La liga regular se despedía este sábado del Carranza, en una tarde ‘de playa’ y ante el Villanovense. Un Cádiz, ya campeón sobrado, afrontaba esta penúltima jornada como un nuevo envite competitivo, sin presión alguna, de cara a seguir preparando el culmen del curso, la liguilla de ascenso. Y tras una primera mitad sosa, en la segunda llegaron los goles de Garrido y Villar. Un 2-0 relajado, aunque sin perder la concentración. No obstante, plantilla y afición tienen la cabeza desde hace jornadas en el Oviedo, el Huesca y el Nástic…
El Ramón de Carranza despedía la temporada regular este sábado, en una tarde ‘de playa’ y fútbol de Primera por televisión, y ante un Villanovense que se jugaba los play off, con unas 8.000 personas en las gradas, y casi lleno en Tribuna. Un Cádiz, ya campeón sobrado, afrontaba esta penúltima jornada como un nuevo envite competitivo, sin presión alguna, de cara a seguir preparando el culmen del curso, la liguilla de ascenso, que si las huelgas no lo impiden, comenzará en plena jornada electoral del 24 de mayo, o en la víspera.
Claudio Barragán, que terminó el último partido muy enfadado con los suyos, pese a la victoria tranquila ante el filial cordobés en el Nuevo Arcángel, por las innumerables ocasiones falladas, muchas de ellas por afán de protagonismo de los jugadores, dispuso casi a su equipo titular para este nuevo choque, sin reservar a los que, teóricamente saldrán de inicio en la primera final a ida y vuelta, y quizá definitiva, ante alguno de los otros tres campeones de Segunda B: Oviedo, Huesca o Nástic.
Hasta el minuto 30 de la primera mitad no llegaría una oportunidad más o menos clara de gol, en las botas de Airam y desde la frontal, tras un arranque de partido que pronto entró en fase modorra, ayudado por el calor reinante, con los visitantes bien plantados pero apenas exponiendo arriba y los de amarillo, concentrados pero sin pretender el control total de la situación, ahorrando energías e ideas, y mostrándose más afinados a la hora de contragolpear. Y en el tramo final –tras un inesperado cambio por parte local, saliendo Josete para evitar alguna lesión y entrando Arregui- incluso los de verde se acercaron más Aulestia que los de casa a los dominios de Álvaro.
La segunda mitad no se vislumbraba mucho más entretenida, pero pronto, en el minuto 8, a balón parado, Mantecón sacaba una falta desde la izquierda y cabeceaba Garrido, haciendo el primero de la tarde, una tarde en la que se iba colando ya el viento de levante. Y en la que el Cádiz se soltaba, y el Villanovense iba bajando los brazos. Así, en el 22, Carranza se puso unos minutos el traje de fiesta con el 2-0, un golazo de Villar.
Hasta el final del encuentro, los de Barragán dejaron hacer a los visitantes, pero apenas inquietaron a la defensa. Y Hugo García se permitía fallar el 3-0 en el último suspiro. Tres puntos más casi por inercia –y para ayudar a la Balona de rebote en su objetivo de meterse también en play off-, que evidencia que este tramo final de liga, con el primer objetivo más que cumplido, se está haciendo largo y tedioso: bendito aburrimiento. Y para lo bueno bueno de verdad, todavía queda el partido de la semana que viene en casa del Arroyo. DIARIO Bahía de Cádiz
Las FOTOS del Cádiz-Villanovense, AQUÍ
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