Las playas arenosas, que ocupan el 30% de la línea de costa mundial, están actualmente amenazadas”; un porcentaje que en el caso del Golfo de Cádiz se eleva al 90%. Este tipo de costas son hábitats importantes y espacios de alto valor recreativo, además, las playas actúan como una zona de absorción del impacto de los temporales que protege los litorales junto con los ecosistemas adyacentes y los bienes, ya sean edificios u otro tipo de construcciones. Su importancia es más que evidente.
Al respecto, un grupo de investigadores de varias instituciones europeas, entre ellas la Universidad de Cádiz, ha publicado un artículo en la revista ‘Nature Climate Change’ que, bajo el título ‘Sandy coastlines under threat of erosion’ (Litorales arenosos bajo amenaza de erosión), demuestra que casi la mitad de las playas del mundo se sitúa bajo amenaza de extinción al final del presente siglo XXI.
Este trabajo, que está firmado, entre otros, por el profesor Theocharis Plomaritis, del departamento de Física Aplicada de la UCA, representa la primera evaluación global para costas arenosas que ha considerado todos los parámetros clave.
Según trasladan desde la Universidad gaditana en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, los científicos han trabajado en combinar 35 años de datos de satélites con 82 años de proyecciones climáticas y de aumento del nivel del mar, procedentes de varios modelos climáticos. Adicionalmente, han simulado más de 100 millones de temporales en todo el mundo y cuantificado su potencial de erosión.
Esto les ha llevado a demostrar (y para alarmar) que, sin mitigación del cambio climático y adaptación, casi la mitad de las playas del mundo se sitúan bajo amenaza de extinción a finales de siglo.
“Al desastre ecológico y medioambiental que esto supone, habría que sumar las pérdidas en términos de valor ecosistémico y los impactos socioeconómicos severos que podrían producirse, especialmente en áreas menos desarrolladas o con una dependencia fuerte del turismo relacionado con la costa”, se apunta. Y es que no se puede pasar por alto que un alto porcentaje de las costas arenosas amenazadas (como es la propia Bahía de Cádiz) se encuentran en zonas densamente pobladas, “por lo que es muy importante la necesidad de diseñar y aplicar medidas de adaptación eficaces ante estos posibles cambios”, se advierte.
En este estudio también se ha constatado que la atenuación de las emisiones de efecto invernadero puede reducir un 40% las estimaciones de erosión previstas. De esta forma, “incluso si el calentamiento global se desacelera, la sociedad tendrá que adaptarse a una considerable pérdida de playas arenosas”, como indican los investigadores, algo que coincide con uno de los mensajes principales del acuerdo de París sobre el Clima de 2016.
¿QUÉ SE ESTÁ HACIENDO FRENTE A LOS RIESGOS CLIMÁTICOS?
La Diputación de Cádiz informaba días atrás que destina este año 50.000 euros para elaborar una información básica que permita evaluar los riesgos climáticos de la provincia.
En este sentido, ha presentado la ‘Guía metodológica para la elaboración de planes municipales frente al cambio climático’, redactada por Ecologistas en Acción. Está especialmente destinada a los responsables políticos y técnicos de los ayuntamientos gaditanos y pretende servir de información y sensibilización municipal sobre la crisis climática.
En Andalucía la Ley 8/2018 de medidas frente al cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético en la comunidad autónoma establece como obligación para los municipios elaborar este Plan Municipal contra el Cambio Climático. De acuerdo a la ley estos planes incluirán una evaluación de las emisiones de gases invernadero del municipio, un análisis de vulnerabilidad al cambio climático y medidas tanto de mitigación como de adaptación.
A su vez, la Junta de Andalucía dice estar trabajando en un plan de emergencias especial en el caso de que la región sufra un posible maremoto. La finalidad es contar con un diseño o modelo nacional mínimo que haga posible, en su caso, una coordinación y actuación conjunta de los distintos servicios y administraciones implicadas, ante una emergencia por maremoto que afectara a las costas.
España no cuenta aún con un plan nacional de este tipo y que no existe ninguna comunidad autónoma que haya planificado una actuación ante este tipo de riesgo. Pese a ello, la consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior dispone ya de un borrador del documento atendiendo a los esquemas de planificación existentes en Andalucía que incluye la definición de operatividad; el análisis de riesgo; y la información previa a la población y sistema de alertas ante maremotos.
Los trabajos realizados hasta ahora gracias a un estudio realizado a nivel nacional por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias determinan que la vertiente atlántica de Andalucía es la que presenta un índice más alto de peligrosidad, con alturas de inundación cercanas a los 12 metros en algunos puntos de la costa, como en Cádiz capital y la zona entre Conil y al Cabo Trafalgar.
El borrador detalla que las provincias más afectadas ante ese maremoto son Huelva y Cádiz, y la zona costera definida desde Ayamonte a Tarifa, en la cual se incluyen, en el caso de la costa gaditana: Sanlúcar, Chipiona, Rota, El Puerto, Puerto Real, San Fernando, Cádiz, Chiclana, Conil, Vejer, Barbate y Tarifa.