JORNADA 12. Hora antifútbol para recibir al RCD Mallorca en el Nuevo Mirandilla. Otra final anticipada para el Cádiz, que por primera vez desde su regreso la pasada temporada a la elite ha caído a puestos de descenso directo en la tabla. Situación compleja para los de Álvaro Cervera con la moral tocada tras el varapalo en Villarreal, donde se jugó ofensivamente en fases como ya no se recordaba pero se perdieron dos puntos en el último suspiro; a lo que hay que sumar el tropiezo anterior ante el Alavés, también sin merecerlo.
“Somos uno de los equipos más goleados de la categoría, y el problema no es el ataque y los goles que metamos, sino los que recibamos. En esas estamos, revertir la situación e intentar salir de ahí cuanto antes”, apuntaba el técnico en la previa de este tercer choque en apenas una semana, en el que a priori sólo valía ganar o ganar al fin en casa. Y se empató in extremis.
El once amarillo, esperable ante la baja obligada de Haroyan atrás por acumulación de amarillas: Ledesma, en portería; Iza, Pacha Espino, Fali y Juan Cala, tras semanas sin jugar, en defensa; Jonsson y Álex Fernández en el centro del campo; y arriba, el canterano Chapela, Perea, Sobrino y Choco Lozano.
Pese a amanecer el domingo gris y el horario imposible, en mitad del almuerzo de cualquiera, cerca de 12.000 personas se daban cita para sufrir con un partido que empezaba con un guion muy previsible: el Mallorca jugando con más o menos acierto en campo gaditano a base de posesiones alargadas, y el Cádiz defendiéndose, tratando de robar y de correr a la porteria de Reina.
Una media ocasión de Jonsson en el minuto 11, tras una bajada espectacular de Lozano, se convertía en el acercamiento más peligroso hasta el momento. Con el paso del crono, los de casa trataban de no echarse tan atrás y producían algo arriba, sin tener que esperar a sorprender a la contra. En el 21, Salva Sevilla la mandaba al travesaño en una peligrosa falta directa en la que Fali veía una rigurosa amarilla; y poco después el delantero hondureño se daba un carrerón y estaba cerca de hacer el 1-0.
Pero el que subía al marcador era el 0-1, en el minuto 29, tanto de Baba a la salida de un córner; y tras un aviso, y una buena intervención de Conan Ledesma en la acción previa, frustrando el que habría sido gol de Amath que se aprovechaba de una caída del danés en defensa.
Podría haber durado poco ese resultado: en una buena contra, Rubén Sobrino (muy mejorable su actitud sobre el verde) se topaba con el palo pese a tener la puerta vacía; y en la siguiente era Alberto Perea el que chupaba para mandarla rozando el poste. A los amarillos al menos se les intuía voluntad de reacción mientras los bermellones buscaban adormilar el choque. Ya a las puertas del descanso, Choco cabeceaba con intenciones y Álex disparaba a la grada.
Con el cambio de Chust por Fali, en el ecuador, y el sol abriéndose camino entre nubes, volvía a rodar la pelota, a las tres de la tarde, sí. Pasaba poco en el campo (y el graderío), y en el 54 Ledesma salvaba el segundo en una acción puntual culminada por Ángel. Los de Cervera, de entrada, no daban ninguna sesanción positiva, ni negativa, ni frío ni calor, y el Mallorca, a gusto, se dedicaba a ver pasar las horas, sin olvidarse de buscar la sentencia.
Y pasado el 60 entraban Negredo y Tomi Alarcón por Sobrino y Jonsson. Por momentos se veían algunos destellos de los locales, pero eran muy muy contaditos y sin llegar a poner en aprietos al portero mallorquín.
Arzamendia salía por Chapela y casi se quedan los gaditanos con uno menos en el minuto 70, por roja directa a Iza Carcelén al cortar un ataque. El árbitro chivado por el VAR revisaba la jugada durante un buen rato y con toda la presión del estadio en la nuca, y penalizaba una acción previa del Mallorca, una falta a Pacha.
Restaba poco más de un cuarto de hora, y el descuento, para darlo todo de verdad, si los hombres de Luis García Plaza dejaban jugar algo, claro. Tras una interesante acción a base de trompicones y empujones, Choco lograba cabecear, mal. Había que seguir, y como último recurso, se incorporaba arriba a Osmajic a cambio del lateral portuense. Y el de negro expulsaba al entrenador visitante y poco después a Sedlar por doble amarilla. Se quedaban con diez, y ¡sólo seis de tiempo extra!
Y en esa propina, entre interrupción e interrupción, el hondureño era derribado en el área y Álvaro Negredo igualaba desde los once metros. La grada cantaba el gol con cierto alivio y resignación. Todavía había tiempo para el último arreón, con el empuje de la afición añadido. Aunque ya no pasaría mucho más. Se lograba rescatar un punto insuficiente que al menos supone una pequeña inyección de moralina y que el Mallorca, de la misma ‘liga’, no se aleje demasiado. Parte del Nuevo Mirandilla despedía a los suyos al grito de “sí se puede”. De momento, ya sí se podía almorzar…
“Sumamos pero no nos da. Siempre vamos a contracorriente. La entrega la tenemos, no la podemos perder, pero en otras cosas debemos mejorar, o no nos da”, insistía una vez más Álvaro Cervera al valorar un encuentro “complicado de analizar, han pasado muchas cosas”. Y repetía que “se está demostrando que no sólo con la entrega y el sacrificio nos da. En Primera hay que hacer algo más. Nos preocupa que cualquier rival viene y se siente cómodo ante nosotros. Defender bien para mí es el camino, pero en esta categoría hay que exponer algo más, sobre todo ante estos rivales”. Finalmente, el técnico admitía viendo la clasificación que “no estamos tranquilos, nos cuesta vivir ahí abajo. Necesitamos ganar para que no se agrande la brecha”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway