Cádiz y Levante, y levante otra vez, se enfrentaron en la tarde del sábado en el Carranza, ofreciendo un intenso duelo en las alturas en el que los de amarillo, tras jornadas atascados, ofrecieron su mejor imagen y actitud ante un líder, muy líder, que durante gran parte del partido estuvo a merced de los de Cervera, los únicos que de verdad buscaron la victoria. Los levantinos se adelantaron en el primer tiempo gracias a un nuevo dudoso penalti e igualaba Salvi tras el descanso, con los de casa acosando al rival, con hasta dos palos. Pero no se pudo deshacer el injusto 1-1. La zona de play off sigue igual de comprimida.
El líder muy líder de esta Segunda división, el Levante, visitó en la tarde del sábado el Ramón de Carranza, y el otro levante, el molesto viento protagonista en los últimos días en tierras gaditanas, tampoco quiso perderse un partido con el que el Cádiz ansiaba con despertar del letargo en el que está sumido desde que alcanzó, de forma prematura, su objetivo, la permanencia virtual. Dos puntos de los últimos doce han hecho que la zona alta de la clasificación se comprima y cualquier tropiezo pueda suponer salir de los puestos de play off.
Unas 12.000 personas no faltaron a la cita con su equipo, incluidos medio centenar de aficionados granotas. Álvaro Cervera, consciente de la necesidad de ganar o ganar, recurría a uno de sus onces y esquemas preferidos, sin Abdullah: Cifuentes en la portería; Carpio, Brian Olivan –recuperaba la titularidad, casi por petición popular-, Aridane y Sankaré en defensa; José Mari y Garrido en el centro del campo con Aketxe más adelantado; Salvi y Álvaro de extremos y Ortuño arriba.
Comenzaron los amarillos con el viento a favor, supuestamente, atacando hacia la portería de fondo norte. Llevando el peso del juego, con más urgencias. Y tras tímidos acercamientos, en el 13 un pase de José Mari dejaba a Salvi dentro del área solo ante el meta, pero muy forzado. Una ocasión clara, para meterle el miedo en el cuerpo a los hombres de López Muñiz. En el 24, tras una serie de córners consecutivos, Aketxe probaba de nuevo los reflejos de Raúl. El Levante trataba de dormir el encuentro, y el Cádiz, cuando podía, insistía en darle ritmo.
Y en plena fase fea de partido, con el balón yendo de un sitio a otro sin mucho sentido, en el 39 Sankaré se tiraba para despejar dentro del área y parece que se ayudaba con las manos; al menos el árbitro lo vio así y ni lo dudó: otro penalti en contra de los gaditanos. Roger desde los once metros no fallaba y el injusto 0-1 subía al marcador. Poco más se vio en este primer tiempo, que se despedía con una sonora e indignada pitada contra las decisiones arbitrales: esta y las que se vienen padeciendo casi semana tras semana. Y la megafonía instando a que no se insultara a los de negro, por el bien del club.
Tocaba remar, ya en la segunda parte, con el resultado y el levante en contra. De nuevo empezaban más vivos los de Cervera, merodeando el área rival. En el minuto 7 no llegaba el empate por la oportuna pierna de un defensor en la misma línea de gol, ante el buen cabezazo de Garrido rematando un saque de esquina. No obstante, en el 11 comenzaba a hacerse justicia: tras un remate de Aketxe que se encontraba con el larguero, el rechace acaba en los pies de Salvi, que no perdonaba la igualada. Y en la siguiente, tras un caída dentro del área y pidiendo penalti, Garrido se topaba con el portero en una clarísima oportunidad para hacer el 2-1.
El mejor Cádiz, el Cádiz que no se acompleja, el Cádiz que corre y corre, el Cádiz que cree en sí mismo, ponía contra las cuerdas al líder. Y Ortuño fallaba el segundo estrellándola en el poste, a pase del sanluqueño. Casadesús, poco después, gozaba de uno de los pocos disparos a puerta en todo el choque de los visitantes. Y en el 31, era Morales el que ponía en aprietos a Cifuentes, en otro puntual arreón. En la réplica, otra de Alfredo Ortuño, que se iba a córner.
Para los últimos compases había que darlo todo y el entrenador optaba por sacar al campo refresco arriba: Nico y Aitor por Olivan y un grandísimo Salvi. Y Aketxe desde lejos, botaba una fatal cuan misil que repelía con problemas Raúl; en la siguiente era Aitor el que disparaba desde su casa. Jose Mari dejaba su sitio a Gorka Santamaría al borde del tiempo extra, en el que el Cádiz perseveraba. Pero no llegó el fruto deseado. Un empate que sabe a poco visto lo expuesto sobre el verde, ante los de Primera en unas jornadas que debe servir como inyección de moral y confianza para lo que resta de campeonato regular. DIARIO Bahía de Cádiz
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