El colegio público Gadir, en la Barriada de la Paz de Cádiz, se enfrenta de cara al curso 2021/2022 al cierre de dos unidades, una situación cuyas consecuencias “va a pagar sobre todo” el alumnado de Educación Especial (NEE). Lo han denunciado estos días tanto la Federación de Asociaciones de Padres y Madres (Flampa Gades) como el sindicato Ustea.
La falta de alumnos derivará en la agrupación de niños de diferentes cursos en aulas mixtas: quedando en una sola clase de 15 pequeños todo Infantil y uniendo en una línea primero y segundo de Primaria.
Al respecto, la concejala de Enseñanza, Ana Fernández, ya ha exigido a la Junta de Andalucía que revise los conciertos con la escuela privada en lugar de cerrar líneas en la escuela pública: “no es comprensible que, una vez tras otra, sea la escuela pública la que siga pagando el cierre de líneas ante el descenso del número de matriculaciones”.
“A la complejidad de desarrollar un proyecto educativo entre alumnado de varias edades, se suma el gran trabajo que está realizando este centro para la integración del alumnado con necesidades especiales y que ahora pone en peligro este cierre de líneas”, advierte la edil responsable.
UNA ÚNICA Y COMPLEJA UNIDAD DE INFANTIL
A decir de Ustea Cádiz el CEIP Gadir “es víctima de la oleada de supresiones de unidades en centros públicos por parte de la consejería”. De este modo, sin esas dos unidades, se queda para el próximo curso con cuatro para Primaria y una sola para Infantil. Pero el aspecto “más sangrante” de este caso se revela al comprobar cómo quedaría precisamente esa única unidad de Infantil.
Explican desde este sindicato en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que dicha unidad tendrá, “muy probablemente”, un total de 15 alumnos, “ratio máxima permitida cuando se produce un agrupamiento de alumnos de distintas edades, en este caso de 3, 4 y 5 años”. Entre ellos, tres pequeños de 3 años (uno de Educación Especial), siete de 4 años (dos de Educación Especial, además de una alumna con trastorno del desarrollo del lenguaje), y cinco alumnos/as de 5 años (y hasta dos podrían ser de Educación Especial, a la espera de confirmar que uno repite).
“A la complejidad inherente a trabajar con alumnos de distintas edades hay que añadir el agrupamiento en una misma unidad de hasta cinco de Educación Especial y una alumna con trastorno desarrollo del lenguaje. La imposibilidad de ofrecer una adecuada atención individualizada en ese grupo la pagará el docente, pero sobre todo el alumnado: la concentración en una misma unidad de tantos alumnos NEE es un atentado contra la inclusión educativa”, se remarca.
Pero habrá más consecuencias, según Ustea. En este centro llevan años desarrollando un ejemplar proyecto de inclusión mediante el que alumnos del Aula Específica pasan una parte de la jornada en aulas ordinarias. El próximo curso ese proyecto de inclusión se encontraría paralizado, puesto que dos alumnos del Aula Específica no podrían pasar horas en el aula ordinaria de Infantil, donde no podrían ser atendidos correctamente.
En este punto, este sindicato aprovecha para denunciar que la legislación no especifique una ratio máxima para el alumnado NEE en aulas ordinarias, “lo que posibilita a la delegación territorial de Educación perpetrar un atentado contra la inclusión educativa de este calibre”.
Pero, además, se ponen sobre la mesa demandas concretas para este colegio de la capital: la marcha atrás de los planes para suprimir dos unidades, permitiendo así al centro tener dos unidades para Infantil, “lo que conllevaría una distribución del alumnado NEE que posibilitaría proporcionarle una atención más individualizada”; mantener abierta la matriculación para ir dando entrada a alumnado que va llegando durante el curso; y la dotación de recursos materiales y humanos suficientes para atender a ese alumnado. Actualmente, dispone de una única PTIS (Personal Técnico de Integración Social), “lo que sería a todas luces insuficiente”.
Ustea manifiesta todo su apoyo a la comunidad educativa de este centro gaditano, y sobre todo a las familias, en su demanda de una educación pública de calidad, “lo que implica una atención adecuada al alumnado NEAE que garantice una verdadera inclusión educativa”.