. “Está siendo complicado gobernar en minoría porque tenemos una oposición del PP que emprende mecánicas de acoso y derribo”, ampliaba en otro momento de la charla.
Igualmente habló, partiendo de su mediación y la de algunos de sus concejales en plena calle intentando parar un desahucio en la calle Benjumeda nada más acceder al cargo, del equilibro entre el activismo y el ocupar cargos institucionales: “soy el alcalde pero soy una persona. Un alcalde del cambio tiene que saber conjugar el activismo con las instituciones. No podía estar entre las paredes de mi despacho mientras una familia metía su vida en cuatro bolsas y dejaba su casa”.
“Estoy dedicado cien por cien a la política municipal y no tengo mucho tiempo para actuar en el tema partido Podemos”, admitió el alcalde de Por Cádiz sí se puede cuando se le interpeló por asuntos partidistas más generales: “Podemos es una herramienta de cambio y de empoderamiento popular, y es un estado de ánimo que ha sido capaz de transformar la indignación en ilusión. Tenemos que desbancar al bipartidismo y Pablo Iglesias es nuestro candidato; no deberíamos concurrir a las generales en una sopa de siglas que confundiese al electorado”, apuntó. Y cuando se le indagó sobre su relación con Juan Carlos Monedero, reconoció que apenas se han visto un par de veces, y repitió: “si no tengo tiempo, no tengo vida, estoy todo el día metido en el Ayuntamiento”. Ante ello, el presentador le dejó caer que “a ver si se va usted a arrepentir”. “¡No, hombre no!”, sentenciaba González Santos.
(puedes comentar esta información más abajo)