JORNADA 3. Inusual tarde con nubes y amago de lluvia de último sábado de mes de agosto en Cádiz para recibir a la UD Almería, derbi andaluz entre dos conjuntos a priori de la misma liga, la del sufrimiento y la lucha por una nueva permanencia en la elite, en la ahora llamada LaLiga EA Sports.
Un encuentro al que se llegaba con el delantero uruguayo Maxi Gómez como último refuerzo cadista, de momento (quedan apenas días para cerrar el mercado de fichajes); y todavía entre el ruido de todo lo que, vergonzosamente, sigue sucediendo alrededor de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su presidente Luis Rubiales tras su exhibición de rancio machismo en la final del Mundial Femenino, conquistado por la selección española (“actos incalificables”, según aprecia el Cádiz CF, que en un comunicado durante la semana apuntaba de este personaje que más allá de estos hechos, “no está a la altura de lo que este deporte merece”).
En este contexto, los jugadores amarillos (los del Almería, con jeque saudí a sus espaldas, se ve que no se atrevieron) salían al verde con una pancarta con el lema ‘Todos somos Jenni’, algo es algo; y en algún momento del choque la grada gritaba aquello de “¡Rubiales vete ya!”.
Un partido “trampa” este del Almería para Sergio González, ya que “ellos no han ganado ningún partido y nosotros ganamos el primero, va a ser difícil”, avisaba en la previa. Y de entrada, contaba con Conan, en portería; Iza, Javi Hernández, Fali y Luis Hernández, en defensa; Alcaraz y Escalante en la media, con Alejo y Machís por los extremos; y arriba, los incombustibles Chris Ramos y Roger Martí.
El propio Roger gozaba de la primera ocasión interesante en el minuto 4, culminando una buena jugada a la contra pero la pelota se iba fuera por poco, y además, el árbitro invalidaba la acción por falta previa. El mismo delantero también metía miedo en el 16 a los almerienses con un remate de volea peligroso; y dos minutos después, era Darwin Machís el que probaba con un disparo se iba a las nubes.
Ante más de 18.600 espectadores en el Nuevo Mirandilla (sumando unos 200 aficionados rojiblancos, y un megáfono a todo volumen animando desde Brigadas Amarillas), el partido se presentaba movido e intenso, con los dos equipos buscando de alguna manera adelantarse en el marcador. Aunque con el paso de los minutos, eran los locales los que merodeaban más tiempo por el campo rival.
Los gaditanos se sentían a gusto ante un oponente algo desbordado, y llegaban hasta con facilidad a los dominios de Maximiano. Sin embargo, a la hora de chutar, todo eran ambigüedades, dudas y desaciertos. Y con una recta final más igualada a nada, se alcanzaba el ecuador.
EXPULSIONES Y GOLES EN EL SEGUNDO PERIODO
Pasado el descanso, el Cádiz volvía a mandar sobre el verde, echándole más ganas que el Almería, que además en el minuto 48 se veía con un hombre menos al ser expulsado Edgar, por segunda cartulina amarilla al obstaculizar una internada de Chris Ramos. Diez minutos después, se hacía justicia a lo expuesto hasta el momento por unos y otros, y los de Sergio González obtenían su recompensa abriendo la lata con gol de Luis Hernández, rematando una acción a balón parado.
Poco después, Luis Suárez, de cabeza, tenía cerquita el empate; e igualmente con otro cabeceo, Roger pudo hacer el 2-0. Y en el 68, primeros cambios entre los gaditanos: se marchaban Machís y Ramos, y entraban Sobrino y se estrenaba ya como amarillo Maxi Gómez.
Sin más acciones de peligro reseñables, se desembocaba en los últimos minutos con más fallos que aciertos, los de Vicente Moreno tratando de poner nerviosos a los de casa, y quién lo diría hace unos meses, Iván Alejo ovacionado al ser sustituido por Lucas Pires. Y prácticamente entrando en el descuento de siete minutitos calentitos, se incorporaban Álex Fernández y Fede San Emeterio por Alcaraz y Roger.
E incomprensiblemente en el 95 marcaban los de negro en casi su primer lanzamiento entre los tres palos: con media defensa cadista haciendo la estatua, Kaiky pateaba desde el área grande y Conan Ledesma no podía hacer nada. Pero hay más, con el tiempo añadido ya consumido, el árbitro tras chequear el VAR, expulsaba con roja directa a San Emeterio por una entrada sobre Ramazani, y en el saque de falta, el meta argentino salvaba a los suyos de la derrota.
Chasco monumental. La afición abandonó el estadio resignada, con sensación de déjà vu, de que esto de perder puntos en los últimos suspiros no es nuevo. Después de un partido completo y meritorio del Cádiz en líneas generales, todo quedaba emborronado por unos minutos finales desastrosos.
“Hemos sumado un punto pero hemos perdido dos. Por quince segundos de falta de concentración. No estaba pasando nada, y en una acción a balón parado lo echamos todo al traste por error nuestro”, se lamentaba el técnico cadista en la rueda de prensa postpartido; e insistía en que “a pesar de hacer las cosas muy bien en Primera, quince segundos te penalizan”. “Es normal que estemos fastidiados pero no es para fustigarnos. Esto acaba de empezar”, remataba Sergio González con cierto optimismo. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway