JORNADA 7. Con ganas ya de celebrar una victoria en casa, de seguir escalando en la tabla, y de ofrecer sensaciones esperanzadoras sin lagunas y desconexiones incomprensibles, el Cádiz se medía en la sobremesa del sábado al CD Eldense, rival alicantino con el que no coincidía desde hace sesenta años. Y nada de nada se cumplió.
Un choque, ya con Carlos Fernández al menos entre los convocados, al que Paco López (cumpliendo su segundo partido sin poder sentarse en el banquillo) decía llegar “contentísimo con el equipo, porque trabaja cada semana con ilusión y mucho compromiso. Las victorias siempre dan un plus de confianza y se ha notado a lo largo de la semana. Estamos en el proceso”. “Nuestra gente está esperando con ansias una alegría y para dársela hay que hacer muchas cosas bien”, incidía el técnico valenciano en la previa, sin sospechar que, como cantara Julio Iglesias, la vida sigue igual para este teórico aspirante a Primera que no carbura.
Y en el once amarillo, pocas novedades con respecto a las últimas citas: David Gil fijo en la portería; Glauder, Chust, Iza y Matos, en defensa; San Emeterio, Alcaraz y Escalante, en el centro del campo; y arriba, Chris Ramos respaldado en los extremos por Brian Ocampo y Javi Ontiveros.
El Cádiz empezó mostrando autoridad, mandando sobre el verde, sin dejar tocar la pelota al rival, y en el minuto 4 Ontiveros probaba ya a Mackay, que con apuros y ante un Escalante amenazante se hacía con el balón. Se atosigaba de más a menos en el arranque sin culminar las acciones, mientras el parsimonioso Eldense esperaba su momento, su contragolpe, y en uno de ellos, en el 8, Sergio Ortuño ponía en alerta a David Gil; quien en el minuto 20 ya no evitaba el 0-1, obra de Víctor García entrando a trompicones entre los defensores.
Con el marcador desfavorable, los amarillos se borraban y los de Elda pasaban a marear la pelota, desesperando a los alrededor de 15.000 cadistas en las gradas. Y para más Inri, Fede salía del campo con molestias y entraba en su lugar Mwepu, un cambio a priori ofensivo. Sin embargo, los de blanco a punto estaban de hacer el segundo, con un cabeceo de Chapela solo. Respondía al otro lado Iza con un lanzamiento a las manos del portero.
El partido vivía roto y desordenado, y en el 38 Nacho Quintana la pegaba en el palo. Ya en los seis minutos de descuento casi era el Cádiz el que reclamaba el descanso: se contabilizaron más amagos de gol de los eldenses que síntomas de reacción gaditana, lo que desencadenaba los primeros gritos de “¡Vizcaíno, dimisión!” de la tarde.
UN DUDOSO PENALTI TRUNCA LA REMONTADA
Iván Alejo entraba como revulsivo en el segundo tiempo por Ocampo, desacertado. Sin disparar, al menos se metía en su campo a los alicantinos, amantes de revolverse por el césped. Y lo seguía viendo complicado Paco López, que en el 56 retiraba a Escalante (otro partidito…) y ponía en juego a Kouamé, un cambio aplaudido. Y se sucedían un disparo rozando al palo de Paquito Mwepu, un lanzamiento potente pero desviado de Rubén Alcaraz, y otro de Carcelén.
Las ocasiones ayudaban a que la grada creyera, y el lateral portuense cabeceaba con peligro en el 63. Finalmente, el arreón daba sus frutos con un zapatazo desde la frontal de Ontiveros en el 65 que, este, sí entraba, colocando la justa igualada en el marcador.
Empate que duraba poco poco. Cuatro minutos después un chivatazo del VAR llevaba al árbitro a revisar una posible mano en el área de Kouamé cuando se giraba, y terminaba pitándolo. Y Marc Mateu no fallaba desde los once metros. De nuevo se ponía el Eldense por delante.
Y el Cádiz, por enésima vez, tenía que remar en contra tras otro varapalo mental, precisamente cuanto mejor jugaba, cuando más intensidad le ponía… Para el último cuarto de hora se incorporaban Álex Fernández y el debutante Carlos Fernández por Matos y Alcaraz. Y Gil repelía el tercero, primero ante un disparo de Víctor García, y luego despejando un lanzamiento de falta de Marc.
Rondando el 88, el delantero cedido por la Real Sociedad cabeceaba con peligro, y en la siguiente acción Alejo lo intentaban desde la frontal. Pese a todo, costaba un mundo llegar ante un Eldense encerrado y sin rubor a la hora de perder todo el tiempo del universo.
Así, se desembocaba en el descuento, siete minutos más para tratar al menos de amarrar un punto. Pero fue un quiero y no puedo: un casi cabeceo del delantero de Zambia a una asistencia de Álex por la derecha era la única acción de cierto peligro, mientras la afición se iba marchando entre el cabreo y la decepción. Otra jornada más saliendo con mal cuerpo del Nuevo Mirandilla. Otro encuentro más sin ganar en casa.
“Ha sido un primer tiempo muy malo por nuestra parte. Cuando pasan los minutos y empiezas a estar incómodo, y encima te marcan gol, pues cambia absolutamente todo. Lo que hemos trabajado durante la semana no lo he visto en ningún momento. En la segunda parte nos hemos encontrado mucho mejor, pero vino la jugada del penalti”, reflexionaba tras el choque Paco López, quien reconoce que “nos está costando mucho cuando tenemos que llevar el control durante muchos minutos con equipos que se sitúan en bloque medio-bajo. Nos está faltando fútbol y paciencia. Y sobre todo, ponernos por delante. Tenemos que ser mucho más contundentes en las jugadas que tenemos”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway