Los de Claudio Barragán despiden 2015 con derrota, la segunda de la presente temporada que está a un partido de alcanzar su ecuador. Un justo 2-0 sufrido en la Vieja Condomina, el campo de un rival directo, el UCAM, que vuelve a evidenciar las pobres sensaciones que transmiten los de amarillo, un equipo sin gol. Llegan las vacaciones navideñas y se cae a la cuarta posición. Toca encomendarse a que se acierte fichando en el mercado invernal e iniciar la remontada…
El Cádiz despide el año con derrota, la primera a domicilio y la segunda de la presente temporada que está a un partido de alcanzar su ecuador. Un justo 2-0 sufrido en la Vieja Condomina, el campo de un rival directo, el UCAM Murcia, que vuelve a evidenciar las pobres sensaciones que transmiten los de amarillo y a demostrar que la abultada goleada del pasado domingo en Carranza ante el Jumilla, como ya se sabía, fue un mero espejismo engañoso de un equipo sin gol.
Llegan las vacaciones navideñas y el equipo cae a la cuarta posición y ve como los universitarios se distancian a cinco puntos y, a la espera de que el Real Murcia juegue su partido aplazado de esta jornada (si lo ganara, este se iría a siete…), se colocan líderes de este Grupo IV que ya tiene que ser mediocre para que este Cádiz con carencias se haya llevado toda la primera vuelta en puestos de liguilla. Toca encomendarse a que se acierte fichando en el mercado de invierno si se quiere luchar la primera plaza y luego competir en los play off.
Cifuentes, Juanjo, Aridane, Josete, Andrés, Garrido, Abel Gómez, Salvi, Hugo, Lolo Plá y Wilson Cuero -aunque el colombiano parece tener las maletas hecha ya para volver a Granada; de hecho, Claudio Barragán lo retiraba del terreno un instante antes del descanso para dar entrada a Güiza-, formaron el once inicial del Cádiz, que completó una aceptable primera mitad –ordenados pero sin pólvora-, aunque desde pronto el choque estuvo marcado por el 1-0 en una acción extraña: Nono prueba desde lejos con un disparo sin fuerza que roza en el cuerpo de Aridane y despista a un Cifuentes que se queda clavado bajo los palos.
Tras el paso por vestuarios, los de amarillos salieron más entonados y el jerezano estrellaba la pelota en el larguero en la ocasión más clara. No obstante, con el paso de los minutos, pese a intentarlo y arriesgar, apenas se generaban ocasiones, mientras se corría el riesgo de que el UCAM sentenciara en alguna contra: Isi Ros ya desaprovechó el 2-0 cantado en un mano a mano con Cifuentes; Pallarés, al filo del pitido final, no fallaba el segundo, la sentencia, y se difuminaba cualquier mínima esperanza de un empate in extremis en el tiempo de descuento. DIARIO Bahía de Cádiz
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