El Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz no se detiene pese a la incertidumbre que genera la pandemia del coronavirus, asumiendo la necesidad de abrir los teatros y los espacios escénicos. Mantiene de este modo su programación presencial, combinada con propuestas semipresenciales o virtuales, “ofreciendo con valentía un programa de primer nivel, con el compromiso de preservar la salud de la cultura como bien de interés general y material sensible”, y aplicando la normativa de seguridad sanitaria “que garantiza también la salud de su audiencia y de los artistas convocados”.
En este sentido, en este complejo contexto mundial, el FIT en su 35 edición se plantea como “un punto de inflexión en su trayectoria evolutiva, un renacimiento” que lo lleva “a repensar las dinámicas y temáticas escénicas en relación con el contexto en el que se desarrollan, sin olvidar el legado y el recorrido transitado en estos 35 años de historia”, se apunta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz. Una edición, además, en la que ya no estará el sello de Pepe Bablé, jubilado el pasado año. Isla Aguilar y Miguel Oyarzun asumen este año la dirección del festival gaditano.
Así como para las artes vivas es imposible obviar su entorno, será éste un FIT que, se afirma, “manifiesta la necesidad de reflexionar sobre la contemporaneidad”. Desde las obras del programa, desde las ponencias, desde los encuentros presenciales, virtuales o en formato podcast, “se hace necesario repensar el hecho escénico, sus nuevos lenguajes y su relación con el mundo”; tal y como se quiere transmitir con el cartel de la presente edición, obra del artista gráfico gaditano Loren Roldán, y presentado este lunes en el ECCO, tras una reunión del Patronato del propio FIT, con presencia de la concejala de Cultura Lola Cazalilla.
Precisamente el Espacio de Cultura Contemporánea de Cádiz es una de las novedades: se convierte en sede neurálgica y espacio para encuentros, conversaciones, talleres y laboratorios. Es uno de los seis espacios que el festival empleará para desplegarse por la ciudad, junto con el Gran Teatro Falla, el Teatro de Títeres de la Tía Norica, la Sala Central Lechera, el Baluarte de la Candelaria y los antiguos depósitos de tabacos como una nueva localización.
Del 23 de octubre al 8 de noviembre, una veintena de espectáculos integran una oferta escénica que “recuperará las presencias en entornos reales, o que combinan lo real y lo virtual”, todo ello siguiendo los protocolos anti Covid-19.
Este catálogo se complementa con tres propuestas online que el FIT desarrollará ampliando sus posibilidades para crear conexiones entre artistas y público. A éstas cabría sumar otras tres citas más que se celebrarán, a modo de epílogo virtual, el viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de noviembre.
UN FIT QUE SE “EXPANDE” A LA VEZ QUE “SE DESPLIEGA POR CÁDIZ”
Los organizadores concluyen que este XXXV FIT “se expande”: propone un calendario que amplía sus fechas, con más propuestas y participantes, así como de posibles formatos escénicos “que hagan viable la comunicación entre público y obra”; una expansión que alcanza más entornos reales, nuevos espacios escénicos, y que también trasciende lo personal e inunda la red, “traspasando las barreras físicas naturales y retomando el contacto con Latinoamérica”, un vínculo que se restablece gracias a las tecnologías en línea y a través de la programación de artistas latinos en la diáspora que residen en Europa, de creadores españoles exponentes de temas, poéticas o repertorios transatlánticos, y de las últimas propuestas escénicas de Portugal.
Pero, sobre todo, en esta nueva edición, “el FIT se despliega por Cádiz”. La ciudad será el eje sobre el cual girará el Festival Iberoamericano de Teatro “haciendo protagonista a su paisaje y su paisanaje de un teatro de proximidad”. La capital será el contexto físico del FIT, el texto de muchas de sus propuestas y el pretexto de esta celebración de las artes vivas volcada en lo local.
Como novedad, dentro de la programación, la ciudad será escenario de distintos paseos dramatizados al aire libre, “como aconsejan las medidas de seguridad sanitaria”; recorridos participativos de la mano de poéticas contemporáneas que “redescubren” Cádiz a sus habitantes. Es la propuesta de ‘El Paseo de Robert Walser’ que, tras pasar por otras ciudades, Marc Caellas y Esteban Feune traen a Cádiz; de la dramaturga argentina Lola Arias y el músico Ulises Conti con ‘Formas de caminar con un libro en la mano’; o del gaditano Emilio Rivas con ‘Take a walk on the wild side’, que por primera vez presenta su trabajo en su tierra. A estos paseos presenciales se añade la instalación ‘Cádiz en José Martí’ de Abel González-Melo, un recorrido por 17 puntos de la ciudad donde se localizarán sendos códigos QR que desvelan romances que celebran el hermanamiento de la ciudad de Cádiz con La Habana a través de la figura del intelectual cubano.
Por su parte, abundando en este trabajo en el territorio, la programación incorpora artistas locales en citas concretas, así como la ciudadanía gaditana será protagonista de los espectáculos de inauguración y clausura en el Teatro Falla.
El festival se abrirá el 23 de octubre con la producción del FIT ‘Atlas Cádiz 2020’ una versión de la pieza de Ana Borralho y João Galante que, desde su estreno en 2011, se ha realizado en más de cuarenta ciudades del mundo implicando a sus habitantes. Para esta ocasión las cien personas de la ciudad anfitriona que suelen ocupar el escenario, serán parcialmente sustituidas por reproductores de vídeo para guardar las medidas de distancia social: “se logrará no solo configurar el atlas humano de la ciudad sino hacer un gesto de afirmación de las artes vivas y del papel que juegan como vertebrador de la sociedad”.
En esta línea, los días 5 y 8 de noviembre se estrenará ‘COVID-451’, producción también del FIT en complicidad con el Grec Festival de Barcelona y con el apoyo del Institut Français Espagne, un proyecto del dramaturgo y director franco-uruguayo Sergio Blanco en colaboración con cinco trabajadores hospitalarios de la ciudad que suben a escena para reflexionar sobre el teatro y el hospital como dos espacios de curación.
Completa la programación del Falla, el 28 de octubre, ‘Shock (El Cóndor y el Puma)’, una producción del Centro Dramático Nacional (2019) premiada con los Premios Max a la Mejor Dirección de Escena y Diseño de Espacio Escénico, con Ernesto Alterio, Ramón Barea, Natalia Hernández, María Morales, Paco Ochoa y Juan Vinuesa dirigidos por Andrés Lima; y el 31 de octubre, el estreno nacional de ‘Granma. Metales de Cuba’ bajo la dirección del colectivo de directores teatrales alemanes Rimini Protokoll y Stefan Kaegi, muestra de teatro documental para analizar la realidad cubana.
En el programa del FIT hay otros ejemplos de obras que se han adaptado a la realidad de la pandemia. El dramaturgo y director Sergio Boris revisa su premiada ópera prima ‘La Bohemia’ adaptándola a las restricciones de movilidad, con voces de personajes grabadas en Buenos Aires y un tercer personaje interpretado presencialmente por un actor local dirigido a distancia desde Argentina. Por su parte Marcelo Expósito presenta la obra sonora ‘Una elegía global de la cuarentena’ como parte del proyecto ‘La pandemia en germinal’ en el que el testimonio auditivo grabado es el único vehículo del texto.
Y en la búsqueda de nuevos públicos, el FIT este año aplica reducciones en los precios haciéndolos asequibles a cualquier bolsillo, y programa teatro familiar ofreciendo un espacio para la conciliación y la creación de audiencias. En esta línea está la incorporación en el cartel, por primera vez en el Estado español, de la obra ‘La caminata de los elefantes’ de la Cia. portuguesa Formiga Atómica que dirigen Miguel Fragata e Inés Barahona, que desde el teatro de objetos naturaliza el hecho de la muerte.
Con todo, el FIT dice presentarse como un festival “heterogéneo y ecléctico”, con propuestas a escoger entre teatro de repertorio, teatro documento, teatro de texto o teatro callejero, con la conciencia de mantener “su carácter inspirador e ilustrador, de alimentar su sentimiento de comunidad en el contexto de una realidad distópica que amenaza la convivencia”.
NUEVA DIRECCIÓN
Isla Aguilar y Miguel Oyarzun son los nuevos directores de esta tradicional cita teatral del otoño gaditano. Su contratación por parte del Ayuntamiento, con el asesoramiento del Inaem, se realizaba meses atrás mediante un procedimiento directo y extraordinario dado el escaso margen temporal por el estado de alarma y la paralización en los trámites administrativos.
La idea inicial del Consistorio, tras la jubilación de su anterior director, Pepe Bablé, era convocar un concurso público de proyectos que no ha sido factible llevar a cabo para este año. No obstante, según se afirmaba en su momento, la intención del Gobierno local es “recuperar esta idea y abrir el concurso para la realización del FIT 2021”.
Tanto Aguilar como Oyarzun poseen una trayectoria profesional “avalada por un curriculum brillante y son conocedores de diferentes festivales internacionales de prestigio, por lo que sin duda, nos retroalimentaremos”, subrayaba en su momento la edil de Cultura.
La 35 edición del FIT de Cádiz está organizada por el Patronato del FIT, organismo compuesto por el Ayuntamiento, el Inaem del Ministerio de Cultura, la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta Andalucía, la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo, la Universidad de Cádiz y la Fundación Provincial de Cultura de la Diputación. Colaboran además este año la Fundación Unicaja, Iberescena, Acción Cultural Española AC/E, Instituto Goethe de Madrid, Institut Français Espagne, Consulado General de Portugal en Sevilla y el Instituto Camões.