El Consejo Social de la Universidad de Cádiz celebraba hace unos días la ceremonia de entrega de la primera edición del Premio Reconocimiento a las Empresas e Individuos que colaboran con la Universidad en su cometido de Implicación Social. Los galardonados han sido el estudiante de Pablo Ortiz Mons, el médico Salvador Pascual Sánchez Gijón y el Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad de San Fernando.
El Consejo Social de la Universidad de Cádiz celebraba hace unos días la ceremonia de entrega de la primera edición del Premio Reconocimiento a las Empresas e Individuos que colaboran con la Universidad en su cometido de Implicación Social. El rector, Eduardo González Mazo, la presidenta del Consejo Social de la UCA y del Foro de Consejos Sociales de Andalucía, Ana Alonso Lorente, y el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, Fernando López Gil, presidieron este acto celebrado en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la capital.
Este galardón reconoce “la labor realizada por empresas y entidades en el campo de la responsabilidad social a lo largo de un año, el reconocimiento a la persona que habiendo estudiado en la UCA, haya representado mejor el perfil universitario en su profesión o el reconocimiento al alumno que estando estudiando en la UCA mejor represente el perfil universitario de colaboración, solidaridad e implicación social”, como recogen sus bases.
En esta primer edición, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, el premio, que consta de tres modalidades (reconocimiento a la empresa, entidad o institución, a la persona y al alumno), se le ha concedido al estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, Pablo Ortiz Mons, por su colaboración en la ayuda al aprendizaje de Filología Árabe a alumnos invidentes; a Salvador Pascual Sánchez Gijón, médico y antiguo alumno de la UCA, por su labor de investigación y aplicación, y colaboración con la Universidad, ONG y mecenas; y en tercer lugar, al Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad (CRMF) de San Fernando gestionado por el Imserso, premio que recogía su directora, Concepción Mayoral.
Los galardonados expresaron palabras de agradecimiento para sus familias, compañeros y la universidad. Cada uno de ellos tenía una dedicatoria especial a sus referentes en la vida personal, académica y profesional como el sacrificio por los hijos y la educación en valores referidos por Pablo Ortiz, el “regalo de la confianza” de sus usuarios y la relevancia de la visibilidad de las personas con discapacidad, recalcados por Concepción Mayoral, y por último, la función del docente de ilusionar y crear inquietudes en sus alumnos, “el aprendizaje es activo y no pasivo”, expuestos por Salvador Pascual.
El galardón ha consistido en una escultura conmemorativa del artista David Vaamonde y un certificado acreditativo.