JORNADA 28. Con el chute de moral que supuso la victoria en casa al Rayo, el Cádiz se plantaba en el Wanda Metropolitano en la lluviosa noche de este viernes con el peliagudo reto de seguir muy vivo en la lucha por la permanencia. Enfrente, un Atlético de Madrid con bajas que igualmente buscaba su cuarta victoria consecutiva para mantenerse en la pelea por los puestos de Champions.
“Estamos capacitados para ganar a cualquiera siempre que veamos el equipo que queremos. Tenemos que tener clara la propuesta, el plan de partido y tenemos que saber que en todos vamos a tener oportunidades”, apuntaba Sergio González en la previa del choque -y pensando en el calendario que viene-, para el que contaba de inicio con un once similar al del pasado domingo, salvo la incorporación de Sobrino por Alejo, baja obligada por acumulación de tarjetas.
Así, a Ledesma en portería le acompañaban Akapo, Pacha Espino, Chust y Luis Hernández; San Emeterio y Alcaraz de pivotes, con Sobrino e Idrissi por las alas; y arriba, Lozano y Negredo.
Empezaban los gaditanos bien, merodeando en campo rival, pero incompresiblemente ni se había cumplido el minuto 3, y casi en el primer balón que tocaba el Atleti, subía el 1-0. Lo doloroso es que no era mérito de los colchoneros: Joao Félix se encontraba un regalo y no perdonaba ante el error de Ledesma con los pies. Un mazazo tempranero.
Con el resultado a favor, los de Simeone no se salían del guion y conservaban su estilo cerverista al extremo, mientras el Cádiz trataba de olvidar rápido el contratiempo, centrarse y buscar huecos para irse arriba, y en el 16 Álvaro Negredo se inventaba un jugadón que en el rechace acababa con un disparo desde la frontal de Espino, con intenciones. Diez minutos después, el de Vallecas tenía otra ocasión aprovechando una dejada de Sobrino, aunque la pelota se iba a la izquierda de la portería de Oblak. Poco después era el propio Rubén Sobrino -muy participativo- el que probaba desde la frontal tras un robo en el centro del campo.
En el 39 pudo trastocarse el panorama, en el que el Cádiz era superior ante un conjunto madrileño acomodado e insulso -¿Griezmann estaba en el verde?-: el árbitro ni dudaba en expulsar a Reinildo por una dura entrada a Rubén Alcaraz. Pero ya se sabe cómo se porta el invento del VAR con los de la Tacita, se sugería la revisión de la acción y la presión podía con el de negro, que anulaba la roja. Sin embargo, los de amarillo siguieron creyendo, y al borde del descanso llegaría la más que justa igualada, en un centro a la perfección del defensa uruguayo desde la izquierda que Negredo cabeceaba de forma espectacular.
Lodi reemplazaba a Koke -y pronto también entrarían Correa y Luis Suárez- y los de casa salían en el segundo tiempo con otra carita, tomando las riendas del encuentro en medio de su espesura, y es que el conjunto visitante ni se metía atrás ni renunciaba a jugar y en el 57 Idrissi ponía en aprietos a Oblak. Diez después casi en una acción aislada e imponiéndose la evidente calidad de los colchoneros, se ponían por delante en el marcador: Conan Ledesma repelía un primer tiro de Correa, pero Rodrigo De Paul se encontraba la pelota en el rechace y la colaba fácil.
Sergio González recurría a los cambios: salían San Emeterio y Sobrino y entraban Álex Fernández y Lucas Pérez. Y Luis Hernández tenía ahí ahí el 2-2, pero Giménez despejaba bajo palos. El Cádiz arriesgaba, no quedaba otra, y se iba arriba con descaro y el Atleti reculaba asustado viéndose de nuevo superado por un modesto. En el 79, Alcaraz rozaba el larguero con un potente disparo desde lejos.
Con el choque ya roto y pérdidas de tiempo sonrojantes del marrullero vigente campeón de LaLiga, Iza reemplazaba a Akapo y Perea a Espino. Y ahora sí se quedaban los de casa con uno menos, al ver la roja directa Javi Serrano por una entrada a Álex. Tocaba el último arreón a la desesperada, con cinco de descuento por delante, mas entre interrupciones, broncas y expulsados del equipo técnico amarillo, no se pudo jugar nada. Y con todo, Idrissi tenía la última oportunidad en el 96.
Ese Cholo Simeone celebrando la victoria con la grada como si hubiera ganado un mundial dice mucho del partidazo de los gaditanos, que no se merecieron empatar, se merecieron los tres puntos.
“Hemos hecho un partido tremendo en todos los niveles, pero nos han ganado por su eficacia, con un chute han hecho dos goles prácticamente. El fútbol es así de caprichoso, hay que seguir trabajando en esta línea; los jugadores están demostrando que quieren”, reflexionaba el entrenador catalán ya ante la prensa, incidiendo en que “hoy el fútbol ha sido injusto con el Cádiz. Y siento que el árbitro no ha estado ecuánime”. DIARIO Bahía de Cádiz