Noche de jueves laborable, más de 16.000 almas en el Carranza, ilusión desbordante y cero presión. Así afrontaba este Cádiz la ida de la primera eliminatoria de los play off de ascenso a Primera, ante el Tenerife, sabedor de que es un premio a un temporadón. Sin perder de vista que el sueño de regresar a la elite once años después sigue estando lejos… pero se ve unos metros más cerca tras el 1-0 disputados estos 90 minutos, y con la sensación de que debieron ser varios goles más. Los de Cervera, con Ortuño en el banquillo, fueron superiores siempre a los canarios, conformistas. Gran partido de los amarillos y del cadismo. El domingo, el Heliodoro Rodríguez López decidirá.
Primer asalto. El Cádiz, sin presiones ni urgencias pero con fe e ilusión, busca ponerle la guinda al pastel que ha ido amasando durante esta inesperada temporada del regreso al fútbol profesional; con trabajo y sudor, constancia, seriedad, y errores, claro, un equipo hecho para no bajar, se encuentra a dos peldaños de Primera división, tras finalizar la liga regular como quinto. Y el primer coco en este sueño tan bonito del que ni la afición ni el club quieren despertar, el CD Tenerife, el cuarto clasificado.
En la ida de la primera eliminatoria de los play off en la noche de un jueves laborable, no faltó el recibimiento previo al autobús cadista en la avenida (con algún que otro altercado con tanto antidisturbios, incomprensible en lo que es una mera fiesta), y un Carranza que no se llenó (pagaban todos, abonados y no), pero que presentó un enorme ambiente con cerca de 17.000 personas en la grada (unas 300 de la afición tinerfeña), con muchas ganas de animar, de empujar, de convertirse en ese jugador ‘número 12’ que dice el tópico, de disfrutar y de sufrir.
Álvaro Cervera, pieza clave en este exitoso Cádiz, tiró de su once inicial esperable, aunque con una imprevisible novedad: Alfredo Ortuño se quedaba en el banquillo y entraba como delantero Rubén Cruz, que no ha marcado ningún tanto en lo poco que ha jugado este curso. Así: Cifuentes en la portería; Carpio, Brian Oliván, Aridane y Sankaré; José Mari y Garrido en el centro del campo con Aketxe más adelantado; Salvi y Álvaro de extremos y Cruz arriba.
Comenzaron los de amarillo metiendo en su campo al rival, revolucionados y con varias oportunidades tímidas, hasta que en el minuto 13 Carranza cantaba el primero: cabezazo del canario Aridane tras saque de córner de Aketxe… sin embargo el árbitro, castellano-manchego, lo anulaba, sin motivo aparente. ¿Por falta sobre Germán? Una dudosa acción arbitral más, en contra, para enrabietar y meter al sadismo un poco más si cabe en el partido.
El Tenerife no encontraba otro recurso que perder tiempo (de hecho, su portero se llevó amarilla por eso mismo en el 37) y dormir la pelota para parar a los de casa, aunque las ocasiones las seguía generando el Cádiz: en el 24 era Salvi el que tenía muy cerca el 1-0 cerca tras centro de Brian. En la siguiente era Alvarito el que se recorría medio campo y disparaba ya muy forzado; y poco después Cruz probaba desde el borde del área con poco convencimiento.
Llegado el descanso y la correspondiente bronca hacia el de negro, los únicos que habían buscado el gol eran los hombres de Cervera, superiores, dentro de lo que cabe, a un Tenerife que parecía conformarse con el 0-0 de cara a la vuelta en su campo.
La segunda mitad arrancaba como la primera, con los gaditanos merodeando la portería de Dani, un lanzamiento de Álvaro que casi sorprende a todos, y los insulares sin prisas. Pasado el minuto 15, la afición ponía todo de su parte y llevaba en volandas a su equipo, que mantenía a los insulares sin salir de su campo. Y Salvi mandaba el balón al palo. Y Aketxe disponía de una falta al borde del área que… rechazaba la barrera, pero minutos después, el mismo vasco en plena jugada, tenía tiempo de prepararse la pelota y probar desde fuera, y marcar un señor golazo, el más que merecido 1-0. Para que nadie deje de creer…
A los entrenados por Pep Martí le entraron las prisas, y pese a ello, los gaditanos, más que serios atrás, seguían inquietando en cada acercamiento, ya con Abdullah y Ortuño sobre el verde. Choco Lozano, que jugó los últimos coletazos, metía cierto miedo en el cuerpo a cinco minutos del pitido final, y el descuento se hacía eterno, mas ese 1-0 en el marcador, demasiado corto visto lo visto, sería ya definitivo.
Mínima ventaja para el segundo asalto, la vuelta, este domingo también a las 21 horas en el Heliodoro Rodríguez López, donde se decidirá quién lucha en la última eliminatoria de esta liguilla por el ascenso, con Huesca o Getafe. La ovación a los jugadores y técnicos, en una emotiva y simbólica piña en mitad del campo, y las sonrisas inundaron el estadio, acompañados por los cánticos del “sí se puede, sí se puede”. No será fácil, pero… DIARIO Bahía de Cádiz
Las FOTOS del Cádiz-Tenerife, AQUÍ
(puedes comentar esta información más abajo)